Como su nombre lo dice, la salud preventiva ayuda a prever enfermedades, pero también a identificarlas en etapa temprana para evitar que se agraven, lo cual se logra iniciando el tratamiento a tiempo. “Acostumbramos a ir al médico cuando ya tenemos un dolor muy fuerte o incapacitante, lo cual puede ser muy tarde porque la enfermedad ya agravó demasiado. En el mejor de los casos puede ser algo leve, pero también impacta al paciente porque se ve afectada su economía y el desgaste emocional de la familia”, opina Raúl Sigüenza, médico general con maestría en salud pública.
El especialista explica que debido a que no todos los guatemaltecos están inscritos en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) se puede aplicar el término “trampas de pobreza” de salud pública, el cual hace referencia a que cuando una persona realiza un gasto económico muy grande por salubridad quedará en un estado de pobreza del cual será muy poco probable que pueda salir ya que, por ejemplo, para pagar las cuentas del hospital y comprar medicamentos tuvo que vender sus bienes. “Básicamente todo lo que la persona tenía y que podía vender lo hizo para cubrir los gastos médicos, entonces ya no sale de ese nivel de pobreza. Pero, este problema es un punto a favor de la salud preventiva porque si se hubiese buscado ayuda a la primera señal que envió el cuerpo es muy probable que no se tuviera que llegar a este estado”, añade.
¿Está cuidando su salud?
La salud preventiva requiere de hábitos que promuevan nuestro bienestar, los cuales van más allá de comer saludable y hacer ejercicio. Es común escuchar que debemos tener actividad física al menos 150 minutos a la semana y consumir alimentos saludables, sin embargo, hay otras acciones y reflexiones que podemos llevar a cabo.
En principio, el término “comer saludable” o “comer bien” es relativo, ya que dependerá de las condiciones culturales y características de cada persona. “En Guatemala se tiene la idea de que un niño pequeño está sano porque es gordito y un niño que es delgado está desnutrido, lo cual es erróneo. La manera en que podemos saber si ambos están sanos es con los chequeos médicos. El problema consiste en que los llevamos con el doctor solo cuando hay que colocarles sus vacunas. Luego del año y medio los llevamos solo cuando se sienten mal. Lo correcto sería llevarlos también para pesarlos y medirlos”, dice Sigüenza. Además, agrega que, al llevarlos constantemente al médico, no solo cuando se sienten mal, es una forma de inculcarles desde pequeños la salud preventiva.
La calidad del sueño es otro hábito que se debe tomar en cuenta. Cuestiónese si realmente descansa y come lo necesario para estar con energía y llevar a cabo sus actividades de la mejor manera.
El médico internista Eduardo López también recomienda tener en cuenta el historial médico familiar, ya que de esta manera sabrá si hay antecedentes que lo podrían hacer propenso a alguna enfermedad. Por ejemplo, saber si en sus seres queridos hay casos de diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares o alguna enfermedad hereditaria.
En caso de que sí existan factores de riesgo, lo ideal es realizarse chequeos anuales para descartar alguna patología o detectarla en etapa temprana. “Preocuparnos por nuestra salud es pensar en que somos valiosos, que nuestra salud vale la pena, porque si no estoy bien lo más probable es que no podré desarrollarme bien a nivel personal y profesional”, opina López.
Cuando se habla de cuidar la salud también se hace referencia al bienestar emocional, psicológico y social porque afectan la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. El médico internista invita a reflexionar acerca de qué tanta atención le damos a nuestras emociones, si se siente emocionalmente bien, cuán estresado pasa al día y si considera que las actividades que hace a diario le llenan de satisfacción.
El Instituto Nacional de la Salud Mental de Estados Unidos (NIMH) explica que la salud mental es más que la ausencia de una enfermedad mental y es esencial para la salud en general como para la calidad de vida. Por ello, para cuidarla recomienda practicar una actividad relajante al menos una vez a la semana, establecer metas y prioridades, practicar la gratitud y centrar su atención en las cosas positivas.
Cómo escuchar al cuerpo
“Cada persona conoce su cuerpo, así que hay que aprender a escucharlo porque siempre nos avisará cuando algo no está bien”, enfatiza la psicóloga Claudia Archila. Sin embargo, añade que cuando asumimos muchas responsabilidades y estamos muy ocupados en nuestra rutina ignoramos las señales que nos manda el organismo para decirnos que está incubando alguna enfermedad.
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El cuerpo regularmente nos habla por medio del dolor e incomodidad cuando sus necesidades no están satisfechas, por lo que al percibirlo se recomienda hacer una pausa y evaluarlas, ya que muchas veces las causas no son físicas sino es inhibición de emociones. “Los trastornos gástricos están relacionados con el enojo, así como los brotes de acné y dolor muscular al estrés. Lo que está mal en la mente se traslada al cuerpo y viceversa. Por ello la importancia de que al sentir algo que no es usual en nosotros paremos y analicemos qué lo está provocando. Esa pausa es tan básica como descansar cuando se siente muy cansado, no hacer ejercicio o dedicarse 20 minutos para hacer algo que le gusta”, añade la psicóloga.
Así como al escuchar a otra persona le prestamos atención, ahora hay que hacerlo con el cuerpo. Por ejemplo, preste atención a las señales internas de hambre y saciedad antes, durante y después de comer. Antes de comer, al sentir hambre, busque señales como rugidos o sensación de vacío; mientras come concéntrese en lo que hace y analice cuando ya pueda dejar de comer; y después piense en cómo se siente ¿satisfecho? ¿siente inflamado su estómago? También piense en cómo responde su cuerpo ante ciertos alimentos.
Al hacer ejercicio también es importante prestarle atención al cuerpo. En este caso, antes de entrenar, analice si tiene las energías necesarias para hacer ese tipo de ejercicio. Al comenzar sienta cómo está respondiendo su cuerpo, ¿le está costando más de lo normal? Horas después de haber terminado tome un tiempo para saber cómo se sienten sus músculos. Además, es importante analizar qué tanto se tarda en recuperar su energía.
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Practicar la meditación es de beneficio para hacer escaneos corporales y concentrar su mente en cómo funciona su cuerpo. Esta actividad permite pensar, por ejemplo, en cómo está su respiración, en si tiene algún dolor o incomodidad que antes no tenía o que ahora está más intensa.
Cómo nos habla el cuerpo
Además de los dolores e incomodidades, el cuerpo también nos da otros síntomas de que algo no está bien. Estos dependerán de las características de cada persona y del tipo de enfermedad que esté comenzando, sin embargo, en cualquier caso, es vital prestarle atención y visitar al médico para practicar la salud preventiva.
Las manifestaciones generales, o las más comunes son: dolor de cabeza y de espalda, fatiga severa, caída del cabello, manchas en la piel, aumento o baja de peso sin estar haciendo ejercicio o cambios en la alimentación, trastornos alimenticios como llenura o más hambre de la habitual, trastornos defecatorios como diarrea o estreñimiento, trastornos visuales como visión borrosa, mareos o desmayos y fiebre persistente. En el caso de las mujeres, cambios en su periodo menstrual, agrega.
En la piel también se pueden ver indicios de alguna enfermedad, por ejemplo, la acantosis nigricans que provoca que la piel se torne oscura, gruesa y aterciopelada en los pliegues y arrugas del cuerpo, por lo general en las axilas, ingle y cuello. Esto está relacionado a la resistencia a la insulina, al consumo de ciertos medicamentos o a un tipo de cáncer.
“Estas señales son como un semáforo. Algunas son una alerta amarilla, como precaución de que algo podría pasar; mientras que otras son una señal de que algo ya está pasando y es grave”, dice el médico internista Eduardo López.
Chequeos médicos
Al tener alguno de los síntomas antes mencionados lo recomendable es que visite a un médico para descartar cualquier enfermedad o iniciar el tratamiento adecuado. Según la edad del paciente puede visitar a un pediatra, médico internista o geriatra, quienes acostumbran a realizar chequeos médicos completos.
Los especialistas realizarán una evaluación médica que consiste en ver al paciente como un todo por lo que prestan atención, por ejemplo, en si el cabello se cae con facilidad, en la calidad de los cinco sentidos, en el cuello si hay inflamación de ganglios o masas, en el área del tórax revisan el corazón y pulmones para escuchar que estén funcionando correctamente. En el área del abdomen, debido a que allí se encuentran varios órganos, acostumbran a palpar el tamaño y si hay dolor. ´
También analizan las uñas para saber indicios de estados nutricionales, enfermedades reumatológicas o infecciones por hongos. La piel, además, puede dar síntomas de alergias.