La madre del adolescente sospecha que su hijo pudo ser víctima de abusos en la escuela a la que asistía desde semanas antes de que falleciera.
Aron cursaba el sexto grado de primaria en la Escuela Oficial Mixta Cantón Perú, ubicada en la colonia Manuel de Jesús, en la zona 4 de Retalhuleu.
Las autoridades de la escuela comenzaron a investigar el caso y suspendieron clases hasta este viernes 5 de mayo, tras comunicar y reunirse con la representante de la supervisión educativa del municipio.
Ellos niegan que dentro de la escuela se tuviera conocimiento de que el menor era víctima de abuso por otros compañeros, y también sostienen que no permiten el acoso escolar.
EN ESTE MOMENTO
Madre denuncia agresiones
La madre del menor relató que desde el pasado 20 de abril, su hijo le comentó que había tenido un percance con un compañero de la escuela, que un niño -al que no identificó- lo había tirado muy fuerte y le había golpeado en el pecho y espalda.
“Le pregunté si se sentía mal para llevarlo al médico y me dijo que no, que solo venía a lastimado de la mano dijo ‘no estoy acostumbrado a los golpes, empuñé mal mi mano al pegarle, le di en la boca’ y que traía la mano hinchada”, relató.
Al siguiente día, la madre cuenta que intentó acompañarlo, pero el menor se negó: “me dijo que no fuera porque su maestra tenía conocimiento del problema”.
“Tenía un hijo de casa, educado y estoy segura que él no ocasionó este problema y quienes lo conocen pueden dar fe de ello”, aseguró en declaraciones a varios medios de la localidad.
Durante le sepelio, aseguró que Aron soñaba con ser soldado de la marina de los Estados Unidos.
Maestra niega abusos
Leyla Contreras, docente del menor, asegura que no conocía de los supuestos indicios de abuso escolar y espera que el Ministerio Público (MP) pueda esclarecer el caso.
“En la escuela nunca se le hizo nada malo, ese día nos estuvimos divirtiendo; él hizo bromas, se sentó adelante, la pasamos bien y de aquí salió bien”, dijo entre lágrimas.
“No entiendo qué fue lo que pasó, sinceramente no entiendo. Por la salud mental de todas las personas de Retalhuleu sí quisiera que se esclareciera porque se quieren limpiar las manos con nosotros. La escuela siempre ha sido buena”, respondió ante las acusaciones.
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Según Contreras, en sus 30 años de servicio no se había enterado de un caso similar, por lo que espera apoyo de las autoridades. “Que indaguen y encuentren al que le hizo esto al niño porque no puede quedar impune”, aseveró.
La supervisora educativa de Retalhuleu, Alba Montejos, asistió a una reunión con las autoridades del centro educativo y la madre del menor para hablar sobre el caso.
“La directora mencionó que el niño se salió dentro de los comportamientos normales. El último día que asistió a clases, dijo que se acercó incluso a despedirse como otros niños”, expresó Montejos.
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Señaló a su agresor
La madre del menor interpuso la denuncia, pero considera que los problemas comenzaron en la escuela, según lo que su hijo le relató luego del primer incidente.
Cuando percibió que el menor tenía temor, le pidió que confiara en ella “que podía contarme la situación por la que estaba pasando, finalmente accedió y al concluir con la semana de exámenes… al regresar me comentó que había sido agredido nuevamente en la piscina del complejo deportivo”. Un compañero lo habría empujado a la piscina, según tuvo conocimiento.
Pero el pasado martes 2 de mayo, la madre asegura que al regresar del trabajo lo encontró con golpes y lo llevó al hospital.
“Al regresar lo encontré con una bola en el cuello, el brazo inmóvil y tampoco podía mover la boca… notamos que tenía marcas de golpes que no tenía durante el fin de semana y esa es la prueba de los golpes que recibió”, relató.
De camino al hospital, relató que le prometió que lo sacaría de la escuela y que el menor le reveló al supuesto agresor.
“Se puso a temblar, a llorar y me dijo ‘son los que andan con William’. -Yo- desconozco si son de su grado, pero no pudo contarme más porque después de su ingreso, entró en coma y falleció horas después”.
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Hace llamado a maestros
La madre pidió que se investiguen los hechos y que llevó a la muerte de su hijo, mientras que para los maestros les pidió que “tomen consciencia de que la escuela es su segunda casa y que los niños deben confiar en ellos”.
La familia veló a Aron en su vivienda, y el pasado 4 de mayo fue su sepelio al que asistieron sus compañeros de clases, docentes y vecinos.
