CATALEJO
Elecciones: importancia del voto serio juvenil
La tecnología al alcance de un enorme porcentaje de la población es un arma política, cuya efectividad aumenta en los votantes jóvenes, quienes deben terminar de despertar. Las redes sociales, aunque ciertamente son armas de destrucción masiva en manos de cobardes, también pueden convertirse en ayuda para evitar trampas electorales de cualquier clase. Sólo se necesita voluntad y conciencia de su fuerza. Al constituir el porcentaje mayoritario de la población y estar acostumbrados a usarlas, pueden convertirse en mensajeros inmediatos para vigilar el proceso, destapar a politiqueros tramposos y dar confianza a la población. Eso sí: se necesita seriedad y por ello borrar los mensajes de quienes, pagados o por estupidez, divulguen falsedades y estupideces.
Al ver la pirámide poblacional se comprueba la importancia del voto juvenil y de adulto convencido del riesgo actual del país. Una de las metas es reducir la cuarta parte del ausentismo de los votantes. Y hacerlo con exigencias enviadas por mensajes y videos de las redes sociales. Los aspirantes se han dedicado a hacer lo mismo de siempre: insultarse, colocar afiches repetidos ad nauseam, pintarrajear calles, postes, árboles, colocarles nombres difíciles de recordar y hasta ridículos a los “partidos”. No se puede hacer algo distinto haciendo lo mismo: mensajes sin fondo, ausencia de planes, acarreo de gente, reparto de regalos y así un largo etcétera. Falta de seriedad en casi todos los casos, pero ello cada vez convence a menos votantes de cualquier nivel de edad.
He tenido oportunidad de conversar con varones y mujeres de esas edades y me ha llamado la atención su conocimiento de la vida nacional. Por supuesto, algunos no se interesan tanto, pero desean valorizar su voto, único pero importante para iniciar los cambios al país. Se debe reconocer, con tristeza, el fracaso de la generación con más de 65 años, cuyo desinterés en participar, en opinar, es otro de los factores de esta realidad, y también uno de los subproductos de los 36 años de guerra prolongada y sangrienta, aunque poco conocida en su tiempo y ya olvidada ahora. Está surgiendo la posibilidad de aceptar mensajes de criterios propios de la Guerra Fría y los conceptos de izquierda y derecha, ambos distintos ahora, han abierto la puerta a muchos oportunistas.
' En los 60 días faltantes para la elección, se puede convencer a quienes no desean ir a las urnas, sobre todo jóvenes.
Mario Antonio Sandoval
A mi criterio, esa generación joven tiene la ventaja de no haber vivido esa etapa trágica del país, víctima de su situación geográfica, de la Guerra Fría y de luchas ideológicas consideradas parecidas, pero en realidad distintas. Lo más importante es convencer a quienes tienen esa fuerza electoral de usarla con el fin de aumentar la participación. Los jóvenes con quienes he hablado, si bien no son muchos, están claros en las motivaciones de la participación repetida de gente obsesionada e inconsciente de llegar a la presidencia considerándola una monarquía absoluta. La presidencia no es un trabajo individual, sino necesita de equipos, y además, correctos. cuya ausencia de estos hace a muchos candidatos seres ilusos y provoca rajaduras a la democracia.
Los jóvenes deben organizarse e identificarse con seriedad, fáciles de identificar, sin seudónimos, con su foto de frente en el perfil de redes sociales y tener constante comunicación desde todo el país. También, no reenviar encuestas no identificadas y vigilar las cifras oficiales otorgadas por el TSE, cuyo principal problema, esta vez, lo constituyen los tantos errores cometidos, gastos no explicados, compras de sistemas de conteo carísimos, y demás. Se debe aumentar la presencia en las urnas, sea para votar o anular el voto, pero jamás dejarlo en blanco, porque cualquiera puede llenarlo. La actual Ley Electoral abre la puerta a una nueva elección si es mayoritaria la cantidad de votos nulos, pero de eso no se ha hablado y puede ser peor al no saberse cómo se actuaría.