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Unicef: “Las verdaderas prioridades son aquellas que se ven reflejadas en los presupuestos nacionales”

Educación, salud, protección social y contra la violencia son algunos de los temas que Unicef espera trabajar en los próximos años en Guatemala.

Manuel Rodriguez Pumarol es el nuevo representante de Unicef para Guatemala. (Foto Prensa Libre: Cortesía Unicef Guatemala)

Manuel Rodriguez Pumarol es el nuevo representante de Unicef para Guatemala. (Foto Prensa Libre: Cortesía Unicef Guatemala)

Consiente de que la mayor riqueza de un país es su gente, Manuel Rodriguez Pumarol, quien asumió como nuevo representante de Unicef para Guatemala, señala que se necesita una mejor inversión en los niños, las niñas y los adolescentes, que son parte del bono demográfico (población de 0-24 años) que en 30 años puede pasar del 60% a la mitad.

En entrevista con Prensa Libre aborda de parte de las acciones que trabajará durante su gestión, y los temas que deben ser prioridad para el Gobierno guatemalteco.

¿Cómo percibe la situación de la niñez guatemalteca a su llegada al país?

Hay retos por delante. Como nuevo representante de Unicef llego en un contexto nacional interesante, porque a pesar de la situación que vivimos en los últimos días, estoy esperanzado en que se respete la voluntad popular y tengamos oportunidades de seguir trabajando con los sistemas nacionales.

No todo es negativo en Guatemala, en las últimas décadas hemos visto avances importantes, un desarrollo económico sostenido. Hemos visto cambios significativos en indicadores claves, por ejemplo, las tasas de mortalidad infantil que en los últimos 20 años han disminuido, la proporción de nacimientos que son atendidos de manera institucional y por un personal médico es mayor, se ha reducido la tasa de mortalidad por diarrea. En el sector educación el índice de analfabetismo en los últimos 30 años ha disminuido, y el número de jóvenes que alcanzan el final de la educación avanza.

Quedan tareas por hacer en el tema de equidad y pobreza, y como Unicef reiteramos nuestro compromiso de trabajar de la mano con el Estado, con los actores locales, con la comunidad internacional para disminuir la incidencia de la pobreza y específicamente la pobreza infantil.

¿De qué manera se puede disminuir la pobreza que es crónica en el país?

Para Unicef la mayor riqueza de Guatemala es su gente y su potencial de capital humano. Cuando miramos las características demográficas del país este se encuentra en una oportunidad única e irrepetible en término del bono demográfico -60% de población entre 0 y 24 años-, característica que irá cambiando. Si queremos disminuir la pobreza y crear una Guatemala económicamente más competitiva debemos priorizar no solo la inversión física en infraestructura, hay que priorizar la inversión en la gente y específicamente en la primera infancia, porque es el ciclo de vida donde se lleva a cabo el mayor desarrollo, se crean habilidades básicas de socialización. Desde nuestra perspectiva, el incremento en la inversión en el capital humano debe ser una prioridad nacional.

Otro aspecto importante es como mejoramos la calidad del gasto, no es tan solo invertir más dinero, es cómo hacemos que ese dinero se invierte de manera más eficaz y eficiente.

¿Cuánto debería invertir Guatemala en el tema de niñez?

Nuestras estimaciones indican que, si queremos proveer de acceso a servicios básicos de salud al 100% de la población infantil, garantizar acceso servicios de educación, de protección social, el gasto social debe aumentar, actualmente está en 3.5% del Producto Interno Bruto y de aquí al 2030, si queremos alcanzar las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, debe aumentar al 7.7%. No es irracional, es lograble siempre y cuando exista un consenso nacional y voluntad política.

¿Hacia dónde debe ir encaminada esa inversión?

Identificamos cinco líneas de acción que serán nuestra prioridad: educación, específicamente en el tema de primera infancia, pues en Guatemala los niños de 0 a 3 años uno de cada 10 tiene acceso a acciones y servicios de primera infancia, y debemos mejorarlo. Está el tema de salud y nutrición, agua y saneamiento, resiliencia climática, protección y política social, y en ese último campo una de las áreas de acciones es cómo colaborar con el Estado en asistencia técnica para incrementar y mejorar el gasto hacia la infancia. 

¿Cómo cambiar la realidad de que 2.7 millones de niños y adolescentes en el país están fuera sistema educativo? 

Se hace necesario ampliar la cobertura de servicios educativos específicamente en zonas rurales, en grupos étnicos autóctonos, y para ello se requiere inversión en infraestructura, en la capacitación del personal docente, y algo sumamente importante, inversión en mejorar la calidad de la educación.

Tenemos dos situaciones, una es el acceso a educación, debemos reconocer que los indicadores son aceptables y que hay una mejoría en las últimas décadas. Sin embargo, el reto es en la educación primaria, la calidad de la educación producto del impacto del covid-19 y del cierre por casi tres años del sistema educativo tuvo repercución en el aprendizaje de los niños y las niñas. Hemos visto cómo niños de 10 años no son capaces de leer e interpretar un texto adecuado a su edad.

Esa pérdida de aprendizaje es una de las áreas que debemos trabajar con el Ministerio de Educación y los actores locales para mejorarlo. Insisto en el tema de financiamiento, pues esto no es posible, sino se incrementa y se mejora el gasto, pues cuando miramos las asignaciones que se le hacen al sector educativo, vemos un incremento en la inversión en el sector educativo, sin embargo, cuando buscamos el desglose, el mayor porcentaje del gasto se va en salarios, pero la inversión de capital es muy reducida y es parte de esa eficiencia del gasto que debemos mejorar. 

La migración es un tema que también alcanza a la niñez, en los últimos días hemos visto a un alto número de niños en las caravanas, cómo Unicef ¿les preocupa esta situación?

Sí, de hecho, nuestra oficina regional emitió un comunicado en el que todos los Estados que formamos parte de esta trayectoria migratoria que empieza en Colombia, pasa Panamá hasta llegar al norte debemos unirnos, unificar esfuerzos para crear condiciones que garanticen la seguridad de los niños y las niñas en el trayecto, pero más allá de eso, crear condiciones para una migración legal.  También crear condiciones en los países de origen para brindar más oportunidades a los jóvenes, porque en la mayoría la pobreza y la falta de oportunidades son el binomio que los empuja a salir a buscar nuevos horizontes.

¿Qué impacto deja en un niño ser parte de estas caravanas, el migrar de manera irregular?   

Hay muchos riegos, primero tenemos un tema de protección, vemos casos de abuso, de trata de niños y niñas, el impacto psicoemocional al vivir ese trayecto y que crea heridas (internas) que son difíciles de cicatrizar.

Existe un impacto en la pérdida de la educación, esa desconexión que se da cuando abandonan su país y dejan la escuela, y luego el reinsertarse nuevamente. En ese período se pierden la oportunidad de educación, es decir, no retornan a la escuela. Muchos de ellos también son insertados al mercado laboral informal.

Los riesgos son muchos, es un tema multifactorial, la mayoría de los casos es por la pobreza y la falta de oportunidades y por eso debemos trabajar en los países de origen para generar oportunidades de educación, de acceso a servicios básicos de salud, para generar oportunidades en los jóvenes y para las formaciones técnico- vocacional que le permitan accesar al mercado laboral de manera formal, que les permita desarrollar iniciativas de emprendimiento. No solo en Guatemala, en todos los países de la región.

¿Cómo trabajar con los niños migrantes retornados?

En la parte de protección una de las áreas claves de acción es precisamente trabajar el tema migratorio no solo con los niños y las niñas en tránsito, sino también con los guatemaltecos que migran y los retornan. En el país, el año pasado tuvimos más de 7 mil casos de niños y niñas retornados, se les dio apoyo psicosocial, se les brindó lo que llamamos el manejo de caso para la reunificación con los familiares que tienen en el país y esto se hizo en coordinación con organizaciones no gubernamentales locales y con el Estado. Es definitivamente una área de prioridad, no solo en el apoyo de los retornados, sino poder dar mejores oportunidades de educación y trabajo a estos jóvenes en el país para que el migrar no se convierta en su objetivo principal.

¿Qué hace falta para que realmente los Gobiernos trabajen en atender a la población migrante?  

 No es tan solo la voluntad política, sino la asignación de los recursos necesarios para hacer frente a esto. Siempre digo que las verdaderas prioridades son aquellas que se ven reflejadas en los presupuestos nacionales. Podemos hablar y decir lo que queramos respecto a cuáles son las prioridades, pero las que verdaderamente son, son aquellas que tienen una asignación presupuestaria, que se le están aumentando los recursos para poderlas llevar a cabo. 

Segundo, veamos cómo ha sido la calidad del gasto, esos recursos que se han recibido, cómo se han invertido, se han invertido de la mejor manera posible, si se han invertido realmente en las acciones que van a tener un impacto.

¿Han tenido algún acercamiento con las nuevas autoridades electas?

Como Sistema de Naciones Unidas estamos a la espera de que se defina la modalidad en la cual se llevará a cabo el proceso de transición. Hemos visto la información que de manera pública se ha expuesto, en donde se formarán equipos de trabajo tanto del presidente electo como del Gobierno actual, tenemos la esperanza de participar, de aportar con propuestas y con asistencia técnica en cada una de estas mesas sectoriales, pero aún está por definirse cuál será la metodología. Reitero que tengo plena confianza en que el proceso se llevará a cabo de manera ordenada y estamos en la disposición de aportar en esas mesas de trabajo. 

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