Guzmán, quien fue arrestado por las autoridades mexicanas en enero de este año, era uno de los narcotraficantes más buscados por Washington por su participación en el tráfico de fentanilo, y se enfrenta ahora a una serie de cargos federales en diferentes tribunales del país.
El Departamento de Justicia emitió una declaración del Fiscal General Merrick B. Garland sobre la extradición de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, de México a Estados Unidos.
“Hoy, como resultado de la cooperación policial entre Estados Unidos y México, Ovidio Guzmán López, líder del Cartel de Sinaloa, fue extraditado a Estados Unidos”, indicó.
“Esta acción es el paso más reciente en el esfuerzo del Departamento de Justicia para atacar todos los aspectos de las operaciones del cartel”, agregó.
“La lucha contra los cárteles ha implicado un valor increíble por parte de las fuerzas del orden de Estados Unidos y de los miembros del servicio militar y de las fuerzas del orden mexicanas, muchos de los cuales han dado sus vidas en la búsqueda de la justicia. A ellos y a los fiscales del Departamento les agradezco su trabajo y su sacrificio. También agradezco a nuestros homólogos del gobierno mexicano por esta extradición”, añadió Merrick B. Garland.
“El Departamento de Justicia seguirá responsabilizando a los responsables de alimentar la epidemia de opioides que ha devastado demasiadas comunidades en todo el país”, concluyó.
Ovidio Guzmán fue capturado el pasado 5 de enero durante un operativo realizado por elementos del Ejército y de la Guardia Nacional en Sinaloa.
La detención del hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien era uno de los cabecillas del Cártel de Sinaloa, se dio a petición de las autoridades de EE.UU. por delitos de narcotráfico.
Después de su captura, “El Ratón”, como popularmente se le conoce al peligroso narcotraficante, fue enviado al penal de Altiplano, en el Estado de México, donde estuvo recluido.
El fiscal agradeció al Gobierno mexicano por lograr el traslado de Guzmán y aseguró que EE. UU. seguirá trabajando para traer ante la Justicia a “los responsables de alimentar la epidemia de opioides que ha devastado a comunidades en todo el país”.
En abril de este año, la Justicia estadounidense presentó cargos en tres distritos federales distintos contra Guzmán y tres de sus hermanos por haber presuntamente asumido el liderazgo del Cartel de Sinaloa tras el arresto y la posterior extradición de su padre a EE. UU.
Los cargos, en los distritos federales del Sur de Nueva York, el Norte de Illinois y el Distrito de Columbia, se emitieron como parte de una investigación sobre “la mayor y más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo”, liderada por el citado cartel y “alimentada por compañías farmacéuticas chinas”.
El cartel de Sinaloa, según Washington, es el cartel narcotraficante “más poderoso del mundo” y responsable en gran parte de la producción y manufactura de fentanilo para su distribución en EE. UU., donde esa droga, considerada 50 veces más potente que la heroína, es “la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 49 años”.
Guzmán y sus hermanos, conocidos como los “Chapitos”, también fueron acusados de trasportar “sistemáticamente” toneladas de cocaína desde y a través de Sur y Centroamérica hasta EE. UU., de acuerdo con el Departamento de Justicia.
Las autoridades estadounidenses apuntan que esa organización ha estado involucrada en actividades de tráfico de drogas hacia EE. UU. y violencia desde hace más de una década y media.
El Ejército mexicano detuvo el 5 de enero a Guzmán en el norteño estado de Sinaloa y después lo trasladó al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1 Altiplano, conocido también como el penal de Almoloya, ubicado en el Estado de México, donde también estuvo recluido su padre, quien escapó de ahí en 2015.
La detención sorprendió al ocurrir días antes de la visita a México del presidente estadounidense, Joe Biden, con motivo de la Cumbre de Líderes de América del Norte, aunque el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, negó cualquier relación entre los dos hechos.
Estados Unidos, que ofrecía US$5 millones por su captura desde diciembre de 2021, acusa al presunto narcotraficante de delitos que versan sobre la conspiración para la introducción de drogas a ese país.