Quizá está trabajando tranquilamente cuando siente un espasmo intestinal que lo hace pausar su actividad e ir al baño, incluso, muchas veces provoca que se quede en casa por unos días mientras su sistema digestivo se repone luego sufrir de diarreas constantes y su organismo esté deshidratado.
“Mientras tenemos la diarrea o el dolor culpamos a lo último que comimos. No hay alimento que no sea señalado culpable, porque si fue algo frito, suponemos que fue la grasa; si fue una ensalada, pensamos que no estaba bien desinfectada. Sin embargo, no siempre estos alimentos son los que nos provocan malestar”, afirma la gastroenteróloga Débora Aguilar.
El proceso de digestión tarda horas en llevarse a cabo. El estómago necesita alrededor de cuatro horas para digerir un alimento, luego lo traslada al intestino delgado que se tarda entre seis y ocho horas para absorber los nutrientes y pasar el restante al colon. Los restos se almacenan allí mientras se van fermentando y se forman las heces. Los tiempos varían en cada persona, pero de igual manera no haría a los últimos alimentos los únicos culpables de una infección intestinal.
Tipos de infección intestinal
Una infección intestinal, como su nombre lo indica, son infecciones por microorganismos que la mayoría de las veces provocan diarrea. De acuerdo con Héctor Luna, cirujano endoscopista, el 90 por ciento de los casos de esta enfermedad el síntoma principal es la diarrea.
Existen tres tipos de infección intestinal, las cuales se diferencian por el microorganismo que la provoca:
- Infección intestinal viral: es más frecuente en la niñez.
- Infección intestinal bacteriana: es más frecuente en los adultos.
- Infección intestinal protozoarias: son causadas por amebas y giardias (las más comunes).
El especialista indica que las infecciones intestinales pueden llegar a poner en riesgo la vida de la niñez debido a la deshidratación que provoca. “Lo que puede matar a una persona es el grado severo de deshidratación, la pérdida de electrolitos, como sodio, potasio y agua. Si no se reponen a tiempo puede tener consecuencias fatales. Por ello, el tratamiento de emergencia es la hidratación”, añade.
Si el paciente tiene gastroenteritis, una infección intestinal y de estómago que provoca vómitos, lo ideal es llevarlo al hospital para que reciba hidratación vía intravenosa.
Síntomas de una infección intestinal
Una infección intestinal se caracteriza por diarrea acuosa, náuseas o vómitos y dolor o calambres en el abdomen. Algunas veces se puede presentar fiebre y cansancio.
Otros de los síntomas de una infección en el intestino es la deshidratación, la cual se puede identificar por tener mucha sed, orinar menos de lo normal, tener la boca seca, disminución de la turgencia de la piel, ausencia de lágrimas al llorar y tener los ojos y mejillas hundidos.
Cualquier persona con signos o síntomas de deshidratación debe consultar al médico lo más pronto posible para evitar consecuencias graves. También es vital visitar a un especialista si el adulto o niño presenta cambio en su estado mental como irritabilidad o falta de energía, diarrea por más de dos días, fiebre alta, vómitos frecuentes, seis o más evacuaciones de heces blandas en un día, dolor severo en el abdomen o recto y heces negras o que contengan sangre o pus, menciona Mayo Clinic.
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Cómo quitar el dolor de estómago
“El colon y el intestino cuando tienen una infección, en su deseo de eliminar los agentes extraños que están provocando su malestar causan espasmos estomacales. Así que el medicamento más común para este dolor es antiespasmódicos, que son de venta libre y existen diferentes marcar. Pero se recomienda su uso solo cuando hay dolor”, dice Luna.
Además de este fármaco también se puede ayudar a calmar el dolor con infusiones de manzanilla y canela, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, indica Alejandro Guzmán, naturista. Asimismo, el té de albahaca y menta es eficaz contra los espasmos y la inflamación abdominal. Lo ideal es poner unas hojas de menta y albahaca en una taza de agua hervida y dejarlo reposar al menos cinco minutos, luego cuélelo y tómelo.
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El té de jazmín también contribuye con esta causa; se recomienda consumirlo como infusión. Además, el agua de arroz protege la flora intestinal que se ve afectada ante una infección y disminuye el dolor. Para su preparación, coloque tres cucharadas de arroz en una taza de agua y hiérvalo a fuego lento. Cuando llegue a ebullición retírela del fuego y déjela reposar a temperatura ambiente. Luego cuélela y endúlcela con miel.