PLUMAS INVITADAS
Los indígenas nativos de la tierra de Israel
“Indígena: Que forma parte del pueblo que originalmente se asentó en un país o en un territorio y que suele conservar su identidad y su cultura tradicional”. “Nativo: Perteneciente o relativo al país o lugar natal”. Real Academia de la Lengua Española
Según la Torá, conocida también como el Viejo Testamento por unos y como un libro de historia por otros, el Pueblo Judío oficialmente inicia en el año 2000 antes de Cristo, hace 4.024 años, a partir de tres patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob, con quien Dios hizo su pacto y les ofreció la tierra de Canaán. Jacob recibió el nombre de Israel y más adelante la tierra del Pueblo Judío fue nombrada como él.
Jacob tuvo doce hijos, de donde se originan las doce tribus del Pueblo de Israel. A raíz de una gran sequía, los descendientes de Jacob se vieron obligados a mudarse al Antiguo Egipto, en donde más tarde fueron esclavizados. Y así empezó una vida intermitente de conquistas, persecuciones, matanzas y migraciones sufridas por el Pueblo Judío, entre ellas la Shoa, el Holocausto, en donde se asesinó a dos terceras partes de los judíos de Europa de ese tiempo, dos de cada tres. En 1948, los descendientes de las doce tribus de los hijos de Jacob crearon el Estado de Israel con el aval de la entonces recién inaugurada Organización de las Naciones Unidas.
Hoy en día, el Pueblo Judío consta de una población de 15.7 millones de personas, 7.2 millones viven en Israel, 6.3 millones viven en Estados Unidos y 2.2 millones en el resto del mundo. Historiadores estiman que de no haber sufrido persecuciones y matanzas serían hoy más de 120 millones.
' Jacob tuvo doce hijos, de donde se originan las doce tribus del Pueblo de Israel.
Yehudi Sabbagh
Israel es un Estado Judío en donde el idioma hebreo es el idioma oficial. Aparte de las legislaciones normales de los países modernos se le suman muchas leyes y costumbres del judaísmo, así también las fechas importantes, los rituales religiosos y los lugares importantes de esta Fe. El Pueblo Judío ha logrado perpetuarse en la historia por tres razones básicas: primero, por su forma de vida basada sobre las mismas leyes, valores y creencias durante miles de años; segundo, porque mantiene su linaje en base a una ley simple: judío es aquel nacido de madre judía o aquel convertido al judaísmo según la ley judía; y tercero, porque tratan, en lo posible, de mantener los matrimonios entre judíos.
En las tierras de Israel están los lugares más sagrados del judaísmo, entre otros: Jerusalem, su capital, el Muro de los Lamentos, el Área del Templo, el lugar donde Ds creó a Adán, la localización donde se erigieron el Primer y el Segundo Templo. Donde residió el Arca de la Alianza y dentro los Diez Mandamientos, la Tumba de los Patriarcas, lugar de reposo de Abraham, Isaac, Jacob, Leah, Rebeca y Sarah, y la tumba de Raquel.
En Israel son feriados oficiales las celebraciones establecidas desde inicios de la religión judía, entre ellas: Rosh Hashaná, el año nuevo; Yom Kippur, el día del perdón; Sucot, la fiesta de las cabañas; Pesaj, la pascua, en donde se recuerda cuando Moisés guio a los judíos fuera de Egipto; y Shavuot, que conmemora la entrega de la Torá. En Israel se respeta, entre otras muchas, el Shabat, el descanso en sábado y la Kashrut, las leyes alimenticias según la religión judía.
Es así como los descendientes de las doce tribus tienen hoy un Estado que les permite vivir según sus leyes, idioma, costumbres y tradiciones, fortaleciendo así su identidad. Un Estado que hasta cierto punto los blinda y protege del famoso “antisemitismo”, que no es ni más ni menos, clara y llanamente, “discriminación” en contra del pueblo indígena nativo de Israel que a lo largo de su tortuosa historia y a pesar de sus múltiples detractores ha logrado sobresalir tanto para bien de sí mismo, como también ha demostrado con más de 200 premios Nobel en varias disciplinas, entre otros logros, para bien de la humanidad. El Pueblo Judío, los indígenas nativos de la tierra de Israel.