La organización criminal liderada por Nemesio Oseguera Cervantes, mejor conocido como “El Mencho”, cuenta con el apoyo de miles de sicarios; sin embargo, muchos de ellos han sido obligados a unirse a sus filas.
Esta problemática salió a la luz en 2017, cuando varios jóvenes acusaron al CJNG de reclutarlos con engaños y obligarlos a realizar una serie de actividades delictivas para no asesinarlos.
Debido a estas acusaciones, la Fiscalía de Jalisco descubrió tres campamentos de entrenamiento del cártel de las cuatro letras, en donde cientos de jóvenes mexicanos eran recluidos bajo su voluntad.
Según información de Infobae, estas “escuelas del narco” eran montadas en zonas de difícil acceso con el fin de evitar la sospecha de las autoridades y que las personas reclutadas no pudieran escapar.
Además, el CJNG engañaba a sus víctimas con anuncios de trabajo falsos que eran publicitados como supuestas vacantes en labores como guardias de seguridad, escoltas, empleados de call center y choferes, entre otros.
¿Cómo engaña el CJNG a los jóvenes para que se unan a sus filas?
Con el fin de reclutar nuevos sicarios, la organización criminal liderada por “El Mencho” pega folletos en los postes de las calles de Jalisco en los que se ofrece trabajo con un sueldo alto.
Los jóvenes interesados, sin saber que todo se trata de una trampa, son citados en un lugar determinado para posteriormente ser trasladados a un campamento, en el cual comienza su “pesadilla”.
Así son las “escuelas del narco” del CJNG
Al llegar a estos campamentos, los sicarios del CJNG le revelan a los jóvenes que el trabajo es servir a este grupo delictivo o de lo contrario serán asesinados y habrán represalias contra sus familiares.
Quienes aceptaban estas condiciones son entrenados con armas de gran calibre y en muchas ocasiones también eran obligados a pelear a muerte entre ellos para identificar al más fuerte de todos.
“Se sabe, que entre 50 y 60 sujetos son los que resguardaban a un promedio de 40 personas que tenían reclutadas, los cuales desde su llegada los obligaban a construir sus propios alojamientos con madera y ramas. Decirles que encontramos, entre otras cosas, que no podían ser percibidos desde el aire”, aseguró Eduardo Almaguer Ramírez, entonces fiscal general de la Fiscalía de Jalisco.