PLUMA INVITADA

Una sola alma humana

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La arrogancia humana llega a tal punto en esa ridiculez por explicar la realidad social y ordenar la sociedad conforme a los propios juicios. La cautela es el primer dictamen de la razón. Los guatemaltecos amamos la libertad en toda la extensión que la palabra se extiende, pero nos complacemos simplemente con una falsa apariencia de libertad. En estos momentos donde se rebaja a guatemaltecos, se denigra y se calumnia a la humanidad. Se discute la rectitud de unos y la falsedad de otros.

' Defendemos la libertad de expresión y la democracia que está garantizada consensualmente y no totalitariamente.

José Miguel Argueta

El acto de gobernar adquiere un sentido negativo. No se busca en los candidatos un elitismo intelectual. No se requiere de características excepcionales para gobernar. El bienestar de Guatemala depende la rectitud del gobernante y su habilidad para que la convivencia social dependa de la participación de todos los miembros de una sociedad.

Entre más personas obedezcan las leyes se regula la vida social. En una sociedad donde todos los ciudadanos puedan expresar sus ideas no hay ninguna razón para equivocar el camino. Eso es acercar lo político a la política. Sin embargo, si dejamos que los solicitantes para gobernar decidan el ideal de país no tendremos ninguna oportunidad para encauzar a través de normas de recto comportamiento.

Por ello ese fenómeno de la primera vuelta electoral fue una manifestación clara que el derecho a gobernar esté en manos de unos pocos. Cuando menos sean los que gobiernan y más los gobernados las posibilidades de dañar la estructura social aumenta considerablemente. El error de los gobernantes en el período democrático ha sido el mismo: se atribuyen superioridad respecto a los ciudadanos a quienes hacen de menos.

La acción de los guatemaltecos en las urnas el 25 de junio de 2023 no es alejado de la realidad nacional sino es una confluencia de pensamientos vertidos en el acto democrático de ejercer libremente el sufragio. No devienen de mentalidades totalitaristas, ni de entidades paralelas anti-gobierno. Se debe recordar que por antonomasia democracia y gobierno son términos opuestos pues la primera no obedece a su sentido etimológico sino a pensar política fuera del hecho de gobernar y una urgencia para que el desenvolvimiento social pueda aprovechar los recursos de un mundo con una transformación infinita de posibilidades hacia la calidad humana.

El gobernante y no el sabio es quien posee la característica de soledad cuando se entiende así mismo alejado de todos los medios que lo salvan de la pobreza y necesidad. Cada ciudadano que emitió su voto es alguien que participa de la vida pública y que sufre de una inmersión total en ella. Es un ser humano sumamente político, sereno y modesto que con su trabajo diario transforma la sociedad sin la ambición de gobernar.

Defendemos la libertad de expresión y la democracia que está garantizada consensualmente y no totalitariamente como ha querido disfrazarse por la miopía de poder. Los ciudadanos al ejercer su voto hacen política sin intentar gobernar. La verdadera política se dirige a la constante transformación del enemigo de los guatemaltecos: la condición actual de gobernantes que no comprenden el espíritu de la ley y la democracia.

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