Xochi, que significa flor en náhuatl y como se le denomina a la obra, es una iniciativa privada cuya gestión comenzó en 2017 y con la que se busca reducir el tiempo de tránsito entre los kilómetros 142 y 173 de la CA-2 occidente. La empresa a cargo de la construcción es Fondo BPS.
La pista tendrá una longitud de 31 kilómetros y contará con cuatro carriles, dos en cada sentido, con dos accesos principales y dos intermedios a lo largo de seis municipios, 5 de Suchitepéquez y 1 de Retalhuleu.
Para acceder se pagará peaje, cuyo costo aún se analiza, aunque en un inicio se mencionó que podría ser de Q15 para vehículos livianos.
Se espera que toda la carretera esté terminada a finales de 2025, aunque su construcción se divide en tres fases de 10 kilómetros cada una en promedio, y se podrá utilizar de forma paulatina. El primer tramo que va del kilómetro 142.5 entre San Antonio Suchitepéquez y Santo Domingo (33% de la obra) y se espera que concluya en noviembre de 2024.
El segundo tramo va de Santo Domingo Suchitepéquez a Cuyotenango, el que concluirá en mayo de 2025 y el trayecto final llegará a San Andrés Villa Seca, Retalhuleu, a finales de 2025.
La carretera tendrá 50 puentes y bóvedas, que permitirán mantener los cauces naturales de los ríos y las rutas ya establecidas de calles y caminos rurales.
La inversión
El monto estimado de inversión es de Q1 mil 200 millones, que provienen de capital privado, de los cuales, el 59% corresponde a la carretera, el 29% a puentes y el 9% a obras de paso, según lo indicado ayer por Carlos Colom y Luis Pedro Batres, consultores de la firma IDC.
Los ejecutivos indicaron que por ser un proyecto de capital privado, esta carretera tiene un formato similar al de la Vía Alterna del Sur (VAS), que opera con cobro de peaje y atraviesa municipios del sur del área metropolitana, entre estos Villa Nueva y Villa Canales.
Los consultores mencionaron que el terreno no es plano, y por esa razón son necesarios los puentes sobre las vías nacionales existentes para poder pasar sin afectar el tránsito de estas.
Otra de las visiones del proyecto es desarrollar zonas de influencia que puedan atraer la instalación de empresas, industria y comercio.
El tiempo promedio para transitar la distancia mencionada en la ruta actual es de 1.5 horas hasta 3 horas y con la ruta alterna se prevé que sea de 23 a 30 minutos, a una velocidad promedio de 80 Kilómetros por hora. Según la firma IDC, el tiempo que se requiere en la actualidad hace que las personas pierdan en el tránsito unas 10 horas, es decir, 40 horas al mes y 400 al año.
Sin proyectos públicos
Actualmente, el Estado no posee un proyecto específico para esa vía alterna en los portafolios de la Dirección General de Caminos y de la Agencia Nacional de Alianzas para el Desarrollo de Infraestructura Económica (Anadie).
Las autoridades de Caminos han explicado a Prensa Libre que ha habido acercamientos con el sector privado, pero no se ha concretado nada. Los argumentos del gobierno recaen en los gastos para estudios de suelo, hidrológicos, hidráulicos, de riesgo, de tránsito, y contar con el derecho de vía, que califican como lo más complejo.
Varios alcaldes consultados creen que, de concretarse el proyecto, la carretera beneficiará tanto para agilizar el tráfico vehicular actual, como el de productores de comunidades cercanas.
Tramo Complicado
Héctor Fajardo, director de la Cámara de Transportistas Centroamericanos (Catransca), lamenta que se necesite un proyecto carretero privado con cobro de peaje para liberar el paso en esa región.
“Nos puede beneficiar porque se evitará el paso por San Bernardino, Mazatenango y Cuyotenango, pero tiene un costo y es la parte que no les gusta a los transportistas, porque es una obra que puede ser pública. La carretera normal se debería recorrerse en no más 45 minutos, pero ahora que estamos en tiempo de zafra, los camiones tardan hasta 3 horas”, afirmó.