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“Mi entrenador —César Quan— me ha enseñado que es esencial tener paciencia, disciplina y pasión”, asegura Valeria.
La librista nacional entrena en doble jornada, de 5 a 6.30 y de 17 a 19 horas. Además está lista para cursar este año primero básico, grado al que llegó con un promedio de 95 puntos, pues es consciente de lo importantes que son los estudios.
“Mi sueño es competir en unos juegos olímpicos”, confiesa con ilusión. Se inspira en la campeona mundial y olímpica Katie Ledecky, quien dominó las pruebas de 200, 400, 800 y 4×200 metros libres en Río 2016.
Lo de Valeria también son las pruebas de largas distancias. Es campeona nacional en su categoría, en los 800 metros libres.
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“Noté que ella tenía mucho talento desde el principio. En el año y medio que tengo de entrenarla ha tenido una superación de un cien por ciento. Es un ejemplo para cualquier nadador. Valeria se ha propuesto metas, como ser campeona nacional, y ya lo logró, además de ser la mejor atleta en su categoría, y ya la premiaron la Federación de Natación, el Comité Olímpico Guatemalteco y la CDAG”, afirma César Quan.
Carácter a base de pruebas
Valeria es una niña carismática que muestra mucha madurez a su corta edad. Puede entablar una conversación seria y no teme externar sus ambiciosos objetivos deportivos.
Su incursión en el deporte le ha ayudado a formar su carácter. “Ay, la pulguita no te puede ganar”, cuenta Valeria que comentan otras niñas durante las competencias, al referirse a ella. “La pulguita me ganó…”, asegura que terminan diciendo.
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El esfuerzo físico y económico que sus padres han hecho por ella ha dado los frutos esperados y la ilusión también es parte de ellos.
“En sus comienzos, ella fue de las últimas de su equipo que compró una licra porque no teníamos dinero.Le regalaron una usada”, recuerdan Carlos y Conchita, padres de Valeria.
“Una vez que fue a competir a El Salvador iba con una calzoneta ordinaria y toda motosa. No la querían dejar competir en la final porque decían que tenía que tener licra, pero finalmente la dejaron y ganó”, recuerda Carlos Madrid.
Conchita, por su parte, cuenta: “Yo le digo a Valeria: Usted no tiene los accesorios más caros, pero tiene que sacar provecho de lo que tiene. La licra no se tira a nadar, la que nada es usted”.
Incluso, para ahorrar costos, la madre de Valeria estudió en el Intecap cursos de masaje deportivo y masaje quiropráctico. “Ella necesita eso cada ocho días; no todos lo hacen porque es caro. Entonces estudié y ahora aquí tenemos la camilla y el equipo”, enfatiza.
Sin duda, el apoyo incondicional de sus padres ha sido vital para Valeria, quien este año tiene como gran objetivo los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Natación —CCCAN 2019—.
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