“Los hongos son organismos cosmopolitas que crecen en diferentes hábitats. Es común verlos crecer en nuestros jardines, parques, bosques y hasta en macetas, debido a que tienen un papel importante en la naturaleza ayudando a las plantas a crecer. Sobre todo, a las especies arbóreas como pinos, encinos y pinabetes formando una asociación entre el hongo y las raíces de los árboles”, explica Roberto Cáceres Staackmann, químico biólogo investigador de la Unidad de Biodiversidad, Tecnología y Aprovechamiento de Hongos Comestibles –BioTAH-, del Departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).
Los hongos comestibles silvestres son colectados en los bosques por personas que los conocen y saben diferenciar, porque desde su niñez sus familiares les han enseñado a reconocerlos. Luego, son vendidos en los mercados municipales del centro y altiplano del país, áreas en donde es más común que crezcan gracias al clima húmedo.
El principal problema con la recolección de hongos ocurre cuando personas que no saben identificar y diferenciar los hongos comestibles van a las áreas verdes a buscarlos y los llevan a sus casas para su consumo. “Si es una especie no comestible pueden presentar síntomas que varían desde un simple dolor de estómago, hasta casos severos que requieren hospitalización. Incluso, dependiendo de la gravedad, pueden causar hasta la muerte”, indica Cáceres Staackmann.
Efectos de los hongos tóxicos
El pasado 9 de junio, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) emitió una alerta epidemiológica sobre el consumo de hongos silvestres venenosos y dio algunas recomendaciones para los próximos meses, temporada en donde se reproducen con mayor facilidad en las zonas boscosas debido a la lluvia.
Las intoxicaciones por consumo de hongos (micetismos) en Guatemala se registran de uno a tres casos en época de invierno. Muchos de ellos ocurren porque las propias familias los recolectan y confunden los hongos tóxicos y los comestibles por su forma. Hasta el momento no se ha reportado intoxicaciones por consumo de hongos adquiridos en el mercado, indica Osberth Morales Esquivel, profesor de Micología y director de la Escuela de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia, de la USAC.
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El MSPAS indica que, dependiendo del tipo de hongo ingerido, serán los cuadros clínicos que se presenten: gastrointestinal, nefrotóxico, alucinatorio, entre otros. Los síntomas más comunes son náuseas, vómitos y deshidratación.
Armando Betancourth, químico biólogo, recomienda que al tener síntomas se pregunte a los afectados si conocían el tipo de hongo que pensaban que estaban consumiendo o si tienen alguna muestra para identificarlo.
Los casos de intoxicaciones por hongos no ocurren solo por buscar fuente de alimentación, también se dan por causas recreativas al tratar de experimentar sensaciones inducidas por el consumo de hongos alucinógenos, los cuales causan alteraciones en la percepción de los sentidos, algunos con efectos similares al LSD.
Hongos tóxicos más comunes en Guatemala
Las especies de hongos tóxicos se encuentran distribuidos en todo el país. Pueden cambiar algunas características, dependiendo de las especies arbóreas en donde estén creciendo, o ser otra variedad o especie.
Betancourth y Morales señalan que hay 35 especies consideradas tóxicas en Guatemala. Los hongos tóxicos reportados pertenecen a los géneros Agaricus, Amanita, Chlorophyllum, Hypholoma, Inocybe, Lepiota, Panaeolus, Psilocybe, Russula y Scleroderma que coinciden con los identificados en las intoxicaciones y son confundidos con las especies comestibles, pertenecientes al mismo género.
A continuación se enlistan los géneros de hongos más comunes en Guatemala y se mencionan los lugares en donde se pueden encontrar, sin embargo, esto no excluye que se ubiquen en otros departamentos del país.
Amanita muscaria subsp. Flavivolvata
Tiene superficie brillante, color rojo intenso en el píleo o sombrero, así como en las adultas y color rojo-naranja en jóvenes en el margen. Se identifica por verrugas irregulares o piramidales de color amarillas o blancas. Se localiza en Tecpán, Chimaltenango.
Amanita sp. sección Phalloideae
Puede medir de 5 a 15 centímetros de ancho, con píleo (sombrero). En el sombrero presenta una coloración que puede ser verde oliva o blanco. Su tinte no es uniforme, sino que es pálido en los bordes. El anillo caído asemeja una falda que rodea al hongo y es de 1 o 1.5 centímetros de diámetro. El pie es blanco. Se localiza en Sacatepéquez.
Agaricus sp.
Son similares a otros champiñones que sí son comestibles, por lo que se debe tener cuidado. El tamaño de su sombrero, presencia de un anillo en el pie, laminillas en el sombrero que primero son claras, en su mayoría rosadas, y al madurar marrones o negras, hacen que la confusión sea mayor.
Sin embargo, se caracterizan por el olor y el cambio de su coloración de blanco a amarillo intenso por el contacto o roce. Al consumirse se padece de calambres abdominales, vómitos, diarrea y deshidratación severa. Se localiza en la ciudad de Guatemala.
Inocybe sp.
Contiene muscarina, una toxina que afecta el sistema nervioso autónomo. Los síntomas de intoxicación por muscarina comienzan entre 15-20 minutos después de ingerir los hongos, se presentan náuseas y vómitos, acompañados de diarrea.
Este género se caracteriza por tener un sombrero pequeño, que raras veces alcanza los cinco centímetros, de forma cónica en su primera etapa, pero que después se va aplanando. Generalmente es blanco, pero existen variedades con tonos lilas. Se localiza en la ciudad de Guatemala.
Russula sp.
La parte superior, o sombrero, puede ser medio esférica o plana, con un diámetro que alcanza los 10 centímetros. Los hongos jóvenes pueden tener una tapa esférica o en forma de campana, pero cambia con la edad. El pie puede ser blanco o con tonos pálidos. Se localiza en San Lucas Sacatepéquez.
Chlorophyllum
Tiene un sombrero grande, que generalmente mide los 20 centímetros de diámetro. Sus láminas son de color blanco cuando son jóvenes, pero cuando crece se va tornando a verde. El pie puede superar los 20 centímetros de alto, de color blanco o beige.
Los expertos indican que si necesita identificar un ejemplar de hongo puede contactarse a la Unidad de Biodiversidad Tecnología y Aprovechamiento de Hongos –BioTAH- con Roberto Cáceres Staackmann, Osberth Morales Esquivel o Armando Betancouth a través del Centro de Información y Asesoría Toxicológica –CIAT- o visitar su página en Facebook como Identificación de Hongos Guatemala.