Los directivos de la misión, también llamada NROL-107, tomaron la decisión como medida de “extrema precaución” para la seguridad del personal y la de la carga “crítica para la seguridad nacional”, según un comunicado de la firma, que por el momento aún no cuenta con una nueva fecha de despegue.
La misión, la última de un Atlas V para la NRO, pues ULA va a reemplazar ese cohete por el Vulcan Centaur, debía colocar múltiples cargas útiles altamente secretas en órbita geosincrónica.
En esa órbita, situada a unas 22 mil 236 millas (35 mil 786 km) de la Tierra, las naves espaciales pueden permanecer estacionarias sobre puntos fijos en nuestro planeta.
Silent Barker actuará como un “perro guardián” en la órbita geosincrónica, vigilando cualquier satélite que se reposicione para ver mejor las naves espaciales estadounidenses o incluso para llevar a cabo ataques contraespaciales, según dijo el lunes el director de la Oficina Nacional de Reconocimiento, Chris Scolese.
La misión está diseñada para “disuadir” a potenciales adversarios de Estados Unidos, agregó el teniente general de la Fuerza Espacial Michael Guetlein, comandante del Comando de Sistemas Espaciales, en una teleconferencia.
Ni la NRO ni la Fuerza Espacial han revelado el número de satélites de vigilancia que pondrán en el espacio ni sobre sus capacidades exactas.
Por lo pronto, el cohete Atlas V abandonará la plataforma de lanzamiento y será devuelto a la instalación de integración vertical (VIF, en inglés), a la espera de una nueva fecha de lanzamiento.