El presupuesto que el Ministerio de Salud tiene vigente para la compra de medicamentos este año es de Q 973 millones, un recurso que ha tenido que distribuir en 83 unidades ejecutoras, entre ellas, los 46 hospitales nacionales a donde llegan los pacientes que requieren de asistencia especializada.
Dicho presupuesto se hace minúsculo ante la cantidad de personas a la que el sistema público debe atender. El informe Marcando el rumbo, Salud y Nutrición, publicado por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien) este año, señala que los servicios estatales deben cubrir a ocho de cada 10 guatemaltecos.
Un análisis de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa) indica que, según el reporte del Sistema de Contabilidad Integrada (Sicoin) del Ministerio de Finanzas, la red hospitalaria pública tiene una asignación presupuestaria anual de Q425.2 millones para adquirir medicamentos y al 25 de septiembre ya habían ejecutado el 81.66%.
Pero al hacer una revisión individual resulta que 15 hospitales tenían gastado más del 90% de su presupuesto en la compra de medicinas.
El panorama es más crítico para seis de estos en los siguientes tres meses del año, pues cuentan con menos del uno por ciento para abastecerse de medicamentos. Son el Hospital Roosevelt y el Nacional de Ortopedia y Rehabilitación “Dr. Jorge Von Ahn”, ambos en la capital; el Departamental de Totonicapán, el de Mazatenango, el Nacional Ernestina Garcia Viuda de Recinos, en Jutiapa, y el de Barillas en Huehuetenango.
Si bien, los hospitales han agotado el presupuesto en compra de medicamentos y con ello, pueden tener abastecida la bodega, de acuerdo con Carmen Salguero, analista de la Comisión de Salud de Fundesa, al 31 de agosto el 58.3% de los fondos se había invertido en producto de categoría lenta y baja rotación -se utilizan de manera regular en la atención y tratamiento de los pacientes-.
Esto significa que más de la mitad de los recursos financieros para comprar medicamentos se ha gastado en inventarios cuyo uso es pausado, lo que a criterio de Salguero resta eficacia en el uso del flujo de caja.
“Los efectos de estas compras de lenta y baja rotación son varios, pero el más visible es que cuando los hospitales se van quedando sin dinero en caja para comprar lo que necesitan en estos últimos meses del año -cuando aumentan las emergencias por accidentes de tránsito y fatalidades-, no tienen disponibilidad, y, por ende, se ven sin abastecimiento de medicinas importantes de alta demanda”, indica.
Para Salguero esto evidencia reiteradamente que el Ministerio de Salud necesita gestionar cambios en la forma en que realiza las compras, ya que “no tiene una estrategia de suministro global para medicamentos que vuelva más eficaz hacer las compras y el abastecimiento en los puntos donde están las unidades de servicio”.
En tanto que Karin Slowing, analista en temas de Salud, menciona que esto es síntoma de una escasa planificación y de que el presupuesto que el Ministerio de Salud propone está por debajo de la necesidad real de atención de la población.
“Esta es una sociedad enferma que está recurriendo a los servicios públicos de salud porque no le alcanza para pagar los (hospitales) privados, entonces, hay más demanda y se tiene el mismo o menos dinero para atenderla, y encima el precio de los medicamentos es elevado, esa combinación hace que se ele agote antes de tiempo el presupuesto”, dice Slowing.
Añade que es necesario actualizar el listado básico de medicamentos, que debe ser conforme el perfil epidemiológico del país.
Con relación a las acciones que llevan a cabo los hospitales, el ministerio refiere que se han emitido oficios e instrucciones a las unidades ejecutoras para que sigan los lineamientos establecidos para el abastecimiento oportuno, de acuerdo con la necesidad, consumo y rotación de medicamentos.
Con escasos recursos
El análisis indica que el Hospital Roosevelt, uno de los centros asistenciales de referencia en el país, tiene asignado Q98.7 millones para compra de medicamentos y va por el 99.72.5% de ejecución. Le quedan solo Q272 mil 240.66 para adquirir medicinas en el último trimestre del año.
La situación sería más crítica para el Hospital Nacional de Ortopedia y Rehabilitación Dr. Jorge Von Ahn que únicamente tiene disponible Q788.99. El de Mazatenango le quedarían mil 403 quetzales con 50 centavos. ¿Qué se puede comprar con esa cantidad de dinero?
No está en la lista roja, pero el General San Juan de Dios, otro de los que concentra a gran número de pacientes del país, está también en una situación de alarma. Tiene en su presupuesto Q60.5 millones y al 31 de agosto estaba desabastecido en un 55%.
“Están en alto riesgo de tener limitaciones de disponibilidad financiera y de inventarios en este último trimestre. Esto pone un inminente desafío para arrancar el siguiente año abastecidos adecuadamente. Los hospitales necesitan tener en inventario de todo, pero acorde a la demanda real”, dice Salguero.
César Miranda, analista de Fundesa, menciona que hay tres situaciones que pudieron llevar a los hospitales a este nivel. Una es que a algunos tuvieron modificaciones en su presupuesto durante el año, mientras que a otros se les asignó pocos recursos desde comienzo del 2023. Otro motivo es que las enfermedades respiratorias y los accidentes han aumentado y el consumo de medicamentos para estos pacientes es alto.
Añade que para remediar tanto el desabastecimiento en los centros asistenciales como la falta de presupuesto para la compra de medicamentos pueden adoptarse tres estrategias: solicitar más presupuesto al Ministerio de Salud, evaluar qué servicios tienen suficiente abastecimiento y trasladar medicinas a los que no lo tienen. La otra alternativa es transferir presupuesto de las unidades que tienen baja ejecución a las que les hace falta.
Consultado el Ministerio de Salud sobre esta situación en los hospitales señala que “realiza una evaluación de la ejecución presupuestaria de las 87 unidades ejecutoras, lo cual será la base para una readecuación presupuestaria, orientada a las unidades que requieran más recursos para finalizar el año”.
Además, “se ha emitido oficios a las unidades ejecutoras para que determinen los productos de menor rotación y que sus compras se establezcan de acuerdo a sus necesidades prioritarias.
Un reto para el 2024
Según el análisis de Fundesa los hospitales nacionales estarían entrando en un desabastecimiento de medicamentos para enfrentar una temporada de alta demanda de atención en salud. En un período de transición de Gobierno, a criterio de Miranda, estas limitaciones pueden llegar a enero y febrero del 2024, pues las unidades ejecutoras no reciben la cuota del presupuesto de manera inmediata con el comienzo del año.
De esa cuenta, sugiere a las nuevas autoridades hacer un análisis del presupuesto y basado en información de los últimos años, establecer cuál fue la demanda de atención en cada hospital y adecuar los recursos que cada uno necesita.
Pues en el caso del Hospital Roosevelt, agrega, este año se le asignaron Q808 millones, pero en 2024 tendrá 5.6% menos, es decir, Q772 millones, suma que desde ya se prevé insuficiente.