Qué bueno es mi país
|Suscriptores
Arte urbano y grafiti en Guatemala: Horas bajo el sol, andamios y técnicas de los artistas que transforman las calles del país
Artistas guatemaltecos hablan por medio de sus murales y diferentes formas de expresión.
El artista Luis Caal ha dado vida a murales en diferentes lugares de Guatemala. (Foto Prensa Libre: cortesía Luis Caal)
El arte urbano, el arte público y el grafiti son conceptos diferentes con diversas manifestaciones y una historia que ha ido evolucionando. Entre sus peculiaridades está el transformar escenarios, que comunidades se reúnan a pintar sus calles y también como una manera de expresar mensajes.
Muchas horas bajo el sol, en andamios altos y dejar todo para enfrentarse a lienzos amplios como paredes o incluso en elementos que están en las calles. Cada uno le da su propia concepción y más de una vez se convierte en un proyecto colectivo en el que participan amigos artistas y familias.
Mod Cárdenas es un referente en el arte urbano en Guatemala. Su carrera consta de exposiciones individuales y más de cien colectivas a escalas nacional e internacional, así como obras e intervenciones públicas en su país natal, Estados Unidos, y en Italia.
Una de sus anécdotas más conocidas es que en la adolescencia salió a escondidas, de noche, a pintar en áreas del Anillo Periférico. Pero esa aventura comenzó mucho antes. Un viaje a los 7 años a Estados Unidos lo marcó cuando vio paredes pintadas con figuras abstractas. Aunque en ese momento no sabía qué eran ni cómo llamarlas, reconoció que era algo que quería en su vida y sigue trayendo a su presente en su propio lenguaje artístico.
Ahora Mod ha buscado que el suyo no sea tan pasajero como lo suele ser el arte urbano y reconoce que en sus propuestas sigue utilizando brochas, aerosoles y otras herramientas propias de este tipo de expresión moderna. “Esto me recuerda esos momentos de trabajar en calle, que es una sensación única y diferente a estar en un estudio”, expresa.
El artista afirma que parte del arte urbano es la creación de obras que fueron concebidas para que vivan y mueran de forma efímera. Cuando habla de la experiencia que ha tenido en la evolución de este movimiento le alegra que en Guatemala la gente ahora busca los murales, y tanto comunidades como instituciones han habilitado espacios para crearlos. “También se reconoce qué es vandalismo y qué no”, dice.
“Podemos parar, cuestionar quién lo hizo, para qué lo hizo, y ahí la obra toma otra vida y un significado completo”, agrega Cárdenas.
Qué es arte urbano y qué no
El doctor en arte Emilio Fernández Herrero presentó como tesis en la Universidad Complutense de Madrid. El tema Origen, evolución y auge del arte urbano. El fenómeno Banksy y otros artistas urbanos, en el cual describe parte de esta forma de expresión.
“Al mismo tiempo que el graffiti alcanzaba sus cotas más altas de popularidad durante la década de los 80, otro tipo de arte, denominado por muchos como street art (arte urbano), y también desarrollado en la calle, evolucionó de forma paralela a este movimiento. Surgió un nuevo panorama artístico en el que coexistían, y siguen haciéndolo en la actualidad, dos vertientes de arte callejero claramente diferenciadas por las técnicas empleadas en cada uno de ellos, y por la finalidad y objetivos de los mismos”, expresa Fernández.
En su investigación plasma que algunos artistas que realizan este tipo de arte, suelen trasmitir mensajes subversivos y reconocer que los objetivos iniciales han evolucionado, no todos los artistas tienen las mismas motivaciones, y no se debe ser determinante a la hora de otorgarle funciones que no le corresponden.
“En la actualidad es difícil erigirlo como la voz de las minorías, ya que el afán por alegrar el día a día de los transeúntes ha cobrado cierto protagonismo en las calles de muchas ciudades. Es cierto que algunos siguen queriendo cambiar a la sociedad a través de sus mensajes, pero otros sólo quieren sorprender y provocar sensaciones más cercanas a un ámbito artístico general”, agrega. La colectividad, la dependencia y la legalidad son las palabras clave para diferenciar al arte público del arte urbano.
El arte urbano responde a iniciativas individuales y que tienen un objetivo común, pero sobre los problemas o necesidades que un artista quiere tratar siempre de forma independiente e ilegal.
Además, el carácter efímero del arte urbano es mayor que el del arte público, ya que este último cuenta con la aprobación para su realización, y sólo estará amenazado por las inclemencias del tiempo.
El grafiti es otra manera de expresión, Thelma Castillo, directora cultural de Fundación Rozas Botrán comparte que el grafiti, que ha existido desde el principio de la historia del hombre, comenzó a desarrollarse en Nueva York, EE.UU. con dos vertientes: la “legal” -artistas del spray que hacen cuadros y murales espectaculares, y la “ilegal”, en la que todo vale: carteles, paredes en la calle y otros lugares. El grafiti llegó a Latinoamérica en el momento preciso para que muchos jóvenes manifestaran púbicamente su sentir.
En 2013, la Fundación Rozas-Botrán instaló la Galería Viva en Paseo Cayalá, que promovió diferentes tipos de arte y diseño para atraer a una audiencia nueva al mundo del arte.
Lea más: Los murales de las calles de San Pedro La Laguna
Con el tiempo, cambió su nombre a Galería Abierta. El espacio se aprovecha como un estudio para los artistas y como un taller para la audiencia. La primera presentación, titulada “Grafiti y arte urbano”, mostró obras y murales de siete artistas guatemaltecos destacados en este arte mundialmente popular y controversial.
También se han trabajado otros proyectos relacionados con esta expresión.
La creación de murales
María Inés Lacayo Henry (Milah) ha tenido la oportunidad de trabajar arte en las calles hace algunos años atrás. Recuerda la primera vez que ayudó a pintar una pared en zona 10 con varios artistas; el lugar hacia una conexión con el barranco de zona 15. “Es de suma importancia el arte urbano en las ciudades , pueblos y comunidades ¿por qué? Un país tan lastimado como el nuestro necesita ser tratado”, dice la artista.
Milah agrega que en Guatemala existe mujeres extraordinarias relacionadas en este mundo del arte urbano. “Ellas hacen de nuestras parades unas verdaderas obras de arte. Tengo en mente a artistas como Djass Morales, Colormebara (Ale Barahona) Fabiola Koris, Dany Weller , Marianejitos, Ariztipolis y muchas otras más.
Uno de los murales más grandes en los que ha colaborado ha sido en el Centro Histórico de Guatemala, junto a Mod Cárdenas gestionada por Fundacion G&T direccionada por Mariflor Solis.
“Quisiera poder tener más paredes donde crear, últimamente estoy haciendo piezas 3D y colocarlas en sitios claves para la interacción con el público que es definitivamente mi visión”, agrega Milah.
“El arte urbano crea cultura, a veces incomodidad pero es necesario ya que con formas, símbolos y colores podemos hacer una catarsis que es tan necesaria. Guatemala tiene excelentes grafiteros y artistas que desean hacer un cambio”, dice.
Actualmente la artista está haciendo propuestas en 3D a nivel de la calle. “Es fascinante para mi persona y un privilegio poder ver como la gente se relaciona, juega , toca las nuevas obras de arte, le da sentido a lo que hago”, agrega Milah.
Ricardo Estrada Ovalle, es ilustrador digital y diseñador gráfico, también ha tenido experiencias en este mundo.
En 2021 fue llamado para convocar la creación de murales en Chimaltenango.
Ahí conoció amigos y apenas unos meses después también fue invitado para hacer su propia creación en la ciudad capital. Estrada reconoce que en el interior de la República esta manera de plasmar arte está involucrando cada vez más a las comunidades quienes además reconocen que es una atracción turística que llena de emoción a los visitantes.
El futuro
Por su parte, Luis Caal, artista plástico guatemalteco ha tenido la experiencia de plasmar su arte en diferentes lugares.
Empezó desde su niñez a jugar con los colores y dibujos. Luego en 2010 fue invitado a ser parte de la creación de un mural inspirado en la memoria histórica y a partir de esta experiencia se unió al mundo de los murales y también significó empezar a prepararse académicamente en el arte.
“Los murales son una expresión importante porque es una descentralización del arte. Estamos acostumbrados a que solo encontramos el arte en galerías y museos y para cierto grupo de personas, mientras estos movimientos llevan la propuesta gráfica para la calle y transforma los espacios públicos y la gente los cuida”, agrega.
Una de las experiencias que marcó la vida de Caal fue hace dos años, al estar haciendo un mural mientras un niño pasó por el lugar con una carreta. Al día siguiente cuando siguieron con el mural, el niño estaba en el lugar imitando pintar lo que estaba en la pared… “Para mí fue especial para romper los paradigmas de imágenes tradicionales y fomentar la imaginación”, recuerda.
Otro de los mensajes que transmite es que en la actualidad los diferentes movimientos comienzan a unirse gracias a los festivales y aparecen diferentes técnicas. Es una época importante porque hay cierta unión entre grafiti, arte urbano y muralistas, al contrario del pasado. También en otros países se tienen murales gigantes en edificios y es parte de la evolución de estas propuestas.
Descubri el grafiti
Oznot es un guatemalteco que tiene 29 años y empezó a pintar grafiti desde hace más de una década. Viviendo en un departamento de Guatemala vio su primer grafiti e investigando empezó a descubrir más de esta expresión con formas, dibujos, letras y otras temáticas actuales. Su técnica favorita es con el aerosol o espray. La primera vez se atrevió a hacer apenas unas líneas y con el tiempo fue cambiando su pensamiento e ideas, evolucionando. Ahora también tiene proyectos de muralismo en toda Guatemala.
Ha participado en varios festivales a nivel nacional que han tenido de invitados a artistas internacionales. “Para mí lo más importante de pintar es el convivir con otros artistas”, dice.
Una de las experiencias que le quedó marcada fue un día que viajaban a Huehuetenango desde San Marcos y encontraron un deslave, él insistió en el grupo para seguir adelante y no regresarse.
Entre el lodo caminaron para llegar a su destino de noche, pero con el ánimo de dar vida a sus obras.
Comenta que cada vez hay más mujeres que se involucran en esta expresión, pero todavía hace falta que más personas reconozcan el valor del grafiti.
“Considero que el grafiti es parte de mi estilo de vida y me ha ayudado a ser quien soy ahora, perseverante, humilde y he conocido más personas”, comenta y reconoce que ha sido esencial para expresarse más, incluso afirma que gracias a este arte eligió estudiar psicología para ayudar a otros.
Oznot se impresiona con el arte de grafiti en Guatemala y otras latitudes, entre los grafiteros que admira están Spaint, Tres y Sofles.