La revista especializada alemana “connect” explica cómo proteger los móviles y tabletas del sol y de los daños correspondientes.
Evitar la luz solar directa
La primera premisa es no dejar los dispositivos al sol. La luz solar directa hace que los smartphones y las tabletas se sobrecalienten y se apaguen. Para evitarlo, hay que cubrirlos o dejarlos en el bolsillo. Una ventaja de estas precauciones es que también protegen de las salpicaduras de agua.
No cargar con calor
¿Se ha agotado la batería? Si es posible, hay que esperar a que el smartphone se haya enfriado antes de cargarlo, ya que también puede recalentarse durante la carga. El aparato se debe enfriar solo, y no se debe colocar para ello en un lugar fresco, como el frigorífico.
No dejar los dispositivos detrás de un cristal o en el carro
Los teléfonos móviles y las tabletas no deben dejarse detrás de un cristal, por ejemplo, detrás del parabrisas. Esto se debe a que allí hace mucho calor y el plástico puede derretirse. Tampoco se deben dejar en el coche por otros motivos. Aunque la plaza de aparcamiento esté a la sombra, las temperaturas en el coche pueden subir hasta los 50 grados o más. El maletero ofrece cierta protección, ya que allí no hace tanto calor.
Utilizar fundas para el móvil
Las fundas protectoras son una precaución útil para prolongar la vida de los dispositivos. Además, pueden ofrecer protección adicional contra el polvo y la humedad. Así y todo, los dispositivos no deben exponerse a la luz solar directa, ni siquiera con una funda.
En caso de sobrecalentamiento
En caso de que el móvil o la tableta ya se hayan sobrecalentado, es conveniente apagarlos, ya que así se evitan daños a largo plazo en la batería o incluso un fallo total.