¿Cómo conviene que se organicen financieramente las parejas? ¿Hace falta tener una cuenta común?
La experta en consumo Annabel Oelmann lo recomienda siempre. “Porque lógicamente es importante tener un panorama sobre las finanzas comunes cuando se convive”. Y así, ambas partes de la pareja pueden ver cuánto dinero tienen a disposición en el transcurso de un mes y decidir juntos en qué se gasta.
Pero no por eso cada uno debería cerrar su cuenta individual, aclara. La experta recomienda un modelo de tres cuentas. Es decir, cada uno mantiene la soberanía sobre una parte de su dinero con su propia cuenta bancaria.
Ambas partes de la pareja transfieren dinero a la cuenta común
La cuenta común debería cubrir todos los gastos que son necesarios para la gestión del presupuesto común. Entre ellos figuran el alquiler y los gastos adicionales, los alimentos y, por ejemplo, los seguros comunes, como el de la vivienda.
Cada pareja puede decidir cómo se engrosa la cuenta. Muchas veces lo que se hace es que cada parte de la pareja transfiera un porcentaje de su salario a la cuenta común. Según lo que se acuerde y la estructura de los salarios, puede ser el mismo monto para ambos o el porcentaje puede establecerse basándonos en el monto del salario, por lo que la parte que más gana automáticamente aportará más a la cuenta común.
Según Oelmann, también hay parejas que lo hacen de manera contraria. Transfieren todo su salario a la cuenta común y al final del mes el dinero que sobra tras descontar todos los gastos comunes es dividido por dos y transferido a las cuentas personales.
Una cuenta común implica mucha confianza
También Sally Peters, directora del Instituto de Servicios Financieros, considera ventajoso el modelo de las tres cuentas. “Pero a menudo hay que tener en cuenta la llamada responsabilidad conjunta”, acota.
Cuando ambas partes de la pareja disponen libremente sobre la cuenta, una de ellas, llegado el caso, debe responder por las deudas que causa la otra. “Por eso, una cuenta común presupone una gran confianza”, subraya Peters. En casos en donde una de las partes tenga problemas financieros y exista el peligro de un embargo, ella recomienda no abrir una cuenta común.
Por cierto, en la decisión de abrir o no una cuenta común no debería influir si la pareja está casada o no. “Eso no hace una gran diferencia”, dice Oelmann. Lo decisivo es si se convive y si se tienen gastos comunes.
Seguridad vs. utilidad diaria
Es importante saber que hay diferentes formatos para abrir una cuenta común. Puede ser una cuenta conjunta o una cuenta indistinta. Quien se decida por una cuenta conjunta, estará más seguro, pero más limitado en la vida diaria. Si una de las partes quiere recurrir a la cuenta, la otra parte debe estar de acuerdo. Así, ambas partes de la pareja están informadas todo el tiempo sobre todas las actividades de la cuenta.
En la cuenta indistinta, cualquiera de los dos puede recurrir a la cuenta y disponer del dinero, incluso si solo uno de los dos ingresa dinero. Eso sí, para determinadas operaciones, como por ejemplo la solicitud de un crédito, deben estar de acuerdo ambos.
Pero más allá de por qué tipo de cuenta se decida la pareja, es importante señalar que ambos titulares son igual de responsables por las deudas que se puedan ocasionar.
Los servicios son tan importantes como los costos
Antes de abrir una cuenta común, una pareja debería pensar bien en qué banco lo hace. Entre otras cosas, son decisivos los costos. No siempre abrir una cuenta está libre de gastos. Peters recomienda además prestar atención a si es necesario que se ingrese un monto mínimo de dinero o de salario.
Al menos igual de importante, según Oelmann, es el aspecto servicios. Quien aprecie el poder hablar con un interlocutor personalmente o disponer de una red amplia de filiales o cajeros automáticos, debería elegir un banco que responda a esos intereses. “Eso no significa que las tres cuentas deban estar en el mismo banco o la misma caja de ahorros, porque las necesidades de cada uno pueden ser muy diferentes”, apunta Oelmann.
Cerrar la cuenta requiere de la aprobación de ambos
Puede ocurrir que se quiera cerrar la cuenta. Para ello, ambos titulares deben estar de acuerdo, no importa si se trata de una cuenta conjunta o indistinta.