Compararnos con otros es una condición muchas veces inevitable. Usualmente solemos evaluar nuestra situación con lo que sucede a nuestro al rededor y a veces lleva a reflexiones importantes. La política y el derecho comparado tienen una función importante para analizar qué tan eficientes están siendo las normas jurídicas y si las instituciones están teniendo los efectos deseados. Existen diferentes calificaciones e índices que miden situaciones sociales, percepciones, índices para hacer negocios e incluso la sanidad del estado de Derecho. Hay algo que los índices y las calificaciones no suelen arrojar y es la etapa de transición de bajar la calificación. Estar en una situación menos favorable a la que se estaba antes usualmente se ve reflejada de forma posterior a las acciones equivocadas que ocasionaron ese descenso. Sin embargo, hay formas en que podemos analizar y evaluar si las acciones que se están tomando tienen un efecto positivo o negativo para el futuro de una sociedad.

Toda sociedad busca formas de organizarse para poder progresar en libertad y paz. La humanidad ha encontrado en las instituciones jurídicas y no formales un orden para regular las normas sociales. El orden constitucional es la máxima expresión de seguir el orden acordado por una sociedad porque existe un convencimiento en que la convivencia en paz y libertad es una situación que no debe afectarse por nadie. El orden constitucional de un país está compuesto por las normas e instituciones que lo rigen, tales como las elecciones constitucionales, los mandatos de los poderes del Estado, los límites al poder y la protección de las libertades individuales. En ocasiones, las sociedades le dan la espalda a sus acuerdos sociales materializados en sus Constituciones e Instituciones. Deciden “aceptar” las afectaciones a este orden constitucional. Es allí donde tenemos que prestar mucha atención al reflejo de los vecinos y cuestionarnos ¿qué sociedades suelen progresar más? ¿Aquellas que respetan sus Constituciones, Instituciones y libertades? O ¿acaso generan mayor progreso y desarrollo las sociedades que deciden aceptar la arbitrariedad y romper con los acuerdos sociales constitucionales? La evidencia y experiencia nos demuestra que son aquellas sociedades en donde el respeto por la Constitución y sus Instituciones alcanzan mayor desarrollo. Y lamentablemente las sociedades que optan por el desorden constitucional fracasan en alcanzar desarrollo y son unos cuantos los que salen beneficiados de tal situación.

Los guatemaltecos acudimos a votar en las elecciones generales el 25 de junio. Una expresión de voluntad que arrojó distintos resultados. Una de las grandes manifestaciones de voluntad del pasado 25 de junio fue el rechazo, ya que el voto nulo obtuvo el primer lugar. La manifestación de rechazo que puede significar un hartazgo hacia la clase política y no sentirse identificado con las opciones políticas se dio dentro de un marco institucional y esto es sumamente importante a resaltar. ¿Qué significa que el rechazo hacia el mismo sistema político sea manifestado dentro del sistema institucional? Para mí, eso significa que el guatemalteco desea un cambio en el sistema político dentro de los parámetros de orden y paz que brinda el orden constitucional vigente en el país. El hartazgo hacia la clase política y la frustración del actuar de los funcionarios públicos podría canalizarse en cambiar la norma electoral para que mejores opciones puedan postularse y sanear los partidos políticos. Es sumamente peligroso y en gran medida contrario a los intereses de desarrollo personal de los guatemaltecos pretender desechar el orden constitucional que nos rige a todos actualmente.

El orden constitucional de Guatemala se asegura y consolida realizando la segunda vuelta electoral el 20 de agosto con los resultados oficializados por el TSEl. Esto debe ser protegido y resguardado por los guatemaltecos que creen en un sistema de orden y paz para poder desarrollarse libremente. Las diferencias políticas se deben dirimir en la contienda electoral. Veamos el reflejo y experiencia de los países vecinos: cuando se mantiene el orden constitucional, los frenos y contrapesos, así como las libertades ciudadanas, existen condiciones para el desarrollo. Cuando se desecha el orden constitucional y los ciudadanos dejan de ser soberanos sobre su futuro se crean condiciones de miseria y poco desarrollo. Algo que puede parecer sencillo tiene repercusiones trascendentales en nuestras vidas.