incendios forestales

La lagartija Abronia Anzuetoi, única del volcán de Agua, y otras especies bajo amenaza por el incendio

Especialista asegura que el siniestro pone en alto riesgo a especies animales únicas que habitan en el volcán de Agua. Controlar el incendio podría llevar al menos cinco días más.

Abronia anzuetoi se conocían aspectos básicos y este redescrubrimiento ha permitido verla en su estado natural. Una hembra hallada en tiempos recientes es 4 mm más larga que la antes descrita. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

Abronia anzuetoi se conocían aspectos básicos y este redescrubrimiento ha permitido verla en su estado natural. Una hembra hallada en tiempos recientes es 4 mm más larga que la antes descrita. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

Daniel Ariano es el coordinador del área de biodiversidad del Centro de Estudios Ambientales y Biodiversidad de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG), y está preocupado por el incendio que destruye desde el 21 de febrero una gran parte del volcán de Agua.

Los cálculos preliminares del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), son de unas 50 hectáreas destruidas por el fuego. La causas que originaron el incendio todavía son inciertas, pero los indicios apuntan a malas prácticas humanas.

Ariano considera el siniestro como una emergencia nacional que pone en peligro a múltiples especies de flora y fauna que habitan el volcán, en especial en las faldas sur y oeste.

El especialista indica que incendios forestales como este provocan devastadoras consecuencias en los ecosistemas "al destruir la flora y fauna, alterar el ciclo hidrológico, destruir las capas fértiles del suelo, reducir la biodiversidad y contribuir significativamente al cambio climático al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono".

En esas áreas del coloso, explica el investigador, hay especies emblemáticas como el quetzal, pumas, pavas y una, que es endémica, y había estado desaparecida desde hace 50 años.

Sin embargo, argumenta que “la especie que más resalta es la lagartija arborícola Abronia anzuetoi, una especie endémica del lugar y que solo existe en la falda sur y oeste del volcán de Agua.

“No hay en ningún otro lugar del mundo”, sentencia.

Este tipo de lagartija, según una publicación de Prensa Libre en el 2022, fue redescubierta por Gabriel Reyes, fundador del proyecto educativo Los bichos de Diana, ubicado en Ciudad Vieja, Sacatepéquez.

Esta lagartija no era vista desde 1974, y un estudio demostró que todavía hay esperanza en esta especie. Su nombre nace de su descubridor Roderico Anzueto, naturalista guatemalteco que recopiló el holotipo o ejemplar que ha permitido su reconocimiento entre los expertos.

El especialista asegura que esta especie estuvo desaparecida por casi 50 años hasta que "el año pasado el colega Gabriel Reyes la localizó. Fue una buena noticia porque confirmó que no estaba extinta".

Sin embargo, dice Ariano, actualmente "podríamos estar presenciando la extinción en tiempo real de la especie por la desaparición de su bosque en este ecosistema. Afortunadamente en el 2023 se inició un programa de conservación y reproducción en cautiverio de la especie en colaboración con las instituciones Los Bichos de Diana, UVG, el zoológico la Aurora y la Reserva Heloderma, que ha permitido que se tenga al menos algunos ejemplares reproductivos resguardados para una eventual repoblación a futuro en caso sea necesario luego de la restauración de hábitat".

El Conap revela que en el volcán de Agua la flora que habita está en la categoría de bosque nuboso, con alta diversidad forestal, gran cantidad de epífitas (bromelias, musgos, helechos y orquídeas); bosque mixto, pinos y encinos, entre otros.

Mientras que la fauna amenazada, según Ariano, está el quetzal, puma, yagarundi, tigrillos, venados, búhos, ocelotes, tepezcuintles, coches de monte, iguanas, pavas y faisanes. El experto hace énfasis en la Abronia anzuetoi.

¿Qué ocurre?

La falta de regulación por parte de las municipalidades que comparten territorio con el volcán, en cuanto a los usos y talas permitidos, provocan que este tipo de incidentes ocurran.

Ariano explica que ha existido un avance desordenado de la frontera agrícola, llegando casi hasta el cráter del volcán, principalmente en el sector Norte y Este del mismo.

"Era una bomba de tiempo para que en conjunto con un mal manejo del fuego para actividades agrícolas, el cambio climático, y la presencia de vientos fuertes por el frente frio que ingresó, ocurriera un incendio de tales magnitudes", confirma el científico.

El expero añade que la parte superior del volcán de Agua es considerada como Zona de Veda Definitiva, que debe mantener su cobertura forestal según la legislación, pero no ha habido gobernanza en tiempos anteriores ni controles para evitar que se deforeste.

"La responsabilidad es de todos, es compartida. Deben regularlo las municipalidades, el Conap, el Instituto Nacional de Bosques (Inab), el Ministerio de Agricultura (Maga) en temas de capacitaciones sobre buen manejo de fuego, y la sociedad civil en entender que una chispa puede generar un incendio de proporciones catastróficas como el que estamos viendo", manifiesta.

Recuperar el área

La recuperación de un bosque después de un incendio forestal puede variar significativamente según la intensidad del fuego, la biodiversidad original y las condiciones ambientales, explica Ariano.

En algunos casos, añade, "la regeneración puede comenzar en unos pocos años, pero la recuperación completa de la biodiversidad y la estructura del bosque puede llevar décadas o incluso siglos. La restauración activa y la protección del área pueden acelerar el proceso".

"Esto requerirá el apoyo y colaboración de múltiples instituciones, sociedad civil y la academia para lograr esto", justifica.

"Esto que ahora ocurre frente a los ojos de miles de personas capitalinas o de cascos urbanos, sucede tristemente año con año en nuestras selvas, en nuestros bosques en Petén, Izabal y Zacapa, entre otros, pero la sociedad no se había percatado ni le había puesto tanta importancia como ahora, que ocurre frente a los ojos de la gran ciudad", reflexiona Ariano.

Según él esto es "un llamado de atención a toda la sociedad sobre la importancia de apoyar y contribuir a las acciones de conservación de la naturaleza en nuestro país, y a realizar un adecuado manejo del fuego para usos agropecuarios, pues la gran mayoría de incendios forestales en nuestro país, son evitables".

La temporada de incendios en Petén del 2003 siempre fue recordada como una de las peores del país, pero ahora, con el cambio climático, los incendios se prevé que sean más recurrentes e intensos en el mediano plazo, por lo que hay que implementar fuertes acciones de prevención y control, opina Ariano.

Acciones a tomar

El experto sugiere tomar en cuenta estos pasos luego de controlar el incendio:

  1. Restauración Natural: Fomentar la regeneración natural permitiendo que las especies vegetales locales se recuperen de forma natural. Monitorear y proteger la zona para minimizar disturbios adicionales.
  2. Reforestación Activa: Plantar especies autóctonas adaptadas al ecosistema afectado para acelerar la recuperación. Esta estrategia puede incluir el uso de viveros para cultivar y luego plantar árboles en áreas clave.
  3. Manejo de la Vegetación: Implementar prácticas de gestión forestal sostenible, como la eliminación de especies invasoras que podrían obstaculizar la regeneración, y aplicar técnicas de manejo del fuego controlado.
  4. Restauración Ecológica: Aplicar medidas más amplias, como la restauración de la topografía, la mejora del suelo y la reintroducción de fauna nativa (como la Abronia anzuetoi) para restablecer la funcionalidad del ecosistema y promover la diversidad biológica.

ESCRITO POR:

Raúl Barreno Castillo

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad y justicia con 25 años de experiencia.