Los escenarios macroeconómicos parecen regularizarse y no se esperan mayores cambios estructurales derivados del ciclo político-económico, tal como lo indican las proyecciones de las autoridades monetarias para indicadores como el producto interno bruto, la inflación y el costo de la canasta básica, el tipo de cambio, el manejo de la deuda pública, la recaudación tributaria, el comercio exterior y el ingreso de remesas familiares.
En su conjunto, lo anterior brinda un “electrocardiograma” económico interno y genera confianza en los agentes económicos y tomadores de decisiones. Sin embargo, el comportamiento de muchas de estas variables está muy condicionado a factores externos, tal como se experimentó hace un año con la inflación global, el alza del precio del petróleo, la crisis logística, la desaceleración de las economías de los principales socios comerciales y situaciones como el conflicto geopolítico internacional.
Por lo pronto, las autoridades económicas diseñaron un mapa de riesgos para las perspectivas económicas, tanto hacia al alza como a la baja, y en la cual se plantean diferentes renglones.
Desempeño de indicadores
De acuerdo con las presentaciones de la banca central, la proyección de crecimiento de la economía guatemalteca medida por el producto interno bruto (PIB), estaría en un rango de 2.5% a 4.5% con una posición núcleo o central de 3.5% tanto en 2023 como en 2024. El promedio durante el período 2010 al 2022 fue de 3.5%, por lo que la previsión se mantiene en ese potencial.
José Alfredo Blanco, vicepresidente del Banco de Guatemala (Banguat) recalcó, durante los recientes talleres de presupuesto abierto 2024, que se espera una tasa de crecimiento económico de 3.5% y un cierre inflacionario del 5% (en abril el ritmo fue de 8.32% y en mayo disminuyó a 6.54%). Para diciembre del 2024 se estima en 4%, que estaría dentro del rango fijado por la Junta Monetaria (de 3% a 5%).
Entre otros indicadores que mostró están las remesas familiares, que estarían subiendo en un rango de 6% a 9% con un valor núcleo de 7.5% para 2023 (con un monto de US$19 mil 393 millones) y para 2024 la proyección es de 4.5% a 7.5%, para un promedio de 6% (unos US$20 mil 556 millones). Las remesas equivaldrían a 19% del PIB, según la previsión oficial.
En cuanto a la recaudación tributaria, este año se proyecta un cierre de Q92 mil 735 millones, que significarán un incremento de 5.5% respecto al 2022 y un superávit de Q6 mil 970.6 millones, en comparación con la meta convenida con el Ministerio de Finanzas (Minfin) para este ejercicio, por Q85 mil 765 millones. Para 2024, el cobro de impuestos alcanzaría Q97 mil 844 millones, mientras que el techo propuesto del presupuesto estatal para el próximo año quedó en Q124 mil 602 millones, o sea Q8 mil millones más que el vigente.
Las estadísticas de comercio exterior (exportaciones e importaciones) empiezan a mostrar una desaceleración, y en gran parte se debe a los precios internacionales de los principales productos que Guatemala despacha y adquiere.
Las previsiones indican que el incremento de las exportaciones se ubicará en un rango de 4.5% a 7.5% con una posición central de 6% que significarían unos US$16 mil 595 millones; y para 2024, entre 4% y 7% con un valor núcleo de 5.5%, por unos US$17 mil 508 millones.
En tanto que para las importaciones se prevé un aumento de 6.5% a 9.5% con un valor central de 8% (US$34 mil 693 millones), en tanto que para el siguiente año se calculan en US$37 mil 295 millones y un rango de 6% a 9%.
Otras variables
Respecto al tipo de cambio, hace algunos días, Álvaro González Ricci, presidente de la JM y del Banguat, comentó que la divisa estadounidense ha tenido una ligera apreciación a Q7.83 (como referencia oficial) lo que se ve como normal y reiteró que la banca central no interviene en la tendencia del precio de la divisa, sino que modera su volatilidad, que puede tener su origen en diferentes motivos.
Aunque se reconoce que es difícil proyectar el comportamiento de la variable, la tendencia para el segundo semestre del año es la estabilidad: En términos generales, la tasa promedio oficial es de Q7.78 a Q7.80, pero el precio es distinto en ventanillas bancarias y puede variar entre 10 y 20 puntos hacia arriba o hacia abajo, lo que depende de los montos y la entidad con la que se realizan estas transacciones.
En cuanto a la estructura de deuda pública, el reporte de Operaciones de Crédito Público del Minfin indica que al 31 de mayo último, el saldo del endeudamiento era de Q211 mil 674 millones, distribuido en Q125 mil 662 millones de deuda interna y Q86 mil 11 millones de deuda externa. A ese mes, el endeudamiento respecto al PIB era de 26.8%, aunque en diciembre del 2022 se situaba en 29.2%.
A nivel de Centroamérica, Guatemala tendría el menor nivel con el porcentaje indicado; el mayor es de El Salvador con 76.1%; Costa Rica, 63.5%; Belice, 60.4%; Panamá, 54.3%; y Nicaragua, 44.5%.
La proyección indica que el cierre de la deuda se estaría situando alrededor de Q230 mil millones, ya que hace algunos días, Guatemala colocó un eurobono por US$1 mil millones.
Costo de la canasta básica
Un tema que es de preocupación de la población en general es el costo de los diferentes productos y servicios que componen la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Ampliada (CA), que a mayo anterior se habían incrementado en 15.3% (en comparación del mismo mes del 2022), lo que impacta en el poder adquisitivo de las familias de manera directa.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) detallan que, en promedio, los 34 productos básicos que integran la CBA subieron Q497.13 en un año y su costo a mayo último era de Q3 mil 731.75.
Y la CA, que además de los alimentos incluye gastos como vivienda, vestuario, educación, salud, transporte y otros, se había encarecido Q1 mil 147.84, y a mayo último la cotización era de Q8 mil 616.37, monto muy superior a los del salario mínimo vigente para todas las actividades productivas durante el 2023.
Sin temor a una recesión
Amador Carballido, director general de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), expresó que en junio de 2022 se mantenía la sombra de una posible recesión económica global, pero ahora, esa percepción se ha alejado, sobre todo por la inflación en Estados Unidos, que ya está bastante controlada.
Sobre los ajustes de la Tasa Líder de Interés de Política Monetaria en Guatemala (de 1.75% en mayo 2022 a 5% en mayo 2023) y los movimientos autorizados por la Reserva Federal de EE. UU., el directivo aclaró que no hay alarmarse, en el sentido de que, si disminuye allá, la banca central guatemalteca también lo va a hacer (como ha ocurrido).
“Y aunque la reacción a las tasas tiene un efecto en la actividad económica, la pregunta es ¿cuál es el peor mal? ¿Inflación con crecimiento económico que se pueda desenfocar o bajar un poco la velocidad (de la economía)? Esa es la ficha en el aire. Con las medidas que se han adoptado se permite atenuar la inflación interna. Con la importada no se tiene el control”.
Añadió que es el camino correcto en este momento y era lo necesario, aunque puede tener un efecto de desaceleración económica en el resto de año.