Cada año, millones de estadounidenses visitan México y otros países para recibir atención médica, una práctica que suele denominarse turismo médico. El Banco Nacional de Comercio Exterior de México calculó que la industria tenía un valor de 5000 millones de dólares antes de que esta decayera durante la pandemia de coronavirus. Para los pacientes, la motivación suele ser económica.
“En parte es una búsqueda desesperada de acceso” a la atención médica, afirmó Felicia Marie Knaul, directora del Instituto de Estudios Avanzados de las Américas de la Universidad de Miami.
Muchas personas cruzan la frontera en busca de productos farmacéuticos a precios muy inferiores a los pagan en Estados Unidos. Otras, sobre todo estadounidenses y canadienses de las dos últimas décadas, viajan para someterse a cirugías o tratamientos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés), los tratamientos dentales, las intervenciones quirúrgicas, los tratamientos de fertilidad, los trasplantes de órganos y tejidos y el tratamiento del cáncer son los procedimientos más comunes para los que viajan al extranjero. Los procedimientos electivos son un componente importante del turismo médico, señaló Daniel Béland, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad McGill que ha estudiado políticas de salud.
En 2016, los CDC encuestaron a más de 93.000 personas; el destino más común de aquellas personas que habían salido de Estados Unidos para recibir atención médica durante el año anterior había sido México.
No obstante, aunque cruzar las fronteras de Estados Unidos pudiera ser una manera accesible de recibir atención de alta calidad, el turismo médico no está regulado y es casi imposible rastrear los resultados o el alcance de los procedimientos que los estadounidenses obtienen en México.
“Hay muy pocas normas”, aseveró David G. Vequist IV, director del Centro de Investigación sobre Turismo Médico y profesor de la Universidad del Verbo Encarnado de San Antonio. Las que existen son vagas, añadió, y la gente las “inventa sobre la marcha”.
¿Cuántas personas viajan a México para recibir tratamiento?
Es difícil encontrar datos sólidos sobre el turismo médico, señaló Valorie Crooks, profesora de Geografía en la Universidad Simon Fraser de Canadá, quien lo ha estudiado durante más de una década.
Según Crooks, se trata de un sector con una “triple S”: “sin rastro, sin huella y sin regulación”.
La mayoría de los hospitales mexicanos que visitan los estadounidenses son privados y no le comunican sus datos al gobierno federal.
Josef Woodman, director general de Patients Beyond Borders, que actúa como agencia consultora de viajes médicos internacionales y guía de pacientes para personas que buscan atención en el extranjero, calcula que alrededor de 1,2 millones de estadounidenses viajan a México anualmente para someterse a procedimientos médicos. Woodman dijo que después de una caída en el turismo médico durante la pandemia, ha notado un repunte en las personas que buscan tratamiento en México a medida que se vacunaron.
“Después de la primera vacuna, la gente vino en masa”, explicó Woodman.
Según Woodman, entre los procedimientos más populares se encuentran los tratamientos dentales complejos, como endodoncias, carillas y reconstrucciones bucales completas. Los Algodones, un poblado cerca de la frontera entre California y Arizona, se conoce como la “Ciudad molar” porque atiende este mercado.
Los destinos más comunes suelen estar en los estados mexicanos fronterizos, como Tamaulipas y Nuevo León, o en los que cuentan con ciudades costeras populares, como Baja California Sur y Quintana Roo, de acuerdo con Denise Rodríguez, quien cursa un doctorado en Geografía de la Salud en la Universidad de Brasilia, Brasil, y entrevistó a cientos de personas relacionadas con el turismo médico en Los Algodones para su tesis de maestría.
Al contar el número de hospitales privados y profesionales médicos disponibles, descubrió que Baja California Sur era el estado con más turismo médico.
¿Por qué está en auge este sector?
Debido a que los gastos generales de funcionamiento de una clínica o centro de salud en México son mucho más bajos, los pacientes suelen pagar mucho menos de lo que pagarían por un procedimiento en Estados Unidos, dijo Crooks.
Un estudio, en el que se encuestó a más de 400 personas cerca de la frontera entre Estados Unidos y México sobre la posibilidad de viajar para recibir asistencia médica, reveló que el 92 por ciento mencionó costos más bajos en México como factor determinante de su decisión. A Andrea Miller, farmacéutica clínica de Arizona que dirigió el estudio, le sorprendió cuán extendidas estaban la publicidad y la infraestructura de los servicios médicos en una ciudad fronteriza mexicana.
“Observas la calle y ves una farmacia, otra farmacia, clínica óptica, clínica dental, farmacia, clínica dental”, narró.
Algunos pacientes también viajan al extranjero para eludir los trámites burocráticos y las restricciones que podrían obstaculizarlos en su país, comentó Crooks.
“Quizá seas demasiado joven o mayor para una operación ortopédica, o demasiado pequeño o grande para una operación bariátrica, y entonces encuentras un cirujano en otro país que está dispuesto a ofrecerte el tratamiento”, explicó.
Otros pacientes viajan para someterse a procedimientos ilegales en su lugar de residencia, entre ellos abortos.
El turismo médico conlleva riesgos.
Aunque viajar a determinadas zonas del mundo para recibir atención médica puede ser peligroso, los expertos afirman que, para la mayoría de los pacientes, los riesgos están más relacionados con el procedimiento médico que con el viaje para recibirlo.
Los pacientes que se embarcan en un viaje de turismo médico buscan atención por su cuenta y pagan de su bolsillo, añadió Crooks. Eso puede significar que sus médicos de atención primaria no estén informados, lo cual puede dar lugar a problemas cuando los pacientes buscan atención de seguimiento en casa.
Los CDC recomiendan que los pacientes programen una consulta con su proveedor de atención médica en Estados Unidos antes de salir del país para recibir atención médica, dijo Allison Tayler Walker, quien dirige el equipo de epidemiología y vigilancia en el Departamento de Salud de los Viajeros de la agencia. Los CDC también les aconsejan a los pacientes programar con antelación la atención de seguimiento que recibirán después del procedimiento con el profesional que lleva a cabo el mismo en el extranjero, así como con un médico de cabecera en Estados Unidos.
También hay riesgos específicos que conllevan ciertas intervenciones; por ejemplo, los médicos no recomiendan viajar en avión demasiado pronto después de algunas cirugías, señaló Béland, porque los procedimientos pueden hacer que una persona sea más susceptible a desarrollar coágulos de sangre.
Woodman recomendó buscar hospitales acreditados por la Joint Commission International. Es importante que los pacientes se aseguren de que cualquiera que les preste atención médica haya recibido la formación adecuada, afirmó Patricia Turner, directora ejecutiva del Colegio Americano de Cirujanos. Esto incluye no solo al médico que realiza la cirugía, sino también a la persona que administra la anestesia o interpreta las radiografías.