Pero cuando una ola tras otra golpeaba la orilla, fue incapaz de aguantar más.
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Tsunami en Indonesia: “Ya no podía respirar, ya no podía sujetar a mi niña”, el emotivo testimonio de una madre que perdió a su hija de 5 años
Emilia sostenía a su hija con sus manos cuando llegaron las olas. "Estaba agarrando a mi hija, aún me llamaba mamá", contó Emilia, identificada solo por ese nombre.
Cientos de personas murieron en el tsunami que golpeó la costa de Indonesia el fin de semana, después de una erupción del volcán Anak Krakatoa.
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Emilia sobrevivió para contarlo, pero le relató a BBC Indonesia el horroroso momento en que su hija de 5 años se deslizó entre sus manos y fue arrastrada por las olas.
“Estaba tan débil, mi fuerza desapareció. Ya no podía respirar… ya no podía sujetar a mi niña”, dijo.
“La agarré por el cuello de su camisa, pero se rasgó”, relató.
La propia Emilia casi no sobrevive.
Fue arrastrada hacia el mar, pero finalmente fue empujada a la orilla por las olas.
Tanto ella como su esposo sobrevivieron, aunque ambos resultaron gravemente heridos. Pero su hija sigue desaparecida.
“Aún no han encontrado a mi hija… Mi única hija”.
“Estamos traumatizados”
Emilia y su familia vivían en la isla de Sebesi, una de las mayores en el Estrecho de la Sonda, cerca del Anak Krakatoa.
La isla fue una de las áreas que sufrió mayores daños por el tsunami, que se cree fue generado después de que la actividad volcánica del Krakatoa causara deslizamientos submarinos que se convirtieron en olas mortales.
Emilia fue una de las 90 personas que recibieron tratamiento en el hospital Bob Bazar, en la ciudad de Kalianda.
Nursanah, otra víctima del tsunami hospitalizada, dice que aunque hayan sobrevivido, el futuro es incierto.
“Todavía estamos traumatizados, especialmente cuando escuchamos el (estruendo) del Krakatoa,” le dijo a BBC Indonesia Nursanah, quien fue rescatada en un bosque.
“No tenemos un hogar, ¿dónde cocinaremos nuestra comida? No tenemos idea de qué tipo de ayuda debemos pedir”.
La vida después del tsunami
El tsunami del sábado devastó ciudades costeras en las islas de Sumatra y Java, dejando al menos 430 muertos y más de 150 desaparecidos.
Destruyó cientos de edificios, se llevó automóviles por delante y arrancó árboles en varios destinos turísticos populares.
Miles de personas viven en refugios temporales, como mezquitas y escuelas, y los equipos de rescate aún están luchando para llegar a las áreas remotas que resultaron afectadas.
Este jueves, Indonesia elevó el nivel de alerta al segundo más alto posible tras una serie de nuevas erupciones en el volcán Anak Krakatoa.
Todos los vuelos alrededor del volcán fueron desviados y también se impuso una zona de exclusión de 5 km en torno al volcán.
Indonesia se encuentra en el Anillo de Fuego, la línea de frecuentes terremotos y erupciones volcánicas que rodea virtualmente todo el borde del Pacífico.
En septiembre, más de dos mil personas murieron cuando se produjo un poderoso terremoto cerca de la isla de Sulawesi, en el centro de Indonesia, que provocó un tsunami que asoló la ciudad costera de Palu.