PLUMA INVITADA
Saturados con plásticos
Los productos de plástico son omnipresentes en la vida moderna. Se ha estimado que en el periodo 1950 al 2021 se produjeron en el mundo alrededor de 11,000 millones de toneladas con una tendencia futura en ascenso acelerado. Existen productos en los cuales no nos fijamos, por ejemplo, un 14 % del peso de un automóvil corresponde a materiales plásticos, un 23 % de piezas plásticas se emplea en la construcción, el uso de tubería plástica es común en la red de tubería urbana para recolectar y transportar los desagües, los usamos en las prendas de vestir, y así pueden citarse infinidad de otros ejemplos. El empleo de estos productos ha reportado beneficios, tanto sociales como corporativos e individuales. De hecho, un 37 % del total producido se encuentra en dichos usos. Sin embargo, los productos de un solo uso, bolsas y utensilios, son otro cantar. La acumulación ambiental es pavorosa, dado que un 52% del total producido se descarta y es arrastrado por aguas superficiales y ríos hacia océanos en donde ha provocado desastres, documentados con frecuencia por los medios de comunicación. El reciclaje es ínfimo a nivel mundial, alrededor del 0.02 % de lo producido. ¿Qué acciones se han tomado para solventar esta crisis?
' El reciclaje es ínfimo a nivel mundial. ¿Qué acciones se han tomado para solventar esta crisis?
Carlos Rolz Asturias
Antes que nada, es pertinente indicar que el producto plástico está constituido principalmente por diferentes polímeros sintetizados de los combustibles fósiles, a los cuales se le han adicionado aditivos, entre ellos los denominados plastificantes, con el objetivo de facilitar su procesamiento hacia las piezas finales, las cuales son estables y persistente en el tiempo y no se degradan. El reciclaje es una medida paliativa, por un lado está el hecho que es necesario recolectar y separar el material, puesto que los procesos termo mecánicos existentes funcionan para un polímero en particular; por el otro, los procesos actuales están limitados por su costo, la disminución de las propiedades mecánicas del producto elaborado, asociada a una calidad inconsistente; en otras palabras no existe un reciclo infinito del mismo material.
Se ha iniciado una vigorosa tarea de investigación y desarrollo de alternativas para mitigar este problema mundial, tanto en universidades como en la propia industria, la cual percibe el asunto bajo dos diferentes perspectivas: la sostenibilidad y el daño ambiental. Por ejemplo, se anunció recientemente que una industria había logrado producir los dos compuestos requeridos para sintetizar el PET, el cual se emplea para la manufactura de botellas, totalmente de recursos renovables. Loable desde la sostenibilidad, ya que se elimina el uso de derivados del petróleo para lograr el resultado. Discutible desde el punto de vista ambiental, puesto que el PET producido es tan estable en el ambiente como el original. Varias compañías producen el acido poli-láctico, el cual se emplea para moldear o laminar diferentes productos de consumo, empleando carbohidratos y técnicas de biotecnología y catálisis, productos que son biodegradables en pilas de compost bien manejadas, es decir, con adición periódica de aire. El producto y proceso cumple con ambos requisitos, pero el volumen de productos manufacturados es pequeño. Lo que ha sido inusitado, es el incremento acelerado de la construcción de unidades de pirólisis, las cuales transforman cualquier tipo de plástico, por medios térmicos de alta temperatura en ausencia de aire, en gases de síntesis, los cuales a su vez son transformados, por microorganismos genéticamente modificados, en compuestos orgánicos empleados en procesos tradicionales para sintetizar los plásticos de mayor uso, y en la posible creación de plásticos nuevos. El desarrollo promete el reciclo ideal que eliminaría los problemas ambientales existentes y generaría una consolidación futura del plástico. Ya veremos.