Esta es la receta original que aparece en el recetario de Apicio: “Poner leche en un plato, en la cantidad proporcional al tamaño de este. Amalgamar con miel, como se hace con todos los dulces hechos con leche; echar cinco huevos para medio litro; tres, para un cuarto. Batirlos con leche hasta que queden bien disueltos. Pasar por tamiz dentro de una sartén, y cocer a fuego lento. Cuando haya cuajado, espolvorear pimienta y servir”.
Era un postre de suma apreciación para los romanos, quienes le atribuían importantes beneficios nutricionales a los huevos. Durante Cuaresma, en la Edad Media, se le comenzó a llamar flado, considerado un postre suntuario, por la escasez de huevos durante dicha época religiosa. Se podía consumir tanto dulce como salado.
Sin importar su origen, el flan es uno de los bocadillos estrella no solo de restaurantes, sino de los hogares, donde cada uno hace la versión que le parece más deliciosa con la incorporación de ingredientes como café, frutas o nueces.
La chef Kattia Valdeavellano reprodujo la receta del siglo XIX: “Tiene un gran sabor, en el que se integran procedimientos básicos de cocina”, indica, por lo que puede prepararse en casa sin mayor dificultad, sin olvidar prestar atención a utilizar las cantidades exactas de los ingredientes.
“Es un postre que se elaboraba los fines de semana, cuando se reunía la familia completa en casa del abuelo a beber té”, recuerda la chef.
“Además, es de los postres más representativos de los hogares en donde las abuelas se dedicaban a enseñar a los nietos a prepararlo”, afirma Valdeavellano.
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Ingredientes
6 cucharadas de azúcar
6 huevos
1 litro de leche
1 cucharadita de esencia de vainilla
Preparación
Licuar todos los ingredientes por cinco minutos y colocar en moldes individuales para flan.
Hornear a 200 grados centígrados en baño maría por 35 minutos, aproximadamente, o hasta que cuaje. Dejar enfriar y desmoldar. Decorar con menta y frutas preferidas y servir.
Receta original
“Se le echa a la leche bastante yemas de huevo crudas, azúcar, canela, y puesta a fuego lento, se está meneando”.
¿Qué comían los guatemaltecos en el siglo XIX?
Cada domingo de este año, se presentará la recreación de recetas —entradas, platos fuertes, postres y dulces— que aparecen en el Lybro de cocina, recetario manuscrito en Guatemala de 1844. Esta obra despliega una muestra de los platos que consumían los guatemaltecos en el siglo XIX y, posiblemente, durante gran parte del siglo XX, con evidente influencia española, francesa y británica.
Estas recetas, reproducidas por chefs guatemaltecos, conservando muy de cerca su esencia, nos ayudarán a comprender cómo ha evolucionado la cultura gastronómica en Guatemala en los últimos 178 años.
