Política

Elecciones Generales 2023: TSE sin poder evitar obsequios en el cierre de la campaña política

Expertos destacan que prácticas clientelares como regalos en los mítines reflejan lo poco serias que son las propuestas de campaña de los partidos políticos.

Autoridades del TSE en la pasada reunión con fiscales nacionales de partidos políticos. Fotografía: Prensa Libre (Juan Diego Gonzalez).

Autoridades del TSE en la pasada reunión con fiscales nacionales de partidos políticos. Fotografía: Prensa Libre (Juan Diego Gonzalez).

Desde el fin de semana los partidos políticos iniciaron con sus cierres de campaña de cara a los comicios del próximo domingo. En estas actividades masivas, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no puede evitar que las organizaciones políticas caigan en prácticas clientelares como la entrega de obsequios, que a palabra de expertos en legislación electoral, es un síntoma de un problema más grave: la falta de fiscalización.

El pasado fin de semana quedó documentado como las agrupaciones políticas se centraron en la entrega de obsequios para aquellos que asistieron a sus actividades políticas. Electrodomésticos encabezaban el listado de premios para los que más animaran al candidato; también se entregaba playeras, pachones, llaveros y comida a los asistentes.

La presentación de planes o estrategias en materia de seguridad, economía y salud, por ejemplo, quedaron de lado para centrarse en la entrega de regalos que tan solo buscan, a decir de analistas, ganar simpatía.

Todos estos regalos que han entregado los partidos políticos en sus distintas actividades debería de ser incluidos en los gastos de campaña que están obligados a reportar y que, al final del evento, no deben superar los Q34.9 millones que es el máximo establecido para gastar.

A pesar de que la entrega de obsequios con fines clientelares está prohibido por la Ley Electoral y de Partidos Políticos, el TSE dice no contar con un mecanismo legal que impida a las agrupaciones realizar estos eventos.

“Nosotros no les podemos evitar que hagan esto y lo otro, ellos -los partidos políticos- tienen que rendir cuentas ante el TSE de los gastos que realizan en campaña”, explicó el magistrado electoral Mynor Franco.

El funcionario indicó que todos los obsequios que son entregados en la campaña política tienen que ser reportados como gastos de campaña. “Recuerde que estamos en una campaña electoral, y los partidos políticos tienen la obligación, existe en el TSE una unidad de fiscalización de las finanzas de los partidos políticos”, añadió Franco.

No obstante, en el último informe financiero que dio a conocer el TSE, relativo a los gastos de campaña al pasado 15 de abril, contabilizó un gasto de Q9 millones 859 mil 4.61, quedando pendiente de presentación el reporte de gastos de mayo que tendría que haber sido reportado por los partidos políticos el pasado 15 de junio.

En ese último informe financiero se explicaba el monto entre financiamiento privado, público y lo contabilizado en redes sociales, sin existir un espacio específico para consignar los aportes en especie o entrega de regalos.

Campañas sin calidad

A criterio de analistas, en esta etapa de la campaña electoral los partidos políticos deberían de centrar sus esfuerzos en presentar a detalle su plan de gobierno, ya que esa debería de ser la forma sensata para conseguir el apoyo en las urnas.

En la práctica ocurre lo opuesto, dijo Renzo Rosal, analista político independiente. “Estas son prácticas clientelares, son una forma de burlarse de la ciudadanía, los siguen considerando como simples votantes y como instrumentos de transacción”, explicó.

Según Rosal, los partidos políticos se concentran en este tipo de actividades clientelares porque existe un ambiente regresivo que ante la óptica de las agrupaciones les permiten convencer con obsequios en sustitución de estrategias sólidas.

“Los partidos están aprovechando también que este TSE es muy endeble, y tampoco tiene ganas de ser fuerte; es decir, el punto de todo tiene que ser el financiamiento electoral y considero en definitiva que nunca sabremos cuánto están gastando los partidos políticos en general”, añadió.

Lo anterior no queda solo en las tarimas y en las giras políticas de las últimas semanas, el fenómeno clientelar también ha ganado protagonismo en las redes sociales, según María del Carmen Aceña, analista política del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).

“Lo que estamos viendo también va de la mano con las redes sociales, usted ve campañas tan superficiales y hay toda una cultura superficial de la política, hay poco interés de la política y los que se meten a ella, la mayoría, quiere llegar al poder para hacer una forma de vida”, refirió.

La analista aclara que los partidos políticos pueden regalar lo que quieran, pero hace énfasis en que esta no es la razón de ser de las agrupaciones, ya que deberían de enfocarse en procesos de formación cívica.

“La verdad da tristeza porque la gente no pregunta planes de gobierno ni cuáles son los equipos de trabajo, ni siquiera la trascendencia de los vicepresidentes, de quienes se conocen muy poco”, indicó Aceña.

TSE necesita fortalecerse

Actualmente las herramientas legales con las que cuenta el TSE les impiden tomar acciones ante este tipo de actividades, dijo Pedro Cruz, presidente de la organización Primero Guatemala, que considera vital que se reforme la Ley Electoral.

“Se ha establecido como una mala práctica, creo que los partidos políticos deben enfocarse más en presentar su proyecto para gobernar y las distintas acciones a tomar al momento de tomar posesión, y así ganar votantes”, señaló Cruz.

Para el entrevistado puede que los partidos políticos se aprovechen de la situación actual, aunque señala que tampoco se debe de subestimar al votante, ya que muchos realmente aspiran a cambios positivos para el evento de elecciones.

Añadió que quizá todos los regalos en que se están concentrando los cierres de campaña, posiblemente no sean reportados ante las autoridades electorales, porque “la gran mayoría de regalos que se dan son donaciones de personas que pueden no pertenecer a los partidos políticos”.

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