Los investigadores analizaron una serie de 25 genes que sirven como biomarcadores para ciertos tipos de células del cerebro, que forman las seis capas de la corteza. Hallaron que estos biomarcadores estaban ausentes en el 91 por ciento de los cerebros de los niños autistas contra el 9 por ciento en el grupo de control.
“El desarrollo del cerebro del feto durante el embarazo incluye la creación de una corteza compuesta por seis capas diferentes de neuronas. Hemos encontrado, solamente en algunas partes, anomalías en el desarrollo de las capas corticales en la mayoría de los niños con autismo”, resaltó Eric Courchesne, director del Centro de Excelencia en Autismo de la Universidad de California en San Diego.