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75 aniversario del Estado de Israel
El próximo 14 de mayo se celebrará el 75 aniversario de la creación del Estado de Israel. Este año no será una celebración convencional, pues este país conmemora su existencia en un contexto muy tenso, donde además de lidiar con difíciles situaciones de política exterior, ahora también debe enfrentarse a un alto grado de presión interna.
' La creación del Estado de Israel no solo cambió la historia de este pueblo, sino la de todas las naciones del mundo.
Brenda Sanchinelli
Debido a las múltiples protestas contra la reforma de justicia de Netanyahu, se ha desestabilizado la política interna de esa nación. Israel, en este aniversario, lo que menos podría celebrar es la unidad, en un ambiente político bastante complicado.
El milagroso nacimiento del Estado de Israel en 1948, cuando el primer jefe de gobierno, David Ben-Gurión, leyó la declaración de independencia, marcó la historia no solo para este pueblo, sino para todas las naciones del mundo. Las fronteras correspondían a las del plan de la ONU de 1947, según el cual, el territorio del Mandato Británico de Palestina se dividió en dos partes: el 52% fue al estado judío, mientras que el 48% fue asignado al futuro estado árabe palestino.
Pocas horas después de la proclamación, el país ya estaba en guerra. Egipto, Siria, Transjordania e Irak, no reconocieron la independencia. Para el mundo árabe, ese día todavía se recuerda a menudo como un desastre. El conflicto librado por los países árabes, sin embargo, se resolvió con una victoria militar para Israel. Y con las fronteras una vez más distorsionadas. El estado judío logró avanzar hacia Jerusalén Occidental y ganó el 50% del territorio. A decir verdad y como es bien sabido, ese conflicto nunca se ha resuelto completamente. Y sigue latente, siendo uno de los principales focos de tensión en el Medio Oriente.
La dinámica de lo sucedido, todavía se refleja en el país, ya que desde entonces nunca han tenido un solo día en paz. En consecuencia, el tema central de esa nación siempre ha sido la supervivencia. Por lo que podría suponerse que ahora, al conmemorar sus 75 años de existencia, toda la opinión pública estaría lista para celebrar un aniversario pleno, pero, por el contrario, en Israel sobre todo en los últimos meses, ha habido un clima que dista mucho de cualquier ambiente festivo.
Los ataques contra civiles llegaron en un contexto de nuevas tensiones en la Ribera Occidental y Jerusalén oriental. También, la redada en la mezquita de Al Aqsa, generó la reacción palestina de ataques con cohetes, desde la Franja de Gaza y el sur del Líbano. Ahora hay temores de una nueva escalada de violencia en toda la región.
Aunque la política israelí es históricamente polémica e inestable. Nunca se había mostrado tan dividido ese país, desde un punto de vista político. Por un lado, Netanyahu, que quiere aprobar una polémica reforma judicial a toda costa. Pero por otro, es cuestionable la parcialidad, al tener intereses personales por sus casos abiertos de corrupción. Lo que condujo al descontento a muchos ciudadanos que salieron a protestar, logrando paralizar al país, al punto que se tuvo que posponer la aprobación de las reformas.
Israel está dividido en cuanto al valor que se les dio a las protestas. Algunos analistas hablan del debilitamiento del país, por lo tanto, de la posible incapacidad para enfrentar el terrorismo y los desafíos que vienen del exterior. Estos no solo incluyen la situación palestina, sino también el programa nuclear iraní, y el aislamiento en el que ha caído el gobierno del estado judío.
Para otros, sin embargo, las protestas deben verse como un hecho positivo. Según esta óptica, el país está empezando a pensar no sólo en la guerra y seguridad exterior, sino también en su propio futuro político. Exactamente como sucede en cualquier otro país considerado democrático.