Bukele aspira a ser reelegido presidente en febrero de 2024 a pesar de que la oposición reitera que confluyen elementos de inconstitucionalidad en su decisión. Aunque la Carta Marga prohíbe la reelección presidencial, la Corte Suprema de Justicia determinó en 2021 que él puede participar en los comicios por segunda vez.
El fallo de la Corte Suprema salvadoreña es objeto de polémica, pues los partidos de oposición sostienen que es ilegal y han tratado de impedir que el Tribunal Supremo Electoral inscribiera a Bukele, pero éste ha rechazado todos sus recursos de nulidad.
En este momento sólo Nicaragua y Venezuela disponen de la reelección indefinida de sus presidentes conforme a sus respectivas constituciones.
En Nicaragua, el presidente Daniel Ortega fue reelegido abrumadoramente en noviembre de 2021 para un quinto mandato presidencial y cuarto consecutivo. Su legitimidad está cuestionada porque su victoria estuvo marcada por la detención de siete aspirantes y la eliminación de tres partidos políticos antes de los comicios.
El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, fue reelegido en mayo de 2018 en un proceso criticado por la oposición y señalado de fraudulento por numerosos gobiernos. La alianza de partidos Mesa de la Unidad Democrática, contraria al Ejecutivo, no participó en aquellos comicios por considerarlos ilegales.
El gobierno de Maduro, con vistas a los comicios de 2024, ha promovido la inhabilitación de María Corina Machado, la precandidata que lidera las encuestas en la oposición. Ella se suma a otros dos importantes líderes opositores inhabilitados, Henrique Capriles y Leopoldo López.
Otros casos
A diferencia de lo que ocurre en Venezuela y Nicaragua, en Colombia, Guatemala, Honduras, México y Paraguay la reelección presidencial está prohibida.
Incluso así, ha habido casos de aspiraciones irregulares a la reelección. El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien se enfrenta ahora a un juicio por narcotráfico en EE.UU., logró la reelección en noviembre de 2017 pese a las denuncias de fraude y gracias a una cuestionada decisión del Tribunal Supremo, que en abril de 2015 inhabilitó 3 artículos que prohibían la reelección en la Constitución.
En Guatemala, la restricción a la reelección presidencial no impidió que el expresidente Álvaro Colom intentara que su esposa Sandra Torres fuera electa presidenta. La Justicia lo impidió finalmente.
Por su parte, Argentina, Brasil, República Dominicana, Ecuador, Bolivia y Cuba permiten presentarse de nuevo al término del primer mandato presidencial.
El expresidente Evo Morales intentó en Bolivia en 2019 cambiar esa norma a través del Tribunal Constitucional, pero en una consulta ciudadana los bolivianos negaron la posibilidad de que el entonces mandatario se postulara por otro período.
Ya en 2014 para optar a un tercer mandato, Morales logró que se validara su particular interpretación de que el límite de dos legislaturas empezaba a contar a partir de la aprobación de la nueva Constitución de 2009.
En Brasil, Jair Bolsonaro se enfrentó para su reelección con el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva. El resultado de los comicios, que fueron muy reñidos, no contentó a algunos de los seguidores de Bolsonaro y en enero, al poco tiempo de la investidura de Lula, miles de radicales asaltaron las sedes de los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo en Brasilia.
Los lazos familiares también han servido para preservar el Gobierno. En Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, presidenta desde 2007 hasta 2015, recibió la jefatura del Estado de manos de su esposo, el hoy fallecido expresidente Néstor Kirchner.
La imposibilidad de reelección inmediata está contemplada en las constituciones de Chile, Perú, Uruguay, Panamá y Costa Rica.
Pero aunque está expresamente indicado, también hubo la excepcionalidad para mantenerse en el poder. El peruano Alberto Fujimori, presidente entre 1990 y el 2000, alentó la reforma constitucional para permitir su reelección y finalmente abandonó su cargo a comienzos del tercer mandato por escándalos de corrupción.
Su hija Keiko Fujimori se presentó a las presidenciales de 2021 y perdió contra Pedro Castillo (2021-2022).