META HUMANOS

Vamos a ser (hacer) historia

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No sé si todos están conscientes, y si no, me parece importante hacer notar que los guatemaltecos que estamos vivos hoy, todos y cada uno, vamos a ser parte de la historia. Nosotros vamos a ser recordados como la generación que determinó el futuro de Guatemala. ¿Un país sin democracia? O ¿Un país de prosperidad? “El 2023 fue el año en que…” dirán los libros de historia…

Estamos viviendo un momento decisivo que sin duda alguna impactará nuestro futuro de manera trascendental. Los historiadores, maestros y jóvenes mirarán al pasado y dirán: “Fue gracias a ellos que estamos aquí”. ¿Aquí? ¿Cómo será ese “aquí”? La respuesta a estas preguntas dependen de nosotros hoy; de lo que hagamos o dejemos de hacer.

Tomemos la postura que tomemos, la realidad es que estamos viviendo un momento histórico en el que tenemos la posibilidad de detener la caída en la que vamos, o irnos hacia un abismo oscuro y peligroso del que será muy difícil salir.

Lejos de tratarse de una lucha ideológica o de partidos políticos, lo que se juega hoy en Guatemala, es: 1) la lucha por defender la voluntad soberana de su pueblo, expresada de manera contundente en las urnas mediante el voto; 2) el respeto a la casi agonizante institucionalidad de instancias como el Tribunal Supremo Electoral y el Registro de Ciudadanos; 3) la necesidad de que el Ministerio Público y el Organismo Judicial sean entes independientes, al servicio del pueblo y no cooptados por poderes oscuros; 4) la libertad de expresión y desde el respeto opinar diferente. En resumen: Lo que nos estamos jugando, lo que esta apunto de irse al abismo es la posibilidad de vivir en un país democrático, soberano, en el que predomina el estado de Derecho.

' Hoy los guatemaltecos estamos llamados a ser historia, a hacer la historia.

Caterina Méndez

De nosotros depende, de las generaciones que convivimos en este momento histórico, el poder detener la caída. Frente a nosotros está la posibilidad de elegir entre el crimen organizado o la posibilidad de cambio. Nuestras acciones u omisiones tendrán enorme impacto en nosotros y en los que vienen detrás. Nosotros y nadie más que nosotros seremos responsables de la Guatemala del futuro, lo que significa que seremos tanto juzgados como recordados por lo que hagamos hoy.

Razones para no hacer nada siempre hay, pero razones para levantarse y hacer algo también las hay. Atreverse conlleva riesgos, pero es innegable, y en este momento crucial, darnos cuenta de que paralizarnos también tiene un precio, y en este caso es demasiado alto. Como joven, la magnitud de la situación me empodera. Evidentemente la situación es dura y estresante; incuestionablemente preocupante. Sin embargo, debo repetir que me siento empoderada. Es empoderador reconocer que puedo jugar un rol en la construcción de una mejor Guatemala para mí, para todos los que están aquí hoy, y para todos los que vendrán. Es empoderador verme como parte del cambio que quiero ver.

Hoy el reto que enfrentamos los guatemaltecos es, como dijo Ghandi, “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Preocuparse está bien, pero ocuparse está mejor.

Hoy los guatemaltecos estamos llamados a ser historia, a hacer la historia. Estamos llamados a proteger esta bella tierra que nos vio nacer. A ocuparnos por nuestro propio bienestar y por el de los que vendrán.

Debemos ocuparnos en recordar que Guatemala es de los guatemaltecos y que nuestro liderazgo colectivo, cuando toma fuerza, se vuelve imparable. Hoy la historia nos está dando la oportunidad de ser recordados como héroes, como las generaciones que se unieron para heredar un mejor futuro. Como la generación que con su voto, con su participación activa, logró que su país no solo detuviera su caída, si no que remontara su vuelo.

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