Justicia
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Mingob dice que violencia disminuye, pero analistas consideran que percepción es distinta
Aun cuando las cifras de violencia disminuyen, el problema existe y las redes sociales lo evidencian más, aclaran expertos.
Un hombre fue ultimado entre la 1ra. y 2da calle de la zona 10 capitalina, frente al Ministerio de la Defensa, cuando se opuso a entregar sus pertenencias.(Foto: Prensa Libre)
Aunque las estadísticas de la violencia no van en aumento, tampoco significa que las autoridades tengan el control del problema. Los crímenes con saña, el involucramiento de pandillas, muerte de personas reconocidas y que los hechos sean difundido en redes sociales, son factores que provocan una percepción de incremento de la inseguridad, pero también devela que el problema persiste y debe erradicarse, explican expertos.
En entrevistas con medios de comunicación, el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, asegura que las estadísticas de violencia han disminuido y el incremento de hechos criminales también puede ser una percepción de la sociedad.
Según las estadísticas del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), del 1 de enero de 2023, al 25 de mayo del mismo año, hubo mil 331 muertos por violencia. En la misma fecha pero de este año, suman mil 247 muertes violentas, 84 casos menos que el año anterior.
En estas cifras se incluyen las muertes por arma de fuego, arma blanca, asfixia por estrangulamiento y decapitación o desmembramiento.
Si bien las cifras revelan que no hay un aumento de muertes violentas en los primeros 6 meses del año, los crímenes persisten y se cometen con más saña, se relacionan más con las pandillas y algunos hechos involucran a personas reconocidas, dicen analistas en seguridad.
Reciente
El crimen del creador de contenido de Jorge Sebastián Pop Chocoj, más conocido como Farruco Pop, ha causado repudio en la sociedad guatemalteca y develó diferentes situaciones, entre estas el control que la pandilla del Barrio 18 ejerce sobre sectores de la capital, la falta de una alerta que permita buscar de forma inmediata a personas a partir de los 18 años y la carencia de la PNC para dominar amanazas sociales, refiere el exviceministro de Seguridad, Mario Mérida, quien recalca que el descenso de la violencia se ha reflejado desde el 2010 y no es por alguna estrategia del gobierno actual.
“La percepción del incremento proviene de diferentes factores y de cómo se interpretan los hechos criminales, como hechos criminales que se cometen en escalada durante un tiempo corto y en los cuales se demuestra crueldad, pero también está en la forma como las instituciones manejan la información y las malas decisiones.
“La PNC debe ser más oportuna en el manejo de información, porque la mayoría de información que reciben los guatemaltecos proviene de los bomberos que narran los hechos como los ven, mientras que el vocero de la PNC sale tardíamente a tratar de dar explicaciones y defender a la institución”, señala.
“En el caso de Farruco se tomaron decisiones precipitadas en contra de un grupo-pandilleros- sin tener certeza que ellos están detrás del crimen”, agregó.
Mérida enfatiza que si bien es una percepción, los hechos criminales persisten y es tarea de la PNC impedir que la población llegue a un estado de incertidumbre.
Redes sociales
Federico Reyes, consultor independiente en temas de seguridad, sostiene que en los últimos dos años las redes sociales han jugado un papel trascendental en visibilizar hechos de violencia, algunos de forma explícita y casi desde cualquier lugar del país.
“El combate frontal, sistemático y disciplinado ayudará a que la percepción de esos hechos sean contrarrestados. Mucho de lo que ocurre a nivel nacional es innegable, como también que las estadísticas de la violencia reportadas han ido en decremento, no se puede esconder eso, pero también es más visible por las redes sociales”, acota.
Para Ronaldo Leiva, exministro de la Defensa y el analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), los asaltos a los automovilistas mientras se encuentran en los atascos y que han quedado evidenciados en videos, son la muestra de lo que ocurre a diario y debería de servir para que las autoridades estén al tanto de los lugares donde se carece de seguridad ciudadana.
“La localización de cadáveres en distintos sectores, provoca temor en la población porque el problema existe.La gente está muriendo por violencia y van a decir que es por cuestión entre pandillas, pero también mueren por un asalto”, refiere.
En días atrás, fue ultimado un bartender cuando se opuso a entregar sus pertenencias mientras se encontraba en el tráfico de la avenida Reforma, frente al ministerio de la Defensa, el caso también causó indignación en la población que se expresó por medio de las redes sociales y aseguraron que no es primera vez que ocurre un asalto en el lugar, ante la falta de personal de la PNC o del ejército.
Leiva, no descarta que existan grupos cuya finalidad sea aprovecharse de ese tipo de sucesos para causar desestabilización en redes sociales.
"El descenso de las cifras de violencia no es nuevo, pero no es de este gobierno, esto viene desde el 2009, y me atrevería a decir que un factor es la especialización de la PNC y la capacitación de las unidades de investigación", sostiene.
Un informe del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), advirtió en 2023 que el reacomodo de gobiernos entrantes y la reacción de estructuras criminales propician que la violencia se movilice a otros departamentos, como ha ocurrido en administraciones anteriores. Los departamentos con más crímenes reportados este año son Guatemala, Escuintla y Santa Rosa, según el Inacif.
El investigador en temas de seguridad del Cien, Walter Menchú, refiere que en un cambio de gobierno los grupos criminales ocupan espacios y quieren demostrar su poder, diferente a lo que ocurre en julio y diciembre, cuando por lo general hay picos homicidas debido al movimiento económico que hay en esos meses por el pago de bono 14 y aguinaldo.
Cifras
En el 2022 el Inacif registró 3 mil 413 muertos por violencia. En el 2023 fueron 3 mil 536. Lo que significa que el año pasado hubo un incremento del 3.4% En las cifras se incluyen los decesos por arma de fuego, arma blanca, estrangulamiento y desmembramiento o decapitación.