CIVITAS

Ciudadanía creativa

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“Para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada”. Esta es una de las frases más célebres del padre del conservadurismo inglés, Edmund Burke. Implícitamente tiene un mensaje sobre ciudadanía y un llamado a la acción valiosísimo para nuestros tiempos.

La ciudadanía es un concepto complejo que ha cambiado con el paso del tiempo. Hace siglos, las mujeres no éramos consideradas ciudadanas, tampoco los niños o los esclavos; solamente un grupo de hombres libres. Luego esto fue cambiando e incorporándose de a poco a diversos grupos previamente marginados y hoy son reducidos los rincones del mundo donde se continúa excluyendo a ciertos segmentos.

En Guatemala, ¿qué es lo que nos hace ser ciudadanos? ¿Lo somos porque el artículo 147 de la Constitución lo establece, porque habitamos un lugar y compartimos una identidad o porque tenemos responsabilidades y deberes que cumplir? En realidad, es una mezcla de todo esto. Por eso, como ciudadanos tenemos un compromiso de actuar con civilidad y mejorar las condiciones de nuestro alrededor constantemente.

' Más que esperar que los políticos actúen, nosotros debemos liderar el ejemplo.

Christa Walters

Para muchos, la ciudadanía se ejerce únicamente cada cuatro años, cuando hay elecciones y votamos. Recientemente tuvimos las elecciones generales, donde escogimos a nuestros representantes en dos de los tres poderes del Estado. Si bien, pareciera que nuestra participación es exclusivamente cada cuatro años, cuando acudimos a votar, en realidad nuestra ciudadanía no acaba cuando depositamos nuestras papeletas en las urnas. En estas elecciones fue palpable el sentimiento de rechazo a la clase política tradicional y esperanza por el cambio o cierta renovación, por algo los altos niveles de voto nulo en la primera vuelta y luego un considerable porcentaje de participación en la segunda vuelta. No obstante, ahora que han pasado las elecciones y nos adentramos a una nueva etapa política, ya que asumirán nuevas autoridades el próximo año, estamos llamados a ejercer una ciudadanía creativa y participativa, pues esta va más allá y en realidad la ejercemos todos los días.

No necesariamente tiene que ser una participación política, como tradicionalmente pensamos en meros asuntos de gobierno o lo público. En nuestros vecindarios, en el trabajo, en equipos de deporte, con nuestros amigos o en cualquier comunidad a la que pertenezcamos, podemos voluntariamente cooperar y encontrar avenidas distintas para resolver problemas puntuales o descifrar cómo hacer que los espacios a los que pertenecemos sean lugares para el florecimiento humano.

Cada día, los guatemaltecos logramos perseverar a pesar de los problemas estructurales del país. Hay que reconocerlo y aplaudir a quienes contagian su entusiasmo y ayudan a otros a salir adelante. Si bien hay altas expectativas para que el gobierno entrante solucione muchos de los problemas del país, será esencial que no olvidemos el papel que cada uno tiene en construir un mejor país. Ahí es donde está nuestra ciudadanía creativa, como un motor diario de búsqueda de soluciones y el poder de cooperar para implementar acciones que contribuyan a la mejora de la calidad de vida de todos. Por eso, más que esperar que los políticos actúen, nosotros debemos liderar el ejemplo, claro, desde las posibilidades de cada uno.

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