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¿Qué dicen los informes de inteligencia filtrados? Esta es una guía rápida
Los documentos sugieren que el aparato militar está comprometido a tal grado que la inteligencia estadounidense ha sido capaz de obtener advertencias diarias en tiempo real
¿Filtración o hackeo? ¿Información o desinformación? ¿Un golpe de Estado para Rusia o una estratagema de Estados Unidos?
Días después de que documentos de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, algunos marcados como “ultrasecretos”, circularan por las redes sociales, sigue habiendo dudas sobre cómo se han hecho públicas docenas de páginas de informes del Pentágono y qué importancia hay que darles.
A continuación, lo que sabemos sobre los documentos.
¿Los documentos son reales?
Sí, según los funcionarios… al menos, la mayoría.
Funcionarios estadounidenses están alarmados por la exposición de información secreta y el FBI está trabajando para determinar la fuente de la filtración.
Las autoridades creen que algunos de los documentos fueron alterados. No está claro quién manipuló los informes ni por qué lo hizo. Cualquiera que sea la razón, los analistas militares afirman que parte del material exagera las estimaciones de Estados Unidos sobre los muertos en la guerra de Ucrania y subestima cuántos soldados rusos han muerto desde la invasión de Moscú a su vecino el año pasado.
¿De dónde procede el material?
Hay pruebas bastante contundentes de que se trata de una filtración, no de un hackeo.
Puede que el material esté apareciendo de manera repentina y azarosa en plataformas como Twitter, 4chan y la aplicación de mensajería Telegram —sin mencionar un canal de Discord dedicado al videojuego “Minecraft”—, pero lo que está circulando son fotografías de informes impresos.
Parecen fotografías tomadas de manera apresurada de papeles que están encima de lo que parece ser una revista de caza. Los exfuncionarios que han revisado el material dicen que parece que un informe clasificado fue doblado, colocado en un bolsillo y luego sacado de un área segura para ser fotografiado.
Algunos documentos tenían marcas que indicaban que solo podían ser vistos por Estados Unidos, lo que aumenta la probabilidad de que un funcionario estadounidense filtrara la información.
¿Qué se supo de la guerra en Ucrania?
Aunque los documentos quizá no alteran de manera fundamental la comprensión de lo que está sucediendo en el campo de batalla, podrían brindar algunas ideas —o al menos pistas tentadoras— a los ojos entrenados de un planificador de guerra ruso.
Los documentos no contienen planes de batalla específicos ni siquiera sobre la contraofensiva ucraniana que se espera para el próximo mes. Pero detallan planes secretos de Estados Unidos y la OTAN para reforzar el Ejército ucraniano antes de esa ofensiva.
También sugieren que el Ejército ucraniano está en peores condiciones de lo que su gobierno ha reconocido públicamente.
Sin un influjo de municiones, muestran los documentos, el sistema de defensa antiaérea que ha mantenido a raya a la Fuerza Aérea rusa podría colapsar pronto, lo cual le permitiría al presidente Vladimir Putin desplegar sus aviones de combate de maneras que podrían cambiar el curso de la guerra.
Y el solo hecho de que los materiales se filtraran (y en particular la confirmación que ofrecieron de que el gobierno de Estados Unidos espía a aliados y adversarios por igual) podría resultar perjudicial para la coalición por lo general unificada que ha surgido para ayudar a Ucrania a defenderse de la invasión rusa. También podría hacer que los aliados lo piensen dos veces antes de compartir información confidencial.
¿Estados Unidos penetró en la inteligencia rusa?
Los documentos filtrados del Pentágono revelan a qué grado Estados Unidos ha penetrado en los servicios de seguridad e inteligencia rusos, lo que ha permitido a Washington advertir a Ucrania sobre ataques planeados y conocer la fuerza de la maquinaria bélica de Moscú.
El material refuerza una idea que los servicios de inteligencia llevan tiempo reconociendo: Estados Unidos tiene un conocimiento más claro de las operaciones militares rusas que de la planeación de Ucrania.
Los documentos sugieren que el aparato militar está comprometido a tal grado que la inteligencia estadounidense ha sido capaz de obtener advertencias diarias en tiempo real sobre el calendario de los ataques de Moscú e incluso sus objetivos específicos.
¿Desinformación? De ser así, ¿de quién?
Funcionarios de Washington han descrito la publicación de los documentos como una grave violación de los servicios de inteligencia, pero en Kiev y Moscú hay acuerdo en dos cosas: la información es sospechosa y el objetivo es el subterfugio. Solo no están de acuerdo en quién está detrás.
En una declaración a The New York Times, Mykhailo Podolyak, un asesor del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo que los documentos estaban repletos de “información ficticia”.
“No cabe la menor duda de que se trata de un elemento más de la guerra híbrida”, afirmó. ”Rusia intenta influir en la sociedad ucraniana, sembrar miedo, pánico, desconfianza y duda. Es un comportamiento típico”.
Los ucranianos creen que el objetivo es debilitar la contraofensiva que se avecina.
En Rusia, los blogueros militares partidarios de la guerra también apuntaron a la contraofensiva ucraniana, pero sacaron una conclusión diferente.
Una publicación en Grey Zone, un canal de Telegram asociado con el grupo paramilitar ruso Wagner, decía: “No debemos excluir la alta probabilidad de que tal filtración de información clasificada en el momento exacto de la intensificación de las hostilidades, y después del hecho de los acontecimientos consumados mostrados en los documentos, sea una desinformación de la inteligencia occidental con el fin de engañar a nuestro mando para identificar la estrategia del enemigo en la próxima contraofensiva”.
En otros canales rusos de Telegram, figuras destacadas afirman que los documentos originales mostraban mayores pérdidas rusas, parte de una operación de “influencia occidental” con el propósito de “socavar la moral en Rusia y entre las fuerzas rusas”, según el director de una empresa británica que rastrea la desinformación.