Luise, la víctima, desapareció el sábado 11 cuando volvía a su casa en la localidad de Freudenberg, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia (oeste) tras visitar a una amiga, y su cuerpo sin vida fue descubierto el domingo 12 por la tarde en una zona boscosa.
La autopsia determinó que “la niña murió a consecuencia de las numerosas heridas de arma blanca y la consiguiente gran pérdida de sangre”, indicó el fiscal.
El lunes 13, la fiscalía y la policía de Coblenza habían confirmado que “no había indicios de delito sexual”.
Al parecer, las menores fueron interrogadas varias veces y el lunes 13 finalmente admitieron el crimen, según Jürgen Süs, jefe de la policía de investigación criminal.
El fiscal rechazó aportar datos sobre el móvil, el comportamiento de las niñas antes y después de cometer presuntamente el crimen, ni su paradero, al tratarse de menores.
La policía continuaba buscando este martes 14 nuevas pistas en el lugar en el que fue hallado el cuerpo de la niña, en territorio ya del vecino estado federado de Renania-Palatinado, y sobre todo el o los cuchillos utilizados en el apuñalamiento.
En tanto, el jefe del Gobierno de Renania del Norte-Westaflia, Hendrik Wüst, trasladó hoy en una breve comparecencia ante la prensa sus condolencias a las familias y allegados de la menor.
Señaló que todo el estado federado está de luto y agregó que es “inimaginable y apenas soportable que niños sean capaces de un acto así”.
Aseguró que las autoridades están haciendo todo lo que está en sus manos para esclarecer cómo pudo ocurrir “este crimen tan terrible”.
Agregó que desde hace años se observa un “preocupante aumento” de actos delictivos, cometidos también por menores de 14 años, del que este crimen “es un perturbador punto culminante”.
Afirmó que es necesario observar y analizar esta evolución y, sobre todo, trabajar en la prevención.