En conversaciones con personas que buscan orientación para tratar este padecimiento, ellas refieren que la indiferencia se debe a condiciones desfavorables del entorno como maltrato recibido por los demás, ausencia de reconocimiento, críticas constantes, poca comprensión, falta de apoyo, egoísmo y muchas más.
El resultado de estos estímulos emocionales es la perdida de propósito y del sentido de la vida. Esto puede provocar en una persona falta de sueño, pensamientos negativos, aislamiento, melancolía, depresión, consumo de alcohol y en algunos casos drogas.
Los peores escenarios en estas circunstancias son problemas familiares, en el trabajo y con los demás, los cuales se producen por la sensación de hostilidad, sin encontrar o llegar a una solución debido a la carga y enganche emocional.
Ahora bien, quiero preguntar lo siguiente para reflexionar: ¿Es el ambiente lo que condiciona a una persona? o ¿Es la persona la que se siente condicionada por el exterior? La razón de meditar en estas preguntas es encontrar la raíz y salida del malestar. Este proceso de indagación lleva a percibir en dónde se pone la atención y a quién da el poder de la manipulación emocional. Con esta claridad se puede trabajar para cambiar el estado de desmotivación.
La primera pregunta lleva a observar que se culpa de lo que se siente a las circunstancias, los objetos y las personas. En ese camino la solución se dará si y solo si el exterior cambia, de lo contrario el padecimiento continuará hasta que la causa se modifique.
Las preguntas que se deben hacer en este caso son: ¿Puedo modificar lo externo? Por ejemplo, a una persona. Otra pregunta sería ¿El estado emocional se repite a pesar de que la circunstancia ha cambiado? Es importante darse cuenta de que con las consideraciones anteriores la falta de disposición no cesará toda vez, no cambie, lo que provoca la contrariedad.
Explorar una segunda posibilidad conduce a percatarse de lo que se piensa, siente y la forma de reaccionar. De esta forma se llegará al miedo, tristeza, frustración, insatisfacción y otras emociones que se están ejecutando en la psique del humano. Esto sí que lo puede cambiar el sujeto, ya que no depende de algo ajeno, sino de la propia disposición de modificarlo. Únicamente se puede modular aquello que se conoce y depende de uno. Allí radica realmente el cambio.
La invitación de este artículo consiste en aprender a conocernos a nosotros mismos para salir de cualquier crisis emocional.
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Buscar el cambio
André Armas, educador y consejero de bienestar
El miedo se puede cambiar por seguridad, la tristeza por alegría, la frustración por acierto.