El Índice de Precios al Consumidor (IPC) indica que el ritmo inflacionario en Guatemala se situó en 4.98% en octubre, mientras que la inflación mensual fue de 1.27% y la acumulada, 4.74%, cifras impulsadas principalmente por la división de alimentos y bebidas no alcohólicas. El indicador interanual es mayor al 4.69% de septiembre y al 4.47% de agosto de este año.
El reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE), confirma que la división de alimentos aumentó 1.14% y las principales alzas promedio se observaron en productos como el tomate, con 0.016%; la papa, 0.14%; cebolla, 0.13%; huevos, 0.09%; y güisquil, 0.09%. También se encarecieron los servicios de restaurantes y hoteles en 0.07%; así como recreación y cultura, 0.03%. Los productos que tuvieron una incidencia negativa -bajas- en octubre fueron la gasolina superior, con -0.04%; la regular, -0.02%; y el servicio de fiestas con -0.01%.
Por otro lado, aunque la inflación fue de 4.98% a escala nacional, el alza general de precios fue mayor en el occidente del país: es el caso de la Región VII (Huehuetenango y Quiché) la inflación llegó a 9.08% que es la más alta, mientras que en la región VI (San Marcos, Quetzaltenango, Totonicapán, Sololá, Suchitepéquez y Retalhuleu), el indicador llegó a 7.10%.
Pesan tres factores
Hugo Maul, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), opinó que el alza general de precios mencionada se fundamenta en tres fenómenos:
El primero es el impacto estacional del fiambre, ya que las incidencias positivas -alzas- se registraron en tomate, cebolla, remolacha y otras hortalizas, en un contexto de desabastecimiento por los bloqueos y aunque los ingredientes del fiambre no necesariamente son parte de la dieta diaria, se incluyen dentro de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) y del IPC.
El segundo factor fueron los bloqueos que durante más de dos semanas interrumpieron el abastecimiento de los mercados y otros puntos de venta, lo que causó alzas de precios suben. “El efecto conjunto de los bloqueos y el fiambre está por encima de las previsiones, pero en la medida en que estas distorsiones transitorias desaparezcan y la situación se normalice, se esperaría un comportamiento más estándar de los precios, pero el impacto hacia arriba lo tiene que dirigir la economía y el costo de otros productos irán hacia abajo, de acuerdo con la demanda”, explicó.
El tercer factor que influyó fue la incertidumbre de la población sobre lo que podría pasar, por lo que muchos núcleos familiares recurrieron a adelantar compras (sobre todo de alimentos), por si se presentaba alguna escasez. “Entonces, el efecto fiambre, los bloqueos y abastecimiento para evitar la escasez, es la combinación que provocó la inflación”.
Sobre las expectativas al cierre del año, Maul afirmó que probablemente la inflación se situará por encima de la meta, “y eso es un ejemplo de cómo la política influye en la economía”.
Para Enrique Lacs Palomo, director ejecutivo de la Cámara de Alimentos y Bebidas de Guatemala, el aumento de la inflación en octubre responde en parte a escasez de algunos alimentos, que en general influyeron en la oferta, los fenómenos climáticos y los bloqueos.
También consideró que en noviembre también habrá alza inflacionaria, aunque menos, asociada a las lluvias y al impacto de la pérdida de algunas cosechas.
Banguat: Es temporal
Prensa Libre consultó a Álvaro González Ricci, presidente del Banco de Guatemala (Banguat) y de la Junta Monetaria, sobre los resultados del IPC en octubre, quien expuso que “la inflación observada en el mes octubre (1.27%, intermensual), es consecuencia de un choque de oferta asociada a la interrupción de los canales de distribución ocasionada por los bloqueos en ese mes, particularmente en la segunda semana. Ese resultado llevó el ritmo inflacionario a 4.98%, cerca del límite superior de la meta de inflación de 4% +/- 1 punto porcentual”.
También dio a conocer un pronóstico de cierre de la inflación para 2023 dado el repunte observado en octubre y recalcó que “dicho resultado se estima que es temporal, dado que en la medida en que se restablecieron los canales de distribución, la presión sobre los precios disminuyó. Entonces, estimamos un cierre de 4.95% para fin de año, lo que podría ser menor incluso, si se restablecen totalmente los citados canales”.
A su criterio, era algo esperado por la situación actual, pero la Junta Monetaria está atenta a cómo evoluciona la inflación y tomará todas las medidas necesarias para garantizar que esta se mantenga en meta. Ello, porque “en todo caso, si no se hubiera presentado ningún evento en octubre y con base en los modelos, la inflación habría cerrado en 4.25% o menos el mes pasado”.