Además, la falta de yodo afecta principalmente en la edad adulta, ya que puede reducir en 13.5 por ciento el coeficiente intelectual, señala la OPS.
Encuesta
Según la encuesta realizada por la Sesán, en los 166 municipios priorizados por el pacto Hambre Cero, casi la cuarta parte de las familias con desnutrición crónica ingieren sal sin yodo.
La mayor frecuencia de los casos, según el estudio, se hallan en el altiplano occidental y zonas que colindan con la región central, y en Alta Verapaz.
Sin fortificar
Debido a que las fuentes naturales de yodo son escasas y al confirmar que el 52 por ciento de los escolares tenía bocio, en 1959 se ordenó fortificar la sal con yodo, pero la norma no se cumple por completo, según expertos de la Sesán.
Amílcar García, miembro de la Red de Salineros de Guatemala, refirió que el costo de aplicación del yodo es de Q2 por cien libras de sal, pero aseguró que la responsabilidad es de las comercializadoras y no de los productores.
“Es complicado que un productor yode la sal, porque vende para otros mercados, no solo para el consumo”, explicó.
Otra dificultad, según García, es que hay empresas que reutilizan los empaques de los que cumplen las normas.
La Sesán busca que otras entidades del Estado se sumen para promover la fortificación de la sal.
La Secretaría utilizó para el estudio un equipo portátil capaz de identificar el grado de yodo, que en el país debe ser de entre 20 a 60 miligramos por kilogramo de sal.
Niños con desnutrición aguda
Hasta el 22 de marzo último se reportan dos mil 917 niños menores de 5 años que padecen desnutrición aguda, de acuerdo con registros del Centro Nacional de Epidemiología.
Escuintla, Guatemala y Quetzaltenango son los departamentos que tienen la mayor cantidad de casos, con 359, 330 y 204 registros, respectivamente.
Luis Enri que Monterroso, secretario de Seguridad Alimentaria y Nutricional, indicó que hay una reducción de 23 por ciento en casos respecto del 2013.
El dato de la Sesán revela que a la misma fecha del 2013 se habían detectado tres mil 775 niños con este padecimiento.
Monterroso afirmó que los menores encontrados ya están recibiendo tratamiento y que la estrategia de protección contra el hambre está en marcha.
Encuesta de Sesán revela deficiencias
El dato oficial sobre el consumo de yodo en los 166 municipios del plan Hambre Cero revela que casi un cuarto de las familias no lo ingiere.
Departamentos afectados
El problema se presenta en el altiplano occidental.
Huehuetenango, San Marcos, Totonicapán y Quetzaltenango, además de Alta Verapaz, tienen registros de consumo de sal sin yodo.
Huehuetenango: 28 de sus 32 municipios están priorizados; 22 de ellos en categoría de vulnerabilidad nutricional “muy alta”.
San Marcos: están priorizados 19 municipios, de los cuales nueve están en categoría alta.
Totonicapán: sus ocho municipios figuran con vulnerabilidad alta.
Quetzaltenango: tiene 14 de los 24 municipios priorizados, ocho de ellos en “muy alto”.
Alta Verapaz: están priorizados 16 de los 17 municipios. De estos, cinco figuran como muy vulnerables.
La encuesta también reveló que en 20 a 40 por ciento de familias, en especial en la región de los Cuchumatantes, el nivel de fortificación era más alto de lo normado.
Las muestras con fortificación acorde con la normativa nacional fueron encontradas en la región central, colindante con el oriente y región oriental.
La ingesta adecuada de sal con yodo se puede asociar con la carretera Panamericana, que conduce del centro al oriente y a las vecindades de Honduras y El Salvador.
FUENTE: Encuesta de la Sesán