Porque, según alerta la Asociación Alemana de Pediatría y Adolescencia (BVKJ), esto podría deberse a la llamada apnea obstructiva del sueño.
Las causas
Este trastorno respiratorio en el sueño puede obedecer a una diversidad de causas. Frecuentemente, las amígdalas -también conocidas como pólipos- de la parte posterior de la nariz y garganta y por encima de la campanilla resultan demasiado grandes.
Pero también una lengua especialmente grande, el estado del tabique nasal o una rinitis alérgica pueden provocar pausas respiratorias por la noche.
El sobrepeso asimismo constituye un factor, porque el tejido graso adicional en el espacio de la garganta y del pecho dificulta la respiración al estar en posición acostada.
Los efectos
Los niños que se ven afectados por apnea obstructiva del sueño no logran descansar, porque estas pausas en la respiración les generan reacciones en las que su cuerpo se despierta. De esta manera, impiden una asfixia.
Según la BVKJ, por esa razón los menores con este trastorno suelen sufrir de cansancio durante el día, así como problemas de concentración.
El tratamiento
El tratamiento a seguir será decidido por el pediatra, atendiendo a las causas. En caso de que el tamaño de las amígdalas sea el problema, pueden ser extirpadas o achicadas mediante una operación, si no sirve otro tratamiento.
Además, existen indicios de que los sprays nasales con solución salina pueden reducir los problemas respiratorios. La BVKJ apunta a un estudio australiano reciente, que pudo demostrar su eficacia en niños con apnea obstructiva del sueño.