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Procesiones y otras tradiciones guatemaltecas: Así han migrado a Estados Unidos
La comunidad guatemalteca en Estados Unidos ha aumentado y las tradiciones guatemaltecas ya inundan con su colorido algunas calles norteamericanas.
Cientos de devotos participan en la procesión de la réplica de Jesús Nazareno Cristo Rey, que fue llevada a Los Ángeles, California, por un grupo de migrantes guatemaltecos. (Foto Prensa Libre: Carlos Freddy Dávila)
La mañana del domingo 19 de febrero estuvo soleada. Los cucuruchos de morado y blanco esperaban impacientes el momento de llevar en hombros a la imagen de su devoción. Al mismo tiempo que coloridas alfombras adornaban las calles por donde pasaría el Jesús Nazareno hasta llegar a la iglesia.
Aunque esta escena es propia de la Cuaresma y Semana Santa de Guatemala, no ocurrió en el país, tuvo lugar en Los Ángeles, California, adonde fue llevada una réplica de la imagen de Jesús Nazareno Cristo Rey del templo Nuestra Señora de Candelaria.
La solemnidad con la que se llevó a cabo este acto es una muestra de cómo las tradiciones y costumbres guatemaltecas poco a poco se consolidan en EE. UU. y que eran impensables de celebrar con esa magnitud hasta hace unos 15 o 20 años.
Las procesiones son una de las manifestaciones más notorias. El pasado 15 de enero también tuvo lugar una, en Takoma Park, una localidad de Washington, D. C., en el este de EE. UU., en ocasión de la celebración del Cristo Negro de Esquipulas. Sin embargo, otras tradiciones o costumbres más íntimas, como compartir en familia fiambre el 1 de noviembre o tamal y ponche para la Navidad, también se han trasladado.
Sueño de años
Mario Díaz y Marco López migraron a Guatemala desde hace varios años. Desde que se marcharon un pedazo de su corazón se quedó en su tierra natal, en la iglesia de Candelaria de la capital guatemalteca, que guarda la imagen original de Jesús Nazareno, Cristo Rey.
Durante mucho tiempo tuvieron que seguir las transmisiones de los cortejos procesionales de la imagen de su devoción desde lejos. Luego de años de establecidos en Los Ángeles, en 2017, una familia prestó una réplica pequeña que fue procesionada en la localidad por primera vez.
Después, en mayo de 2020, Díaz decidió mandar a hacer una réplica lo más parecida que se pudiera de la imagen original. Encargaron la obra al escultor español Juan Manuel Martín García quien se tardó poco más de un año para elaborarla.
En diciembre de 2021 se culminó la imagen la cual se trasladó a Guatemala para los retoques finales, trabajo que terminó en octubre del 2022, para que finalmente llegara a EE. UU., como ansiaban cientos de guatemaltecos, el pasado 2 de febrero.
El 19 del mismo mes se hizo realidad el sueño de cientos de feligreses católicos cuando la imagen hizo un pequeño recorrido de traslado a la iglesia Santo Tomás Apóstol, en el Barrio Bizantino-Latino de Los Ángeles, California, donde se efectuó una procesión intramuros y luego fue puesta para su veneración.
“Se hicieron alfombras, huertos y se escucharon marchas, las casas las adornaron con cortinas moradas y blancas, como si fuera en Guatemala”, destacó López en entrevista con Prensa Libre. El anda no fue tan grande como la que recorre las calles de la capital cada Jueves Santo. Fue de 30 brazos y contó con un sistema hidráulico para bajar y subir la imagen cuando ingresara a la iglesia.
La iglesia se abarrotó con casi mil migrantes, la mayoría guatemaltecos, que querían recordar la Semana Santa de su país de origen. Entre los que ingresaron al templo y quienes observaron el pequeño cortejo, se calcula que fueron unas cinco mil personas.
Asimismo, expuso López, han recibido felicitaciones de diversos guatemaltecos en otros estados de EE. UU. quienes le dijeron que se tomarán un tiempo para visitar a la imagen. Después del cortejo y la misa hubo marimba y comida típica guatemalteca en el atrio de la iglesia.
La actividad contó con el visto bueno del párroco de la iglesia Santo Tomás Apóstol, así como con la bendición y aval de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala y el párroco de la iglesia Candelaria.
Según López la elaboración de alfombras y los conciertos de marchas fúnebres se organizan en Los Ángeles desde 2017, pero la algarabía este año fue doble porque, asegura, la réplica es el primer Nazareno de esas características que se venera en EE. UU.
Recuerda que, siendo un niño, en 1989, comenzó a cargar, y en Candelaria lo hizo desde 1979. Todo empezó porque su padre y sus abuelos se lo inculcaron y ahora ve cómo las nuevas generaciones que nacieron en EE. UU. también se entusiasman.
“A los niños guatemaltecos y de otras nacionalidades, o que son de padres guatemaltecos y mexicanos, les encantó y se vistieron de cucurucho”, resalta López con entusiasmo.
Diaz, el principal impulsor de que la réplica llegara a EE. UU., comentó que también es miembro de la hermandad de Jesús de Candelaria de la ciudad de Guatemala y que la inquietud comenzó cuando, en 2021 no pudo viajar para Semana Santa y le afectó mucho.
“A raíz de eso me deprimí, pero conocí a mucha gente que me decía ‘vos solo un año’ y que tenían hasta 40 años de no ver una procesión guatemalteca”, contó.
El Cristo Negro de Esquipulas es venerado en la iglesia Nuestra Señora de los Dolores de Takoma Park, Washington, D. C. (Foto: Lety Santizo)
Acerca del día que se celebró la procesión narró: “La gente estaba emocionadísima, se logró conectar con su país. Hubo muchas lágrimas de sentimiento y de alegría porque hubo incienso, cucuruchos y hasta corozo”.
A raíz del éxito de la actividad, los feligreses comenzaron a recolectar firmas para que salga de nuevo en procesión este año, pero es algo que todavía se analiza. Por el momento, lo que casi está definido es que lo hará en cada tercer domingo de Cuaresma, y que el recorrido del próximo año será más extenso, porque este año de 400 personas que estaban dispuestas a cargar, solo 30 pudieron hacerlo.
De extremo a extremo
Al otro extremo de EE. UU., en Washington, D. C., otro grupo de guatemaltecos también celebró de manera especial, como desde hace algunos años, al Cristo Negro de Esquipulas, el pasado 15 de enero.
Carlos Azañon vive en la capital estadunidense desde 1967 y cuenta que un grupo de guatemaltecos empezó en 1984 el sueño de venerar al milagroso Señor de Esquipulas y se organizaron en una pequeña hermandad y consiguieron una réplica de la imagen que se encuentra en Esquipulas, Chiquimula.
Él forma parte de dicho grupo y es el presidente desde 2018 y cuenta que este año tuvo la particularidad de que el 15 de enero fue domingo por lo cual hubo más personas que llegaron a apreciar un pequeño cortejo procesional, aproximadamente 400, casi todos guatemaltecos.
Las festividades comenzaron antes del mediodía con un recorrido de la imagen en los alrededores de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores, Takoma Park, sobre un anda adornada al estilo de las que se decoran en Guatemala.
Azañon cuenta que un sacerdote guatemalteco fue invitado a oficiar la misa que tuvo lugar después del corto recorrido procesional, aunque el párroco de la iglesia autorizó la actividad. “Los padres —en EE. UU.— no conocen nuestra cultura y primero hay que convencerlos, a veces cuesta que acepten, pero por la religión terminan haciéndolo”, comenta.
La procesión sale acompañada del canto de coros religiosos, no hay música de bandas, ni mucho menos quema de pólvora porque “aquí la gente todavía no está acostumbrada a eso”, dice el dirigente de la hermandad.
Al final de la misa hubo un almuerzo con invitados especiales y se compartió comida tradicional guatemalteca. Después de una semana la réplica de la imagen del Señor de Esquipulas fue puesta en una capilla especial donde es venerada el resto del año.
Iglesias y parroquias en EE. UU. celebran este día, aunque no de manera tan solemne, comenta Azañon. “Nuestra ilusión sería hacerlo cada vez más grande para dar a conocer más nuestras tradiciones”.
Comunidad en alza
Por diversas razones, que van desde el conflicto armado interno, inseguridad ciudadana hasta mejores aspiraciones económicas, la comunidad de guatemaltecos en EE. UU. ha aumentado significativamente desde 1960, década de la que se tienen registros.
Cifras de la Oficina Nacional del Censo de EE. UU. dan cuenta de que para esos años la comunidad chapina en aquel país era de aproximadamente cinco mil 400 personas. En los años 70 el número ya se había elevado a 17 mil 300, y para la siguiente década ya se estimaba en 63 mil.
La migración aumentó de manera vertiginosa en los años 90, cuando se calcula que la comunidad alcanzó los 225 mil guatemaltecos, mientras que para la década de los años 2000, ya había subido a 372 mil.
La cifra oficial más reciente del Gobierno de EE. UU. —del 2017— contabiliza 1.4 millones de guatemaltecos radicados en aquel país.
No obstante, a falta de un dato más actual, el Ministerio de Relaciones Exteriores estima que el número de la comunidad chapina ronda los tres millones de personas. Este dato lo calculan según la cantidad de servicios que proveen los consulados en EE. UU. Mediante estos también han determinado que los guatemaltecos están distribuidas en todos los estados, incluso en Alaska y Hawái, aunque es son más numerosos en California, Florida y Nueva York.
Las costumbres y tradiciones no se pueden dejar en el país de origen. Y los miles de guatemaltecos ahora radicados en EE. UU. no migraron solos, sino que se las llevaron consigo y han aprendido a transmitirlas a sus hijos y ahora a los nietos.
Leticia Santizo también vive en Washington, D. C. y fue una de las guatemaltecas que acudió a observarla procesión del Señor de Esquipulas. Dice que la celebración de tradiciones guatemaltecas ha aumentado y se han expandido en ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Baltimore. Solo en la ciudad donde reside se celebra en tres iglesias.
Las familias también conservan tradiciones de Guatemala. Por ejemplo, comparten tamal y ponche para la Nochebuena y Navidad. Antes era difícil conseguir productos como la hoja con que se envuelven, pero ahora la presencia de más connacionales ha facilitado la instalación de muchos negocios donde se encuentran comidas guatemaltecas e ingredientes para prepararlas.
Para el 1 de noviembre las familias también suelen preparar fiambre y postres típicos de la época, como garbanzos o ayote en miel y molletes. De igual forma se ven barriletes, tradición muy practicada en Guatemala. En Los Ángeles, el año pasado, un grupo de connacionales organizó la elaboración de un fiambre gigante.
Además, en septiembre se celebran la Independencia de Guatemala en muchas ciudades. En Los Ángeles, por ejemplo, se organiza la Semana de Guatemalteco que se exalta la cultura chapina y aparte de la gastronomía se resaltan figuras nacionales hay concursos de belleza y música de marimba en cada actividad.
En dicha ciudad se lleva a cabo un desfile en el que las diásporas de los países centroamericanos se unen y muestran a cientos de espectadores las bondades de su país, en el caso de Guatemala abundan las mujeres que visten con orgullo trajes típicos. También se transportan antorchas cuya meta final suele ser el consulado general de Guatemala en Los Ángeles.
Este tipo de actividades eran impensables hace 10 o 20 años, coinciden los migrantes en aquel país.
“Extraño mucho a mi país, nunca olvido mi terruño. Amo la marimba y las costumbres”, dice con nostalgia Azañon. Por esa razón desde que sus hijos eran pequeños les inculcó las tradiciones guatemaltecas. “Les ponía su trae típico y les enseñé a hablar en español. Las raíces no se deben olvidar y me siento orgulloso por eso”, dice.
Más tradiciones
Desde que llegó a EE. UU., en 1967, Evita Dubón se ha encargado de fomentar en Los Ángeles una buena cantidad de danzas y bailes folclóricos de Guatemala. Armó un grupo de ocho guatemaltecos y se han presentado en varias ciudades.
Su grupo folclórico se llama Mi Bella Guatemala y en sus presentaciones promueven la cultura y artes del país, así como los trajes típicos y bailes regionales. En su vivienda tiene un pequeño museo donde exhibe estas piezas guatemaltecas.
Evita está por cumplir 89 años. Llegó a EE. UU. en 1986. Pero, a pesar de que ya tiene mucho tiempo fuera del país y que ya es ciudadana estadounidense comenta que los bailes “los sigo haciendo con el mismo amor que le tengo a mi Guatemala”.
“Aquí hay mucha gente que viene de Guatemala, pero lamentablemente a muchos se les olvida sus orígenes, por ignorancia, pienso yo”, señala. “Pero yo no hubiera aguantado estar tanto tiempo fuera de mi país si no hubiera puesto en práctica mis tradiciones”.
Guatemaltecos organizaron la preparación de un fiambre gigante en Los Ángeles, el pasado 1 de noviembre. (Foto: Red Migrante Guatemalteca)
Los barriletes, que también son clásicos en Guatemala, son vistos en celebraciones en EE. UU. (Foto: Red Migrante Guatemalteca)