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Mujeres en Guatemala que hacen trabajos que estaban reservados para los hombres
Desde hace tres años nació el primer frente femenino de cosecha mecanizada de caña en el Ingenio La Unión, y desde ya, otro grupo de mujeres se alista para sumar el segundo bloque.
Desde el 2018, 44 mujeres conforman el Frente Femenino de Cosecha Mecanizada del Ingenio La Unión, el primer proyecto de su naturaleza en toda la agroindustria azucarera. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González). 230223
El día de Adelaida Alcántara comienza alrededor de las 4 horas, cuando se levanta y prepara sus alimentos del día. Luego, se viste una blusa manga larga color rosado con reflectivos, su pantalón de lona, botas de cuero y una gorra con velo de protección solar también rosado.
Cuando sale de casa para tomar el bus que la llevará al área de sus labores, sus tres hijos menores aún duermen. Conforme el bus recorre el trayecto, otras mujeres se suman al viaje. El ambiente se inunda de algarabía entre pláticas y risas. Ya en su lugar de trabajo, lo primero que hacen es inspeccionar rigurosamente sus equipos para su seguridad.
La rutina de Alcántara es muy similar a la del resto de sus compañeras que conforman el Frente Femenino de Cosecha Mecanizada del Ingenio La Unión (ILU), ubicado en jurisdicción de Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, el primer proyecto de su naturaleza en toda la agroindustria azucarera que comenzó en 2018, y hoy suma su tercera zafra.
También conocido como Frente 23, el Frente Femenino de Cosecha Mecanizada es el primer grupo de 44 mujeres contratadas y capacitadas para manejar tractores y cosechadoras para el corte mecánico de caña de azúcar durante la zafra. Hasta entonces, esa labor era realizada solo por hombres.
“Es un proyecto que inició en 2018 para seguir con la inclusión de mujeres en el área de operaciones agrícolas en el proceso de cosecha, una de las principales labores de producción de azúcar. Se trató de un proceso amplio y minucioso de contratación y selección de candidatas idóneas para realizar la labor”, dijo Fernando Letona, gerente de Gestión del Talento del ILU.
El frente 23
Divididas en turnos de trabajo, el Frente 23 está conformado por tres supervisoras, 24 operadoras de tractor, 12 operadoras de cosechadora y cuatro apuntadores. La mejor muestra de trabajo coordinado y eficiente se tiene con las encargadas de las máquinas cortadoras y las que manejan los tractores que recolectan la caña que deben mantener un avance sincronizado.
Según Letona, la mayoría de las mujeres, antes del Frente 23 no tenían conocimientos en el manejo de un tractor o una cosechadora. Se trata de mujeres que acudieron a la convocatoria abierta que realizó el ingenio. Previo a su contratación participaron en una gira de campo para conocer la operación, uso y cuidado de la maquinaria, de manera que pudieran decidir si sumaban al proyecto.
Tras definirse el equipo de trabajo, se echó a andar una ruta de aprendizaje de más de 200 horas de formación, que se ejecutó durante la zafra 2018-2019. La capacitación abarcó desde la inducción en los temas relacionados con la cultura organizacional, normativas y sistemas de gestión; el desarrollo de buenas relaciones interpersonales en el ámbito laboral, como la comunicación y trabajo en equipo.
La preparación también abarcó la formación técnica en la labor que se refiere a la operación del tractor, los procesos calidad e indicadores de cosecha y riesgos en el puesto de trabajo. También incluyó prácticas de operación en el simulador de cosechadora y la evaluación de los 14 niveles de aprendizaje.
Posteriormente la retroalimentación en campo y evaluación de conocimientos técnicos y prácticos y la certificación de la competencia adquirida, así como el reconocimiento a quienes tuvieron mejor desempeño y apego a los valores organizacionales.
Las protagonistas
Adelaida Alcántara vive en la aldea Las Playas, Santa Lucía Cotzumalguapa, por lo que, de alguna manera toda su vida ha estado relacionada con la caña de azúcar. A sus 32 años, ha laborado para otros ingenios en la siembra y resiembra de caña, recolectora y banderista.
“Yo no sabía manejar carro, solo moto o bicicleta. Cuando llegué aquí ni siquiera sabía dónde estaba la llave del tractor, ahora hasta camiones he manejado”, recordó Alcántara. La tractorista comentó que hoy sus ingresos han mejorado, tiene un horario que le permite pasar más tiempo con sus hijos y hasta comparte su gusto por los camiones con su esposo, quien es trailero.
Antes de 2018, Alba Elizabeth Melgar Linares, de 31 y originaria de Sipacate, Escuintla, trabajó despachando combustible en una gasolinera. Sin embargo, debido a que se enfermó, tuvo que dejar de trabajar por un tiempo para recuperarse. Estando en ese proceso fue cuando supo de la convocatoria del ILU. Aunque al principio tuvo sus reservas ya que aún no estaba plenamente recuperada, aplicó a la plaza y fue aceptada.
Melgar Linares contó que antes había visto los frentes de cosecha manual y más de algún video de la cosecha mecanizada, por lo que sintió curiosidad y se sintió atraída por la convocatoria. “Antes no tenía la menor idea de cómo se realizaba la operación y ahora soy parte de ella”, compartió.
Alba Elizabeth se tuvo que mudar de la casa de sus padres, (con quienes vivía junto a una hermana y un hermano), a Santa Lucía Cotzumalguapa para estar más cerca de su trabajo, sin embargo, viaja los fines de semana para pasar tiempo con ellos.
“Antes de comenzar nuestro turno, siempre recibimos instrucciones de nuestras supervisoras, quienes nos informan sobre cómo está el área y el terreno de trabajo, así como también la manera en que nos organizamos y a quiénes debemos relevar. Todos los días, antes de comenzar, inspeccionamos nuestro equipo para determinar que todo esté en buenas condiciones para las próximas ocho horas de trabajo”, indicó Melgar Linares.
Tres años después de haber comenzado en el Frente 23, Melgar Linares se siente a gusto y realizada, ya que ahora contribuye económicamente con su familia. Además de aspirar a crecer y optar a otros puestos, la también tractorista quisiera seguir estudiando. Lo mejor de todo es que tiene claro que para lograrlo, debe comprometerse a sí misma, para mantener su nivel de productividad en el trabajo.
Según Melgar Linares, aunque sus relevos de turnos se dan entre mujeres, en algún momento también les toca trabajar con hombres. “Trabajar entre mujeres nos da mucha confianza en nosotras mismas, pero cuando trabajamos con hombres, también tenemos mucho apoyo. Ellos, por lo general, tienen más experiencia y eso nos permite seguir aprendiendo”, señalo.
Celia Maribel Alcoba Téllez, de 25 años, es originaria del parcelamiento El Cajón, Santa Lucía Cotzumalguapa. El Frente Femenino de Cosecha Mecanizada es prácticamente su primer empleo. “Lo más difícil para mí es haber venido de cero, sin saber nada”, reconoce.
Alcoba Téllez narró que tras graduarse de diversificado estuvo tres años “tocando puertas” en distintas empresas, pero ninguna se abrió para darle trabajo. “Más que todo era por mi falta de experiencia laboral que rechazaban mi papelería, pero acá en el ILU no dudaron en mí y me dieron la oportunidad”, dijo.
“Para mi familia es un orgullo que tenga este trabajo, porque soy de las primeras mujeres que salen a trabajar haciendo lo que hasta ahora solo los hombres hacían. Lo más importante es poder llevarles el sustento a mi madre y mi hermana que están a mi cargo”, enfatizó.
Alcoba Téllez proviene de una familia que ha trabajado en el corte de caña. En la actualidad, su hermano también opera un tractor en el ILU en el Frente 15. “De igual manera, mi papá laboró para este ingenio como cortador de caña y aunque estuvo poco tiempo con nosotros siempre nos inculcó trabajar y estudiar. Gracias a eso hoy yo también corto caña pero ya no con machete sino con una cosechadora”, compartió.
Un nuevo frente
El ILU convocó a mujeres interesadas a integrar el nuevo Frente 25 de cosecha mecanizada, y el grupo seleccionado de 44 mujeres está en fase de capacitación aprovechando la zafra 2022-2023, que comenzó en noviembre último y culmina en mayo próximo. En ese contexto, al igual que Alcántara, Alcoba y Herrera se encuentran en el grupo del Frente 23 que opera tractores que se capacita para ascender a operadoras de cortadoras para la cosecha 2023-2024.
Kimberlin Herrera Reyes, de 24 años y originaria de Santa Lucía Cotzumalguapa, se considera atrevida, por lo que cuando vio el anuncio del trabajo no dudó en aplicar. “Nosotras vinimos a ver cómo era el proceso; nos explicaron cómo íbamos a trabajar y que todavía estaba en nosotras la decisión de seguir el proceso, y yo estaba decidida a seguir”, refirió.
Según Herrera Reyes, hasta entonces no tenía experiencia en manejo de automóviles, más que de motocicletas. “Ellos tuvieron paciencia para enseñarnos, desde los botones y sus funciones. Aprendimos la báscula y a calcular bien la subida del ganso y moverlo a modo de no votar caña”, explicó.
Antes de convertirse en operado de cosechadora, Kimberlin se dedicaba a atender, junto a su mamá, un local de venta de pollo frito. Su función iba desde el corte, marinado, empanizado y freído del pollo. Incluso a veces tenía que despachar. Hoy, su vida ha dado un giro completo y siente una persona madura y responsable.
Gracias a que cuenta con un salario base, ha logrado ahorrar y junto a su madre lograron comprar una casa, por lo que dejaron de alquilar y ha podido retomar sus estudios de la universidad.
Pedro Pablo Menegazzo, jefe de Cosecha del ILU, comentó que trabajar con el Frente 23 ha sido muy gratificante, pues ellas han demostrado capacidad, disciplina y eficiencia. “Este frente tiene las mejores eficiencias, incluso mejor que el promedio de la agroindustria de Guatemala”, indicó.
De hecho, de acuerdo con Letona, el frente femenino ha logrado hasta un 10% más de eficiencia y productividad que el promedio del sector, lo cual, aunque está influido por diversos factores, sobresale su enfoque en disciplina y visión de cumplir las metas.
Mujeres que hacen la diferencia
Ana Victoria García Mich, es piloto profesional y trabaja desde hace 5 años para el ingenio Madre Tierra, ubicado en el kilómetro 94.5 de la carretera a Mazatenango. Su principal función es manejar cabezales y plataformas para trasladar tractores, volteo, alzadoras o maquinaria agrícola a los diferentes frentes de corte de caña o fincas, y también apoyar en el traslado de jaulas de caña cortada.
García Mich, sin embargo, maneja camiones desde hace 13 años. En todo ese tiempo ha laborado conduciendo cabezales en otros ingenios y operando volquetes para otras compañías en la construcción de carreteras.
A García Mich siempre le llamó la atención manejar camiones y buscó la oportunidad para hacerlo. Hoy es junto a otras dos mujeres que manejan cabezales que jalan las jaulas de caña, las únicas tres mujeres que manejan transporte pesado en el ingenio Madre Tierra.
Zulma Culajay es una joven de 23 años, que madruga todos los días para acudir a su labor como banderista del ingenio Madre Tierra.
Todos los días llega a supuesto de trabajo a las 5 horas, con el uniforme con reflectivos puesto, linterna y banderín en mano. Su función es dirigir, junto a otros banderistas el tráfico de camiones con jaulas de caña.
Se ubica donde hay intersecciones de los caminos internos para dar vía o detener el paso de los jaladores de caña, a fin de evitar percances.
“Uno tiene que ponerle mucho sentimiento a su trabajo. Eso es lo que hago yo, pues me gusta lo que hago y eso me permite hacer bien las cosas. Con mis compañeros tenemos mucha comunicación porque esto trata de un trabajo en equipo”, comentó Culajay.
Inclusión laboral de las mujeres
Según el Índice de Brecha Global de Género 2022 del Foro Económico Mundial, Guatemala tiene una brecha de género del 66.4%, con lo cual se sitúa en el puesto 113 de 155 países que conforman el ranking en esta materia. El país avanzó 9 posiciones con relación a 2021, cuando se ubicó en la posición 122.
Este índice analiza la división de los recursos y las oportunidades entre hombres y mujeres de los países incluidos en el ranking. Mide el tamaño de la brecha de dicha desigualdad de género en la participación en la economía y el mundo laboral cualificado, en política, acceso a la educación y esperanza de vida.
De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (ENEI 2022), del Instituto Nacional de Estadística (INE), de las 6.9 millones personas ocupadas en el país, alrededor de 2 millones 566 mil son mujeres, lo que equivale al 37% del total.
Sobre la población femenina ocupada por actividad económica, la ENEI 2021indica que en comercio las mujeres hacen el 46.1%, en comunicaciones, 31.6%; en la construcción, 0.9%, en financieras y seguros, 49.5%, mientras que en industrias manufactureras, 52.8%. En el sector inmobiliario, 33.4%, otras actividades de servicios, 72.9%, profesionales, 26.7%; en administración púbica, 51.9% y en agricultura, 16.3% de las personas ocupadas son mujeres.
Los números de la agroindustria azucarera
El azúcar es el quinto producto de mayor exportación de Guatemala producida por la agroindustria azucarera nacional conformada por 11 ingenios que además, produce alcohol y melaza. La cadena de suministros de los ingenios está formada por:
- 6 mil 14 empresas, entre grandes, medianas y pequeñas, proveedoras de productos y servicios.
- La agroindustria azucarera genera 55 mil empleos directos y alrededor de 270 mil indirectos.
- Distribuye más de Q2 mil 897 millones en sueldos y salarios cada año.
- La huella económica del sector azucarero llega al 92% de los municipios del país.
- La temporada de cosecha y producción conocida como zafra, va de noviembre a mayo de cada año.
- Inclusión laboral de las mujeres.