CABLE A TIERRA
Agenda 2030: entre los hechos y la conspiración
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son acuerdos entre Estados, firmados por voluntad, donde estos se han comprometido a alcanzar, para el año 2030, mejoras sustantivas en las condiciones de vida y desarrollo de sus poblaciones. Por eso le llaman “Agenda 2030” y refleja problemas de desarrollo que todavía afligen a millones de personas en el mundo, inclusive en países de ingresos altos, o de ingreso medio alto, como Guatemala. En total, son 17 objetivos con 169 metas a alcanzar. Esta información es totalmente pública y se puede consultar fácilmente en línea. Solo googlee “ODS” y léalo usted mismo.
¿Por qué se genera este tipo de acuerdos internacionales? En primer lugar, porque una buena parte de la humanidad todavía enfrenta varios de estos problemas. Acá pongo ejemplos de la más alta pertinencia para Guatemala: unos 190 millones de personas en el mundo viven en situación de pobreza extrema, es decir, con menos de US$1.25 al día, o sea, con menos de Q9.50 diarios. En 2022, 828 millones de personas pasaron hambre, definido como que no pudieron acceder a alimentos a diario para satisfacer esta necesidad básica. Los más afectados fueron 45 millones de niños menores de 5 años, que están condenados a la desnutrición crónica y a no maximizar su potencial de por vida. Se estima que cada día mueren unas 830 mujeres embarazadas, sea durante la gestación, el parto o el puerperio; en su mayoría porque no tienen acceso oportuno a atención en salud. En 2021, cinco millones de niñas y niños murieron antes de cumplir los 5 años; 303 millones de niños y niñas entre los 5 y 17 años no asisten a la escuela, que equivale a uno de cada cinco niños en estas edades. Alrededor de 2,000 millones de personas no tienen acceso a agua segura para beber; 3,600 millones carecen de sistemas básicos de saneamiento y 2,300 millones de personas no tienen instalaciones mínimas ni para lavarse las manos.
759 millones viven sin acceso a electricidad. 2,000 millones de personas sobreviven en la economía informal, ¡es una cuarta parte de la humanidad! No me alcanza el espacio de esta columna para recorrer todos los ODS, pero lo haré en próximas, pues quiero abordar también algunos de los ODS y/o metas que son de los que más se aprovechan para generar la desinformación.
' Se vale disentir, mas no desinformar.
Karin Slowing
Estos acuerdos también existen porque en estos problemas hay, frecuentemente, responsabilidades compartidas entre países o las soluciones, para que sirvan, no las puede implementar un solo país, como con el cambio climático o la preservación de los océanos. Además, muchos de estos problemas de desarrollo ya son evitables o ya hay intervenciones efectivas y probadas que se pueden aprovechar, como, por ejemplo, la “Ventana de los 1,000 días”.
A pesar de ello, el acuerdo sobre los ODS no obliga a ningún Estado signatario a implementar esta o aquella política. Cómo alcanzar las metas e indicadores lo define cada país a partir de su propia realidad y circunstancias. En el caso de Guatemala, el país firmó el acuerdo de ODS en el 2016, como lo hizo con la Declaración del Milenio en el 2000 y lo ha hecho previamente con varios otros instrumentos internacionales. Por si fuera poco, en la Segeplán, durante el gobierno de Morales, se hizo una “adaptación nacional” de los ODS para que se integrara esa agenda con lo que ya indicaba el Plan Nacional de Desarrollo K´atun, que se aprobó en el gobierno de Pérez Molina, y se continuó por la Segeplán de tres administraciones consecutivas. La agenda de ODS nacionalizada se llama Prioridades Nacionales de Desarrollo (PNDS) y está también en línea. Un trabajo técnico muy interesante, por cierto, que ojalá conocieran antes de andar desinformando y asustando a la gente con el petate del muerto