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Tasa líder en Guatemala: De qué depende la decisión de la Junta Monetaria de aumentar, bajar o dejar el nivel actual

La tasa de interés de referencia es una herramienta de política monetaria que se utiliza para encarecer los préstamos por medio de aumentos en las tasas bancarias y de esa forma, incidir en una baja del consumo y de los precios. En Guatemala, este indicador ya se ubica en 5%.

La tasa líder pasó de 1.75% a 5%, con ajustes constantes al alza desde abril del 2022. A partir de mayo 2023 no ha sido modificada. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

La tasa líder pasó de 1.75% a 5%, con ajustes constantes al alza desde abril del 2022. A partir de mayo 2023 no ha sido modificada. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

En su última intervención pública, el presidente de la Reserva Federal (Fed, banco central de Estados Unidos) Jerome Powell, dejó claro que la entidad está lista para mayores incrementos de tasas de interés, si se consideran apropiado al evaluar los datos más recientes de la economía.  El funcionario enfatizó que los consumidores estadounidenses aún están gastando sin preocupaciones y la economía de ese país crece por arriba de lo esperado, lo cual genera presiones inflacionarias.

Esas declaraciones hicieron temer nuevos incrementos de la tasa líder en la reunión que tendrá la Fed el próximo 19 de septiembre y los mercados reaccionaron con bastante volatilidad. Sin embargo, ¿qué factores harían que esta institución y los bancos centrales en general, sigan incrementando las tasas de interés en los próximos meses? Y habría que ver de qué manera ese tipo de decisiones afectaría a la economía guatemalteca.

¿Un nuevo ciclo inflacionario?

El 2022 pasará a la historia económica del país norteamericano, como el año con mayor inflación en más de cuarenta años. El nivel general de precios se salió de control en todo el mundo y los bancos centrales tuvieron que aplicar políticas monetarias restrictivas y el resultado ha sido que la inflación ha registrado una tendencia a la baja desde hace varios meses. En algunos casos, aún esta arriba de la meta establecida, pero la tendencia a la baja pareciera ser consistente.

Algunos economistas son bastante cautos e indican que aún no se debe cantar victoria sobre la inflación. En un reciente artículo, Larry Summers, un prominente académico estadounidense advertía que se podría iniciar un nuevo ciclo inflacionario, como ocurrió en los setenta. En aquel momento se vivió una grave crisis inflacionaria que parecía estar finalizando en el último trimestre de 1976, pero en los primeros meses de 1977, inesperadamente reinició la crisis y fue aún más grave que la anterior. La inflación logró controlarse hasta inicios de los años ochenta.

A diferencia de aquella ocasión, hoy los Bancos Centrales parecen entender mejor el rol que deben jugar en una crisis inflacionaria. Esta es la razón de los extraordinarios incrementos en las tasas de interés en el último año, así como el retiro de parte de la excesiva liquidez que lanzaron a las economías durante la pandemia. En ese sentido, es de esperar que los Bancos Centrales no reinicien una política monetaria expansiva que ponga en riesgo los avances en contra de la inflación y por tanto, es poco probable el escenario que plantea Summers. En la década de los setenta la Reserva Federal comenzó a reducir las tasas de interés con demasiada premura, lo cual parece poco probable esta vez.

Sin embargo, el riesgo podría venir de un nuevo shock en el mercado de las materias primas.  En el último año, según el Índice de Precios de Materias Primas del Banco Mundial, los precios registraron una reducción promedio de 34%, luego de haber alcanzado un máximo histórico en junio de 2022. En los últimos meses, los precios se habían estabilizado, pero en las semanas recientes algunos de estos insumos se han encarecido sustancialmente, lo que ha levantado preocupaciones.

El principal riesgo en este mercado es de tipo geopolítico. Si la guerra en Ucrania se intensifica y se rompen los canales de suministro, se estaría ante un escenario complicado debido a que se habría afectado la oferta de materias primas. Y es poco probable que se inicie un nuevo ciclo de precios altos derivado de una demanda global pujante. Si bien la economía estadounidense se encuentra estable, la de China se tambalea y la europea lucha por salir del estancamiento. En este contexto, la demanda global de materias primas estaría relativamente estable.

En todo caso, si se concretara una situación geopolítica complicada o problemas logísticos a gran escala, la inflación se incrementaría, pero los bancos no necesariamente subirían automáticamente las tasas de interés. Al ser un problema de oferta, un incremento de las tasas de interés no sería la decisión más acertada.

La expectativa externa

Por el momento, en Estados Unidos se espera que las tasas de interés se mantengan altas al menos hasta el segundo semestre de 2024. Se tenía la esperanza que para estas alturas ya se habría iniciado un proceso de reducción paulatina, pero la inflación persistente ha evitado que se dé marcha atrás a la política monetaria restrictiva.

Además, lo más probable es que los precios tarden algunos meses más en llegar a las metas establecidas, lo cual anticipa un periodo más largo de tasas altas, aunque el consenso parece ser que ya están lo suficientemente altas y lo que corresponde ahora es esperar que terminen de hacer efecto, reduciendo aún más el consumo y la inversión en los próximos meses. El temor es que, si se incrementan más, entonces se termine provocando una recesión.

Qué puede suceder en el país

Paul Boteo, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo, afirma que, en el caso de Guatemala, es poco probable que el Banco de Guatemala (Banguat) continúe incrementando la tasa líder porque la inflación ya está en 4.53% (a julio pasado) dentro del límite superior de la meta (de 3% a 5%), lo cual haría innecesario más alzas en el corto plazo.

Lo anterior, a pesar de que la división de alimentos permanece relativamente alta (6.53% interanual en el mes de julio y en mayo estaba en 11.21%). “La alta inflación en alimentos podría deberse al programa de repartición de comida en las escuelas y no tanto a un fenómeno monetario.  El gobierno hace compras a gran escala de frutas, verduras y alimentos en general, lo cual podría influir en el precio. Además, es un fenómeno global, ya que en gran parte del mundo el precio de los alimentos aumentó significativamente en los últimos dos años”.

A su criterio, el Banguat no puede combatir este tipo de incrementos de precios con aumentos de la tasa de interés, ya que no tienen que ver con una demanda interna excesiva, sino con fenómenos internacionales y con políticas fiscales. De hecho, la economía guatemalteca ha registrado una desaceleración importante en el primer semestre de 2023, “lo cual confirma que no estamos ante un escenario de demanda interna excesiva que requiera mayores incrementos de tasas”.

Añadió que las tasas de interés en quetzales aún no registran un aumento significativo, a pesar de que la tasa líder se incrementó de 1.75% a 5% en menos de año y medio. Esto se debe a que el sistema financiero guatemalteco aún no tiene el nivel de desarrollo y maduración del de Estados Unidos o los países europeos.

“La transmisión de la política monetaria a la economía guatemalteca es sumamente lenta y lo estamos atestiguando en esta oportunidad. Se esperaría que, en los siguientes meses, las tasas de interés finalmente reflejen el incremento de la tasa líder, pero por esa razón, no debería sufrir mayores incrementos en estos momentos y el camino debería ser la estabilización de los agregados monetarios, lo cual de hecho, ha estado ocurriendo”.

A Fernando Spross, analista de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa) se le preguntó ¿considera que debe subir la tasa de política monetaria dadas las condiciones de los indicadores nacionales? A lo cual respondió que no, ya que la inflación a julio continuó bajando hasta 4.53% y se espera que mantenga la tendencia decreciente, acercándose a la meta de 4%.  “Es importante recordar que un porcentaje significativo de la inflación es un componente importado y la inflación a nivel internacional también continúa cediendo, especialmente las de los principales socios comerciales de nuestro país”.

También explicó que el aumento de la tasa líder de política monetaria es una de las herramientas que han incidido en la baja de la inflación, pero a esto se le suma una menor presión inflacionaria externa (al haber bajado los precios de los combustibles, principalmente) y a la reducción de las expectativas de inflación por parte de la mayoría de los agentes económicos. “Es importante recordar que, en general, las expectativas juegan un papel importante en la mayoría de decisiones económicas”.

Y sobre el encarecimiento constante de los alimentos, expuso que en julio y agosto han aumentado de nuevo los precios de los combustibles (llegando a más de US$80 por barril), lo que podría estar incidiendo. Además, las condiciones climáticas (intensidad de las lluvias/altas temperaturas) podrían estar empezando a afectar negativamente las siembras, los cultivos y su desarrollo”.

Un último elemento que podría estar impactando tiene que ver con los costos logísticos (infraestructura, servicios de transporte, etc.); y en ello, los retrasos en las carreteras, por mal estado o por ineficiencia, tiene un papel clave para facilitar (o dificultar) la disponibilidad y el acceso a alimentos a precios razonables, indicó.

Decisión complicada

Ricardo Rodríguez, analista de Cabi, indicó que modificar la tasa líder es una decisión colegiada del ente técnico, refiriéndose a la Junta Monetaria, por lo que no se atrevería a indicar si se debe cambiar. Sin embargo, comentó que se deben tomar en cuenta diversos aspectos:

La inflación en Guatemala ya regresó dentro del rango de la meta, lo que a su criterio, es una buena noticia, pero considera que el análisis debe hacerse con lupa porque aún hay algunos rubros, como el de alimentos, que se mantienen por encima de la estimación del banco central.

“Alimentos y bebidas no alcohólicas aún está por encima de la meta, por lo que aún no está del todo ganada la batalla. Sí se ha logrado contener la inflación, pero el precio del combustible se ha estado disparando las últimas semanas, que al final también influye”.

Entonces, considera que se necesita un balance muy delicado porque seguir subiendo la tasa de interés, sea en Estados Unidos o en Guatemala, lo que hace al final es “meterle freno” a la economía o desacelerarla, cuando ya está débil a nivel mundial y “afectarla adicionalmente con la tasa de interés pudiera ser un tanto contraproducente porque afecta el crecimiento económico”.

Respecto a los alimentos indicó que no se ha hecho un análisis detallado de productos en particular, pero en la producción local hay influencias climáticas y estacionales que pueden afectar la disponibilidad en el mercado y por eso sube el precio. Y, en el caso internacional, hay productos y materias primas que tuvieron alzas desde el año pasado, pero no se reflejaron inmediatamente en Guatemala, sino con rezago.

Consultado acerca si el alza en la tasa líder ha afectado las tasas de interés bancario indicó que no se han registrado fuertes cambios en las tasas en quetzales, aunque sí en dólares y un poco en el tema hipotecario.

Agregó el uso de la tasa líder en la política monetaria tiene dos componentes: uno es desacelerar el crédito y la demanda y con eso hacer que los precios se estabilicen o disminuyan, y este es el mecanismo teórico que el Banco Central buscaría para tratar de contenerla la inflación. Pero además tiene un componente psicológico, pues el banco central necesita enviar el mensaje de que al final su preocupación número uno es mantener estable el nivel de precios.

“Entonces si no modificaban la tasa de interés, obviamente mandaban un mensaje erróneo a los agentes económicos sobre su preocupación número uno, que es la inflación”, agregó, por lo que las alzas han sido exitosas en el sentido de que han enviado el mensaje de que se van a tomar las acciones necesarias para contener la inflación”.

Lo que dice el Banguat

De acuerdo con el Informe del presidente del Banco de Guatemala al Congreso, presentado recientemente, “durante el primer semestre de 2023, conforme el calendario previsto, la Junta Monetaria se reunió en enero, febrero, marzo, abril, mayo y junio para decidir sobre el nivel de la tasa de interés líder de política monetaria.

En dichas sesiones, la Junta Monetaria decidió aumentar el nivel de la tasa de interés líder de política monetaria en 50 puntos básicos en enero y 25 puntos básicos en febrero, marzo y abril, hasta alcanzar la tasa de interés un nivel de 5%; mientras que, en  las sesiones de mayo y junio, decidió mantener dicha tasa invariable, tomando como base el análisis integral de la coyuntura tanto externa como interna, expresado en el balance de riesgos de inflación.

En el ámbito externo, entre otros aspectos, las proyecciones de la actividad económica mundial continúan evidenciando crecimientos positivos tanto para 2023 como para 2024, aunque a un ritmo más moderado que en el año previo, en un entorno de incertidumbre y riesgos a la baja, debido a condiciones financieras internacionales restrictivas y tensiones geopolíticas a nivel mundial. La inflación a nivel internacional ha empezado a ceder, particularmente la de los principales socios comerciales del país, aunque todavía por encima de las metas de la mayoría de bancos centrales.

En el ámbito interno, la mayoría de los indicadores de actividad económica (IMAE, ingreso de divisas por remesas familiares y crédito bancario al sector privado), siguen con un comportamiento acorde a la proyección de crecimiento económico para 2023 y 2024 (entre 2.5% y 4.5%). Por otra parte, la inflación a mayo de 2023 continuó reduciéndose, ubicándose en 6.54% (una disminución de 3.38 puntos porcentuales desde su nivel más alto de 9.92% en febrero de 2023), resultado, principalmente, de los aumentos en la tasa de interés líder de política monetaria, de una menor presión inflacionaria externa y de la reducción de las expectativas de inflación.

En ese contexto, tanto los pronósticos como las expectativas sugieren que la inflación mantendría una trayectoria decreciente que convergería a la meta determinada por la Junta Monetaria (4% +/- 1 punto porcentual) para fin de año.

En adición a la tasa de interés líder, el  Banco de Guatemala, conforme a la ley y a la política monetaria, cambiaria y crediticia vigente, dispone de las Operaciones de Estabilización Monetaria (OEM) como instrumento para moderar la liquidez primaria. Durante el primer semestre de 2023 se observaron excedentes de liquidez, asociados, principalmente, a la reducción en los depósitos del gobierno; al 30 de junio, las referidas operaciones crecieron Q4 mil 597.9 millones, de las cuales 53.3% pertenecen al sector privado y el 46.7% a entidades públicas”.

Con información base de Paul Boteo, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo.