Previo a esa fecha, la población esperaba con gran expectativa el fenómeno celeste. Los científicos y aficionados de la astronomía no eran la excepción, pues deseaban realizar un estudio cuidadoso de cada instante del movimiento de sol.
En ese entonces, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) se puso en estado de alerta, con la finalidad de identificar cualquier influencia de este suceso en el comportamiento de la tierra.
Además, instaló varios equipos de monitoreo en los volcanes Santiaguito y Pacaya, cuyo objetivo era medir la influencia de la actividad volcánica. Otros dispositivos fueron desplegados en el Puerto de San José, San Marcos y la capital, estos buscaban registrar cualquier variación sísmica.
De acuerdo con la proyección científica del paso del eclipse, este inició en las islas de Hawai, y viajó a través del Océano Pacífico hasta posicionarse en Baja California, desplazándose por la zona central de México, luego por el sur de Centroamérica, para terminar en las selvas amazónicas de Brasil.
Qué pasó el día del eclipse
El fenómeno empezó en Guatemala a las 13.35 horas, y finalizó a las 16.06. Sin embargo, solo fueron 6 minutos de eclipse total en la ciudad capital. En ese tiempo toda la metrópoli se convirtió en un territorio vacío de personas, porque todas se refugiaron en su hogar.
Entre los sucesos vividos durante el 11 de julio, a consecuencia del eclipse total, se encuentran la suspensión de clases, medida de precaución que tomaron los centros educativos. También, varios comercios cerraron sus instalaciones después del mediodía y no atendieron el resto de la tarde.
Las amas de casa se concentraron en evitar que sus hijos y demás familiares observaran directamente el fenómeno, porque este hecho podría ser perjudicial para la vista de las personas. Días después del suceso se reportó que en otros países varias personas sufrieron daños en sus ojos, pues hicieron caso omiso de la recomendación.
Cómo se vivió
En el interior del país fueron diversas las reacciones de los guatemaltecos. En varias aldeas del Petén, los lugareños hicieron ruido con cacerolas, gorgoritos y tambores durante el tiempo en que duró el eclipse.
Algo diferente se vivió en San Benito, lugar en que los vecinos se reunieron para consumir bebidas embriagantes, con la finalidad de “olvidarse por completo del eclipse”. Otras comunidades indígenas vivieron con alegría el fenómeno, por lo que quemaron cohetillos y compartieron alimentos entre sí.
Cabe resaltar que el eclipse fue visto por varias generaciones de una misma descendencia, que incluía a niños, hijos y abuelos.
Algunas creencias sobre el eclipse
En las ediciones posteriores al evento, Prensa Libre recolectó varias opiniones de los guatemaltecos con relación al fenómeno celeste. Entre ellas destacan la que relató Francisca Chávez, vecina de la colonia Lomas del Norte, zona 18, “mi hija está embarazada. Yo le dije que se encerrara en el cuarto. Ella no vio el fenómeno, ni siquiera por televisión”.
En la misma línea, Natalia Betancourt, vendedora en un mercado cantonal de la zona 1, comentó cómo vivió el eclipse. “A mi hijo recién nacido lo envolví en trapos negros y lo encerré bajo llave”, indicó.
La concepción religiosa del fenómeno no faltó, como fue el caso de doña Carmina Rodríguez, vecina de la colonia El Limón, zona 18, que describió la actitud de su esposo durante el eclipse. “Mi esposo, que nació el 11 de julio, se confesó ayer y este día permaneció en oración toda la mañana frente al Cristo Negro”, detalló.
Observación de planetas
De acuerdo con los datos astronómicos de ese año, cuatro fueron los planetas que se pudieron observar a simple vista, esto cuando el eclipse total se produjo. Estos planetas son Mercurio, Venus, Marte y Júpiter.
El eclipse total pudo ser apreciado en toda América, y en Honduras se registró que cuatro personas sufrieron daños en sus ojos por visualizar este fenómeno de forma directa. Guatemala fue la excepción, porque no hubo casos registrados.
Otros fenómenos históricos
Luego del eclipse total de sol ocurrido en 1991, hasta la fecha los guatemaltecos y parte del mundo han sido privilegiados por fenómenos estelares. De acuerdo con algunos pronósticos, se espera que el próximo eclipse similar se produzca en el año 2113.
Aquí algunos fenómenos similares
El 27 de octubre de 2004 varios guatemaltecos se reunieron en el museo Miraflores, zona 11, donde instalaron telescopios para observar el eclipse total de luna. En esa ocasión el fenómeno culminó a las 23 horas y por motivos atmosféricos no se pudo observar en Guatemala.
En 2006, específicamente el 29 de marzo, un eclipse total que inició en Brasil atravesó cuatro continentes y el océano Atlántico; finalizó en el desierto de Mongolia. Este fenómeno fue por millones de espectadores, lo que desató un espectro de respuestas, entre temor y admiración.
El 30 de noviembre de 2010, una lluvia de estrellas iluminó el cielo, luego de que cientos de estrellas fugaces ofrecieron un gran espectáculo de luces y colores.
El 14 de abril de 2014, se produjo otro eclipse de Luna, la cual se tiñó de rojo, fenómeno que no ocurre con frecuencia.