PLUMA INVITADA
Decir: ¡Basta! o ¡Queremos a otros!
Ante la abrumadora oferta de tantos partidos políticos, es lógico que nos sintamos muy confundidos. Por ello es importante filtrar a las agrupaciones políticas de una manera objetiva. El voto es un derecho constitucional y es una decisión personal que nos permite expresar nuestra voluntad al apoyar a un partido o votar nulo.
' Nos toca decir ¡Queremos a otros! con un voto válido e informado. Solo así lograremos la depuración completa del Congreso.
Carlos R. Paredes
Mi amigo Aquiles Faillace promueve ¿Votar por el “menos malo” o decir ¡Basta!? Su propuesta es dejar constancia del rechazo al sistema político, a los partidos, a sus candidatos, a sus programas de trabajo, a la impunidad, al continuismo, a la corrupción… En el caso de ganar el voto nulo en la primera vuelta, se repite la elección. Sin embargo, aparte del sentido de satisfacción personal por hacer ver el rechazo, ¿qué se logra realmente? ¡absolutamente nada!
La Ley Electoral y de Partidos Políticos (Lepp) indica que los partidos deben celebrar una nueva asamblea para designar a nuevos candidatos, o pueden confirmar a los mismos. En octubre se realiza la nueva elección y gana el candidato que obtenga la mayoría relativa. ¿Qué pasó con el rechazo expresado al sistema, a la corrupción, a la impunidad…? Nada, porque todo sigue exactamente igual. Y si el voto nulo no gana, peor todavía, porque los indeseables volverían a quedar necesitando menos votos. Nos toca decir ¡queremos a otros! con un voto válido e informado. Solo así lograremos la depuración completa del Congreso, evitando la reelección de “los mismos”.
La situación se complica aún más porque el 53.1 por ciento de la población empadronada es de 40 años o menos. En su mayoría son jóvenes adultos que prefieren que les digan qué hacer y es muy difícil que se decidan a analizar a los candidatos a diputados en los listados que les corresponden. Si buscamos la depuración, es necesario hacer una sencilla investigación y decidir si realmente queremos reelegir a “los mismos” o si buscamos nuevos legisladores honorables.
Lo anterior se evidencia con un vídeo en el cual uno de los principales candidatos presidenciales se muestra como si fuera un videojuego y recibe más de 75 mil likes. Por el otro lado, un video de una entrevista seria del mismo candidato tiene 12 mil visualizaciones y solo 168 likes. Me queda muy claro por qué es tan popular el voto nulo, la campaña aprovecha plenamente el conocimiento de la audiencia para posicionarse y convencer a las personas. Les dice qué hacer y muchos lo aceptan sin ni siquiera dudar un segundo.
La decisión es clara: si deseo decir ¡basta! y expresar mi rechazo a través del voto nulo, debo aceptar que se reelegirá a “los mismos” y es poco probable que estos decidan, en el futuro, modificar la Lepp, que tanto les favorece ahora. No hay ninguna obligación legal que impulse al Congreso a modificar la ley luego de un voto nulo masivo, y no podemos confiar en su obligación moral. La alternativa es decir ¡queremos a otros! e invertir un poco de tiempo en investigar los listados nacional y distrital que nos corresponden para encontrar aquellos partidos que no proponen candidatos a reelección o tránsfugas.
Busquemos darle una nueva oportunidad a Guatemala. Es una decisión difícil en la cual, por un lado uno se siente satisfecho con ¡basta! sin que nada realmente suceda, mientras que con ¡queremos a otros! es necesario trabajar para filtrar a los partidos políticos y decidir a cuál apoyar.
Recordemos que las elecciones al Congreso son las más importantes y adaptemos la frase de Steve Jobs: “Sólo los locos que creen poder cambiar el Congreso ¡son los que realmente lo cambian!”.