Según una publicación de la revista médica JEM Reports, el niño, que vive en Ohio, Estados Unidos, fue intervenido para retirar una gran masa de este dulce a través de su garganta.
Luego de haber ingerido por completo un tarro de gomas de mascar, el paciente sufrió de calambres y diarreas, por lo que su madre llamó al servicio de emergencias médicas.
El niño fue ingresado a un centro médico y luego de practicarle los exámenes pertinentes, los médicos descubrieron que los dulces se encontraban atrapados en su estómago y ocupaban un 25% del espacio.
Esto llevó a los doctores a analizar las distintas posibilidades, al final se optó por sacar el chicle a través de la garganta del niño.
Para extraer los chicles, el personal médico utilizó un esofagospio, aparato con el cual se pudo ir quitando por partes la obstrucción.
El paciente fue dado de alta solo con un dolor por el procedimiento, añadió JEM Reports.
Médicos aconsejan mantener una mirada atenta a los niños y evitar que traguen este tipo de golosinas, que podrían causar un gran daño en su salud.
La referida revista explicó que un bezoar es una colección de material no digerible que se encuentra en el tracto gastrointestinal y que se ha vuelto lo suficientemente grande como para no avanzar por el resto del sistema intestinal.
Los bezoares son causados tanto por alimentos como por materiales no alimentarios. Los síntomas se asemejan a otras formas de obstrucciones gastrointestinales con plenitud posprandial, dolor abdominal, náuseas, vómitos y pérdida de peso.