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“Estamos muy agradecidos, de corazón”: familia de Jakelin Caal recibe donaciones de audiencia de Prensa Libre y Guatevisión

A un mes de que murió la pequeña Jakelin Caal Maquin, de 7 años, en su intento por llegar junto con su padre a Estados Unidos, Claudia Maquin y sus tres hijos en Raxruhá, Alta Verapaz, recibieron víveres que aportaron personas durante la campaña de apoyo a la familia que impulsó Prensa Libre y Guatevisión.

Desde el rancho en que viven, Claudia, sus tres pequeños y sus suegros agradecieron la generosidad de los guatemaltecos. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Desde el rancho en que viven, Claudia, sus tres pequeños y sus suegros agradecieron la generosidad de los guatemaltecos. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

La ayuda llega en momentos en que el presidente estadounidense Donald Trump insiste que en la frontera sur de su país con México hay una “crisis creciente” por la migración.

La familia Caal Maquin aún está de luto debido al fallecimiento de Jakelin cuando estaba en custodia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos el 6 de diciembre último. La niña migró desde Raxruhá junto a su padre Nery Caal, quien aún debe solventar su estadía ante las autoridades estadounidenses.

En el duelo de los integrantes de la familia Caal Maquin hubo un momento de alivio cuando llegó un cargamento de comida, ropa, frazadas, zapatos y juguetes que les donó la audiencia. Los niños y Claudia quedaron sorprendidos por la solidaridad mostrada por medio de la donación de los artículos.

Un equipo de Prensa Libre y Guatevisión trasladó los insumos desde la capital hacia la comunidad San Antonio Secortez, Raxruhá, alrededor de 370 kilómetros.

Claudia no habla español, pero agradeció la ayuda en idioma ke’kchí: “Mi familia está sorprendida y muy consolada por esta ayuda que nos han traído. Dios recompensará a las personas que nos ayudan y que se interesan por nosotros luego de la muerte de mi Jakelin, estamos agradecidos de corazón”.

La señora Claudia Maquin, madre de la niña Jakelin Caal, recibió una donación debido a la pérdida de la niña migrante.

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Mientras Claudia relataba lo difícil que ha sido asimilar la muerte de Jakelin y la detención de su esposo, Nery Caal, en Nuevo México, sus hijos Abdel Jhonatan Domingo, 9, y Elvis Radamel Aquiles, 5, ayudan a colocar las bolsas de los aportes en el corredor del rancho en el que viven junto a sus abuelos paternos.

Abdel se emocionó al encontrar juguetes en una bolsa. Empezó a revisar cada uno de ellos. En ke´kchí le explicó a Elvis que llegaron juguetes entre los paquetes que se les entregaron.

“Mis nietos están contentos, no sabe lo felices que están con la ropa, zapatos y juguetes que les regalaron las personas. Ellos perdieron a su hermana, pero queremos que tengan un mejor futuro que Jakelin, la muerte de ella me duele y la pobreza los obligó a irse a Estados Unidos”, expuso Domingo Caal, el abuelo paterno.

Familiares de Jakelin Caal recibieron una donación debido a la pérdida de la niña migrante.

Un peluche para bebé y un traje fueron descubiertos entre los paquetes por Elvira Choc, abuela de los pequeños.

Claudia, cargando en sus brazos a su hija menor Angela Sucely, extendió el traje y se puso nostálgica.

“Qué gran regalo le traen a mi bebé, vamos a luchar porque esta niña viva mejor que su hermana y que su sacrificio –el deceso de Jakelin- no sea en vano. Cada noche le pido a Dios para que permitan que mi esposo se quede trabajando en Estados Unidos, trabajo es lo que necesitamos y eso acá no hay”, señaló Claudia.

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Uno de los juguetes, un tablero de carro, llamó la atención de Abdel y giraba el timón. El niño dedujo que ese artículo funcionaba con energía. Su abuelo le explicó que difícilmente podría usarlo porque en el rancho no hay servicio de energía eléctrica.

Hace un mes que la familia no enciende ninguna de las tres luces de la vivienda. El costo de poder hacerlo todo las noches es de Q110 y las fiestas navideñas recién pasadas se iluminaron con un candil de gas.

Luego de revisar el juguete, Abdel descubrió la tapadera de las baterías y las pidió. Los amigos del menor se juntaron y con tres baterías pudieron echar a andar el timón, que al girarlo hacía los sonidos de un carro.

En el tablero se encendieron las luces de los cambios de un vehículo, los niños empezaron a correr detrás de Abdel, quien cargaba el aparato en la tierra. Un automóvil imaginario llegó para los niños del caserío por la empatía y solidaridad de personas que conocieron el caso del fallecimiento de Jakelin, quien se convirtió en el símbolo de la migración en la frontera sur de EE. UU.

El martes por la noche el presidente Donald Trump dijo: “Mis queridos estadounidenses, hoy les hablo porque hay una crisis humanitaria y de seguridad creciente en nuestra frontera sur”. Los Caal Maquin desconocían el argumento del mandatario estadounidense para sostener las políticas migratorias, esta familia que está alejada de las decisiones políticas y están enfocados en salvar la cosecha de ayotes y cacao en las dos manzanas de tierra que aún posee Domingo.

Como un gesto muy noble, la familia nos invita a comer ayote. “Los Caal Maquin los invitamos a almorzar con nosotros y queremos que le digan a quienes nos enviaron la ayuda que no podremos pagar todos los regalos, pero esto nos pasó por algo, Jakelin se nos fue para darnos un mensaje a todos, pasen y coman con nosotros”,  invitó Elvira, mientras terminaba de recalentar los ayotes en el poyo artesanal.

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