Aunque es gratificante darse algunos gustos o lujos, como una recompensa, se debe cuidar el bolsillo.
Si bien no se trata de privarse de esa satisfacción o experiencia colectiva, el racionamiento del gasto es importante para aprovechar ese “dinerito” adicional.
Por ley, el aguinaldo deberá hacerse efectivo hoy, aunque los sectores público y privado ya lo pagaron durante la semana que termina.
Esa prestación adicional inyectará a la economía alrededor de Q6 mil 500 millones y lo recibirá un millón 296 mil personas que están registradas como afiliados al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social hasta agosto último.
¿Qué hacer?
Aunque un buen porcentaje de quienes reciben esa prestación ya la comprometieron para saldar deudas adquiridas durante el año, existe un circulante que estará disponible para activar el consumo o bien darle otro uso.
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La primera recomendación es el ahorro. Lo ideal es que las familias aumenten sus ahorros para el siguiente año, que por el panorama político genera cierta inestabilidad e incertidumbre a las empresas.
El ahorro permitirá contar con recursos en caso de imprevistos que se puedan presentar.
La segunda recomendación es hacer una lista de los bienes y servicios, de lo que realmente se necesita adquirir y separar aquello que desean pero que se puede comprar en el transcurso del año, o posponerlo para cuando se tengan recursos.
Una de las sugerencias es que todas las compras se hagan en un estado emocional-racional.
La idea es que todo el consumo que se realice sea racional y no duplicar los gastos o endeudarse más.
Además, por la baja en los precios de los combustibles, contabilizar esos ahorros en la compra, para que constituyan una disponibilidad de fondos. Los gastos que se deben priorizar son educación y salud.
Haga o practique una dieta a manera de aprovechar los productos agrícolas estacionales, que por sobreoferta tienden a bajar de precio, lo que no sucede con los no estacionales, los cuales se encarecen en esta época.
Qué no hacer
Una de las principales sugerencias es evitar aquellos gastos superfluos o excesivos que pueden consumir una buena parte o la totalidad del aguinaldo.
Estos son gastos innecesarios que le pueden generar algún conflicto en el futuro.
Ahí es donde se activa la publicidad engañosa, de la cual muchos consumidores son presa fácil.
Para ahorrar costos, si organiza alguna actividad de convivencia, que sea de manera racional, en horarios de menor tráfico y evitar o reducir el consumo de bebidas alcohólicas en restaurantes.
La sugerencia es que la actividad se celebre en una vivienda, con el objetivo de reducir costos en concepto de alquiler de mobiliario y pago por servicios de alimentación.
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Puede organizar un desayuno o una cena familiar o con amigos.
Equilibrar ingresos y consumos
El economista Juan Alberto González Jacobo, dijo que el ambiente de las fiestas de fin de año invita a un contagio del consumo colectivo de bienes y servicios; sin embargo, las personas deben considerar un balance justo entre sus ingresos y gastos en esta época.
Si los ingresos son menores a los consumos, se corre el riesgo de que al principio de año se empiece con un saldo de deudas elevado.
El límite de consumos en diciembre debe ser el margen de ingresos.
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