“Velorio”, quien destacó en Estados Unidos, popularizó su humor y logró adaptar los modismos guatemaltecos en Latinoamérica, murió este jueves 10 de agosto a los 83 años, según lo reveló su hermano César.
Con su deceso enlutó al grupo artístico local. Además, varios de sus admiradores se pronunciaron en redes sociales.
Durante su trayectoria, “Velorio” destacó en varias publicaciones en medios nacionales e internacionales y en el 2020 concedió su última entrevista a Prensa Libre en la que contó algunas anécdotas e indicó la manera que le gustaría ser recordado.
Rafael Hernández “Velorio”, nació el 9 de octubre de 1939 y desde pequeño sintió inclinación por el teatro. Después descubrió su facilidad para inventar y contar chistes. “Quizá lo heredé de mi mamá, que también contaba historias. Aunque yo les agregué algo de picante”, resaltó.
En enero de 2020, el humorista guatemalteco conversó con el equipo de redacción de Revista D, de Prensa Libre y “Velorio” brindó su última entrevista con este matutino. Además, mostró su carisma y chispa que marcó una época de humorismo.
Originario del populoso barrio de Gerona, creció entre los durmientes del ferrocarril, las cantinas y calles polvorientas, “Velorio” dijo que fue un “patojo” de la calle, no por haber sido huérfano, sino porque ahí se formó. Además, dijo que tuvo que madurar temprano y ver los contrastes de la vida adulta.
En ese momento, el comediante dijo que su vivienda era como un pequeño museo, en los que sobresalían fotografías, afiches, reconocimientos y testimonios de una vida dedicada al espectáculo y que los consideraba como una muestra de la gratitud de sus compatriotas tanto dentro como fuera de las fronteras.
Las contrariedades propias y ajenas fueron el germen de su particular humor, pero antes de consagrarse como humorista participó en diferentes ámbitos del arte.
“Velorio” fue actor, presentador de televisión y animador. En teatro participó en más de 40 producciones, entre ellas La Audiencia de los Confines, de Miguel Ángel Asturias, entre otras.
El humorista guatemalteco señaló que una de las épocas que más recordaba con cariño fue cuando trabajó en la primera Compañía de Arte para Niños, fundada por René Molina en el Conservatorio Nacional de Música. Participó en más de 27 obras.
En televisión fue comediante, actor en programas infantiles. Se hacía con el escenario en cualquier parte.
El amor por la comedia
De acuerdo con el relato de “Velorio” en ese momento, dijo que comenzó a trabajar desde su niñez. “Comencé a lustrar zapatos, a los 10 años me empezó a dar vergüenza hacerlo, entonces busqué otro trabajo. La hice de ayudante de carpintero, panadero y de albañil. Donde duré más fue en la mecánica, ahí estuve cinco años. En ese tiempo ya contaba chistes a los mecánicos y a los patojos del barrio”, contó el humorista.
Según “Velorio”, los estudios no fueron lo suyo. “Un maestro que tuve en la escuela nocturna me dijo: Usted no va a servir para estudiar. He visto que los chistes le quitan la vida. No era para menos, en los actos yo era el maestro de ceremonias. “Váyase y busque el arte”, me dijo. Y así lo hice”, añadió el humorista nacional.
Los chistes y sus adaptaciones
Durante la conversación en ese año, “Velorio” compartió algunas anécdotas, entre ellas, su pasión por el humor, los chistes y las ganas de sacar sonrisas a multitudes. “Estoy viendo una telenovela y se me vienen los chistes, de lo que están diciendo. Igual con las películas. Luego los apunto y así nacen los chistes, de ocurrencias que se me vienen a la mente”, relató.
El humorista guatemalteco también indicó que, cuando hacía mis shows, llevaba los temas en una agenda para guiarse. Además, dijo que todos los chistes los tenía apuntados y que su producción supera el millar de chistes grabados en LP, casetes y discos compactos.
El humorista migrante
Según su relato, fue profeta en su tierra y fuera de ella debido a que logró apoyo en Guatemala, así como en EE. UU., país al que llego por primera vez en 1969 y trabajó en un restaurante
“Recuerdo que me llevaba un empresario a actuar con artistas de otros países. Yo me iba con los chapines y comenzaba con los chistes de Tío Chema, los de otros países no comprendían, entonces tuve que adaptar mis chistes con cosas de otros lugares. Los favoritos eran los de migrantes. Al terminar los eventos me sorprendía de cómo me aceptaban, con todo y palabrotas”, dijo “Velorio” al referirse sobre cómo alcanzó el éxito internacional al adaptar para los latinos sus chistes llenos de modismos guatemaltecos.
El deseo de “Velorio”
Durante esa entrevista, el humorista guatemalteco contó uno de sus deseos y reveló cómo quería que lo recordaran.
“Quiero que me recuerden con cariño. Los guatemaltecos me quieren mucho. Cuando salgo siempre me encuentro gente que me dice: ‘Velorio, Velorio cuénteme un chiste. Mucha gente va a guardar mis grabaciones y se las pondrá a sus hijos cuando sean grandes’”, indicó.
El humorista nacional concluyó la conversación y agradeció por el apoyo que recibió durante su trayectoria. “Cada uno tiene su época. Yo ya tuve la mía. Los artistas de mi generación ya casi todos han muerto. Lo logré hacer lo mejor posible y estoy agradecido con la gente que me apoyó”, finalizó “Velorio”.
La Casa de Velorio
En el 2012, el humor y las artes escénicas encontraron un nuevo hogar en La Casa de Velorio, un teatro que el artista nacional abrió en junio de ese año en el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala.
Fue un local de dos pisos, ubicado en la 12 avenida, 13-49, zona 1, cuyo escenario tuvo la capacidad para 240 personas y representó un proyecto de mucho significado y emoción para el popular cómico.