Escenario

Isabel Allende vuelve al radar literario a sus 80 años con una historia sociopolítica de no-ficción

“El viento conoce mi nombre” explora la condición humana frente a la violencia política y la inmigración durante una distópica era trumpiana.

Isabel Allende vuelve al radar literario a sus 80 años con una historia sociopolítica de no-ficción

La autora en su domicilio de Estados Unidos, donde vive desde 1987. (Foto Prensa Libre: Cortesía Penguin Random House)

Tras 77 millones de libros vendidos y luego de 25 títulos traducidos a más de 42 idiomas, la autora Isabel Allende desplazó su mirada y escucha hasta la frontera sur de Estados Unidos para suscitar una investigación que dio como resultado El viento conoce mi nombre, su más reciente libro publicado el pasado 6 de junio.

Situada en la época durante la cual Donald Trump fue presidente de Estados Unidos, la obra presenta una ficción que recuerda las condiciones e implicaciones alrededor de las políticas migratorias que han atravesado centroamericanos en búsqueda de una nueva vida durante los últimos años.

El fondo narrativo de El viento conoce mi nombre se inspiró en la historia real de una joven salvadoreña llamada Juliana quien, en 2019 fue separada de su mamá, luego de haber cruzado la frontera de Estados Unidos en tren.

Después de la llegada a Norteamérica y tras la detención de la madre por parte de las autoridades estadounidenses, Juliana fue llevada a un albergue donde además no contó con un registro de sus datos. De este modo, la menor permaneció en una especie de limbo de orfandad por casi un año.

Paralelo a esta situación, un grupo de abogados ayudaron de forma altruista y gratuita a Juliana para que pudiera regresar con sus padres. Luego de ocho meses los profesionales lograron su cometido.

En su más reciente libro, Isabel Allende nos presenta una historia de ficción que se expande por 346 páginas donde la historia de Anita Díaz – basada en Juliana– se entrelaza con el relato de Samuel Adler, un judío que de niño, en 1938, fue enviado por su mamá desde Viena a Inglaterra, a manera de protegerle ante las persecuciones nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Una semana después del lanzamiento de su último título, Allende explicó en una rueda de prensa internacional que la mecha que encendió esta novela surgió de la oleada de noticias por las políticas migratorias que impulsó Donald Trump en 2018, y por las cuales, más de 430 niños latinoamericanos habían quedado resguardados en la frontera para julio de ese año.

“Miles de niños fueron separados de sus padres en las fronteras, algunos eran bebés que estaban amamantado todavía. Los arrancaron de los brazos a las madres”, dijo conmovida la autora, quien explicó que, a través de su fundación social llegó a conocer de cerca este tipo de narrativas, como la que atravesó la joven salvadoreña Juliana.

Desde 1996, la Fundación Isabel Allende ha ayudado a mujeres en el reconocimiento de sus derechos reproductivos, así como de la importancia de su independencia económica y protección frente a la violencia. Según explicó la autora, varios casos atendidos desde la fundación tienen que ver con mujeres que han atravesado la frontera sur de EE. UU.

No ficción y esperanza

La autora de El viento conoce mi nombre, sostiene que la niñez y el mundo introspectivo vibran en su más reciente libro, ya que estos temas suelen dar forma al personaje de Anita.

“Entiendo muy bien la mentalidad de Anita, pero es que además la he visto entre los niños traumatizados que hay en la frontera. Muchos de ellos dejan de hablar y se sumergen en el silencio y dentro de ese silencio crean un mundo en el que se sienten más seguros. Es muy trágico y es un trauma que yo creo que los va a acompañar toda la vida”, ha dicho Allende.

El viento conoce mi nombre coloca a los lectores en un plano donde el mundo real y la ficción se mezclan. Inspirada en las hecatombes políticas de los últimos años, Isabel procurara otra perspectiva de lo que implican las narrativas “sociales”.

Isabel Allende vuelve al radar literario a sus 80 años con una historia sociopolítica de no-ficción
Allende ha asegurado que su novela cuenta una historia trágica, pero narrada con alegría, coraje y bondad. (Foto Prensa Libre: Cortesía Penguin Random House)

Según explicó en rueda de prensa, la investigación de los casos migratorios fue sencilla gracias al contacto con varios profesionales en el tema, desde su fundación. Aunque asegura haberse apasionado en el rastreo de los hechos reales, la autora vio en la escritura un lugar de mayor seguridad y potencia.

“La investigación es la base, el fundamento, pero lo que me gusta es contar la historia, desarrollar los personajes…”, aseguró la escritora y ganadora del polémico Premio Nacional de Literatura 2010 en Chile.

A propósito de las microhistorias que dan forma al libro, Allende comparte un abanico de personajes cuyos gestos de solidaridad, bondad y esperanza desafían el dolor de la violencia política y la inmigración.

“Cuando uno lee las noticias solamente se entera del horror que sucede en el mundo. Nadie habla de lo bueno que está sucediendo y de la gente que está tratando de ayudar. (…) Hay 40 mil abogados en los Estados Unidos que trabajan pro-bono para representar a los niños en las cortes; son casi todas mujeres: las trabajadoras sociales, son mujeres las psicólogas, son mujeres. Este libro es como un homenaje a ellas también”, apuntó la escritora.

El siglo de las mujeres

Allende asegura que durante su carrera ha visto cambios significativos en cuanto en la literatura chilena. Después de éxitos alcanzados por libros como La casa de los espíritus, Paula o el reconocimiento del Premio Nacional de Literatura, la escritora cree que varios de sus esfuerzos han provocado que se visibilice más la enunciación de mujeres en las letras.

La escritora también subraya una urgencia por la articulación femenina para hacer de este siglo más justo: “Las mujeres tenemos que unirnos para defendernos. Una mujer sola es muy vulnerable (…) Parte de lo que debería ser la política de cualquier país es la protección de la mujer y de las niñas. Sin eso, una mujer que vive con miedo está frita, no puede hacer nada”.

En su más reciente libro, Allende presenta un relato crítico donde las mujeres se aproximan a la resiliencia, a pesar de las desventajas que promueven las escuetas condiciones políticas y socioeconómicas de Latinoamérica. “Los países más atrasados del mundo son aquellos en los que las mujeres están en la peor situación”, sostiene la autora.

¿Es este entonces el siglo XXI de las mujeres? “Ojalá fuera así”, respondía Allende en la rueda de prensa de hace unos días. A la par de su respuesta, la escritora no menospreciaba los muchos avances que ha tenido el feminismo, sin embargo, agregó que falta mucho para llegar a ese gran momento.

El viento conoce mi nombre de Isabel Allende se encuentra disponible en versión audiolibro, así como e-book desde el sitio Penguin Libros. En Guatemala puede adquirirse en tiendas como Sophos, De Museo y Kemik.

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