Este rescate se considera el más complejo que se ha acometido en España, ya que decenas de máquinas, perforadoras y excavadoras han removido cerca de 83 mil metros cúbicos de tierra para excavar un pozo paralelo que llegue hasta el pequeño. Se ha activado la Comisión Judicial para investigar lo sucedido.
De acuerdo con los medios de comunicación, la compañía que perforó el pozo no contaba con los permisos respectivos y la roca que cubría el agujero fue removida por razones que se ignoran.
Más de 300 personas, entre ellas ocho miembros de las Brigadas de Salvamento Minero de Hunosa, han removido durante casi 32 horas la tierra y la roca -en algunos tramos cuarcita, de gran dureza- que mantenían atrapado al pequeño.
En ese tiempo, la dureza de las rocas había obligado hasta en cuatro ocasiones a los mineros a ascender a la superficie y a ser relevados por dos guardias civiles del Servicio de Montaña, especialistas en espeleología y ‘microvoladuras’, que descendieron e introdujeron cargas explosivas en los orificios de la roca.
Fuera del área de trabajo, en Totalán, los padres, familiares y centenares de vecinos aguardaban con tensa expectación durante todo ese tiempo las noticias sobre el rescate, del que todo el país estaba pendiente por los medios de comunicación.
“Toda España se suma a la tristeza infinita de la familia de Julen. Hemos seguido de cerca cada paso para llegar hasta él. Siempre agradeceremos el incansable esfuerzo de quienes lo buscaron durante todos estos días”, reaccionó en Twitter el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
Para determinar las causas exactas de la caída de Julen a este pozo, no señalizado, se interrogó a los padres, al propietario del terreno y a la persona que lo cavó desde el inicio del caso, y un juez de Málaga abrió una investigación.