Uno de los primeros pasos es integrarnos como familia para llevar el mensaje desde las instituciones educativas o en el círculo donde habitamos para tener un impacto integral.
Existen distintas iniciativas en bienestar del ambiente. Por ejemplo, Gronn, con sede en Antigua Guatemala ha hecho el rescate de cerca de 800 mil botellas de vidrio que han quedado fuera de la basura, se selecciona el material y se integra al programa para transformar el vidrio en vasos u otros productos útiles.
Esta recolección la han hecho personas individuales, empresas y restaurantes que se han unido a esta causa.
En este proceso, desde su experiencia orientan a las personas que tienen dudas sobre cómo reciclar este material, “queremos ser un referente para darle una segunda vida a las mismas y recolectar la mayor cantidad de botellas y convertirnos en un ejemplo de la economía circular por medio del supra-reciclaje (transformar los productos que normalmente se tiran, en otros que aporten un valor superior)”, explica Jaqueline Cojolón, coordinadora comercial de la empresa.
“Con pequeñas acciones podemos dejar una gran huella y todo es parte de educarnos y una cultura que se va construyendo”, agrega Cojolón. En esta empresa cada año se organiza el concurso Sumarte X Guate para diseñadores inspirados en la cultura y el ambiente para hacer una serie especial de vasos que luego se comercializan.
De la familia a la comunidad
Acciones tan sencillas como cerrar bien la llave del agua al lavarse los dientes y solo utilizar lo necesario hará que no se desperdicie el vital líquido sino que se impacte en el diario vivir.
Así que en casa es un buen punto para comenzar y dar el ejemplo a los familiares y amigos que llegan de visita. Pero, esto puede ir más allá y alcanzar a otros y así multiplicar esos esfuerzos.
El Programa para el Medio Ambiente de ONU, creó una Guía de Herramientas de Educación Ambiental (EA) dirigida principalmente a docentes, multiplicadores y facilitadores de América Latina y el Caribe (ALC), tiene el propósito de impulsar diversos enfoques y está disponible en www.unep.org.
El gran objetivo es crear un espacio activo para la reflexión interdisciplinaria en el que se capacite sobre los principales temas ambientales contemporáneos y se generen aportes nuevos, junto con propuestas o proyectos de acción, desde sus respectivos ámbitos disciplinarios y sus experiencias propias tanto en el aula como con las comunidades.
La misma guía tiene diferentes capítulos e ideas en las que propone a la comunidad o a los grupos organizarse, así como definir los puntos de partida para la búsqueda de consenso sobre los procedimientos para llegar a futuros acuerdos de trabajo, individual y grupal.
También se habla de acuerdos para llevar a cabo algunas actividades conjuntas, más allá de los trabajos disciplinarios, compartiendo espacios y proyecciones en el centro educativo y con la comunidad. Esto podría ser un ejemplo de por dónde empezar cuando se quiere generar un tema en común.
Los temas van desde cómo motivar a los estudiantes a hacer una actividad dinámica en la clase de matemáticas o deportes, hasta acciones como efectuar una consulta conjunta de un grupo de estudiantes, con autoridades locales y regionales sobre el origen del agua que se consume en la localidad: cuenca hidrográfica de donde proviene, ruta y forma de llegada al lugar, tratamiento, distribución, etc. Una vez conocido el origen y los detalles adicionales, se puede realizar una serie de dibujos y varios esquemas ilustrativos sobre el tema, para ser expuestos en el centro educativo, o bien crear una campaña cívica al respecto.
Las juntas directivas de las colonias, una persona individual o un centro educativo podrían ser esos canales para ir conociendo cada vez más acerca de las acciones a realizar.
En una investigación propuesta por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias sobre Desarrollo Regional (CIISDER), de la Universidad Autónoma de Tlaxcala explica la necesidad de estrategias educativas para entender y mitigar, desde diversos puntos de vista, el deterioro ambiental de nuestro tiempo.
La educación ambiental es considerada una herramienta elemental para que todas las personas adquieran conciencia de la importancia de preservar su entorno y sean capaces de realizar cambios significativos y que ellos se enfoquen a la prevención.
“Los educandos deben vivir experiencias significativas, mitigando en forma grupal o individual problemas ambientales de su escuela o comunidad, porque la educación ambiental requiere un cambio en las conductas y valores de la población con respecto del medio que le rodea. La escuela en su labor pedagógica debe poner en contacto al estudiante con el medio natural y los problemas ambientales de su escuela-comunidad, es decir, ofrecerles la experiencia a través de una serie de actividades encaminadas a la conservación”, se explica.
¿Por dónde empezar?
Siempre el primer paso es importante. En la colonia Primero de Julio, en la zona 5 de Mixco han surgido algunos ejemplos que empiezan a ser exitosos en favor del planeta, los cuales han sido propuestas individuales que han ido contagiando a otros, incluso fuera de la localidad y que pueden llegar a convertirse en una misión de país.
En 2019 nace Conciencia Verde, dirigida por Christofer Rodríguez quien es amante de los videos y documentales ambientales y le surge la inquietud de formar un mural gigantesco con tapas plásticas. El gran objetivo a largo plazo es ganar un Récord Guinness y a su iniciativa se han unido cientos de guatemaltecos.
El ecomural está en el muro perimetral del Instituto de Educación Básica de esa colonia, donde se tomaron las medidas para planificar. El espacio tiene 157 metros de largo, por 2.80 metros aproximadamente y recientemente se habían colectado más de 320 mil tapas.
Este trabajo en conjunto se ha convertido en un punto de atracción para los visitantes que llegan al lugar y ven los motivos artísticos que muestran naturaleza.
Una idea similar en Venezuela ha llevado al artista Óscar Olivares, quien creó diversos murales en su país. Ambas iniciativas podrían hacer que un par de millones de tapas de botellas no lleguen a ser basura que contamina océanos y que tarde cientos de años en desaparecer.
¿Cuántos murales más podrían crearse a nivel mundial o estrategias para que los materiales que hoy utilizamos tengan un fin más noble?
En esa misma colonia Oswaldo Morales creó la iniciativa Manos a la Tierra, que nace con la intención de convertirse en un proyecto comunitario tanto cultural como ecológico y social.
Es un proceso que comenzó solo sembrando unos 20 árboles en el contorno de la colonia y a partir de ahí Manos a la Tierra se trazó la meta de sembrar 500 árboles cada año, al proyecto se han sumado distintos grupos de personas que le apoyan en la donación de árboles y en siembra de los mismos. A la fecha ya han sembrado tres mil árboles aproximadamente.